Hechos clave:
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La carne de ternera pasó de 4,44 euros en su origen, a 16,99 en su destino.
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Bitcoin es un activo que puede ayudar a los españoles a refugiarse de la inflación.
La inflación en España galopa. El precio de los alimentos, llevados del campo a la mesa, subió de forma notable al cierre del 2021. En general, se habla de un incremento de casi 6 veces más en el caso de las hortalizas y de alrededor 3 veces más en los derivados de ganadería.
Según lo muestra Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD), elaborado por la organización agraria COAG, los productos agrícolas multiplicaron sus precios al cierre del año pasado.
En detalle, las naranjas subieron hasta 16,5 veces más desde su precio en el campo hasta la venta al público o en los locales comerciales. Esta fruta pasó de costar 0,10 euros por kilo en origen, en el campo, para venderse a destino, en tiendas y locales, en 1,65 euro.
En el caso de las mandarinas, el precio fue 11,4 veces más alto, al pasar de 0,25 euros por kilo en origen, a venderse en destino en 2,85 euros en promedio.
En cuanto a los limones, el precio creció 12,10 veces del campo a la mesa española. Pasó de los 0,20 euros en el campo, hasta los 2,42 euros en la venta al público. Los ajos también vieron un incremento de 8,95 veces más, pasando de 0,66 euros en el campo a 5,91 euros en la calle.
La manzana, en tanto, pasó de 0,4 euros en manos del productor a 2,4 euros para su venta al público. La berenjena, por su parte, subió de 1,22 euros en su origen, a 2,67 euros en su destino. La papa creció de 0,18 euros a 1,22 euros y la zanahoria pasó de 0,22 euros a 1,11 euros.
En términos generalizados, el precio de los productos agrícolas de España se multiplicó por 5,39 veces, desde la cotización en campo hasta el precio de venta al público general.
Productos ganaderos, al alza
Sobre el precio de los productos ganaderos se reportó una suba de 3,13 veces más, según la COAG, que destaca que el Índice de Precios en Origen y Destino correspondiente al mes de diciembre, se situó en 4,91%.
Por ejemplo, la carne de ternera pasó de 4,44 euros en su origen, a 16,99 en su destino. Este es el rubro ganadero más caro de España. Se trata de una subida de 282,6% en promedio.
En tanto, el kilo de carne de cerdo pasó a costar, de 1,04 euros en su origen, a 5,99 euros en la venta al consumidor promedio. Se trata de un incremento de 476%.
La carne de cordero, por su parte, pasó de 4,48 euros en su origen, a 14,04 euros por kilo en la mesa. El aumento fue de 213,3%. En el caso del conejo, el kilo pasó de 1,98 euros a 5,99 euros. Una subida de 202,5%.
La inflación más alta en 30 años
El índice de precio de productos del campo a la mesa española es otra muestra de la rampante inflación de ese país, que cerró en diciembre como la más alta en los últimos 30 años.
Tal como lo informó CriptoNoticias, los precios al consumidor español crecieron un 6,7% durante diciembre, respecto al mismo mes del 2020. Pero los precios de los alimentos también aumentaron significativamente en 2021, después de una disminución general durante el año anterior.
El impacto fue generado, en gran parte, por las altas tarifas en la electricidad. Esto, sumado al hecho de que 2021 fue un año con un alza mundial en las materias primas, lo que derivó en mayores costos para producir.
Bitcoin al rescate
Como se sabe, para que la inflación en España comience a ceder, es necesario que el Banco Central de Europa rebaje todavía más la impresión de euros, algo que, según informaron, están haciendo desde diciembre de 2020.
No obstante, y por lo visto, todavía falta mucho para normalizar la inflación. Ahí bitcoin (BTC) jugaría un papel importante. Es de recordar que, para muchos inversionistas, la criptomoneda pionera es vista como una reserva de valor y activo de refugio, precisamente, ante escenarios inflacionarios como el de España.
Bitcoin puede ser una válvula de escape para la inflación de España / Fuente: El País.
Y es que BTC es antiinflacionario, por el hecho de que tiene un límite para su emisión (21 millones, en promedio). Es contrario al caso del dinero fíat, que, como es emitido por los bancos centrales, puede aumentar en su oferta. Esto puede reducir el poder adquisitivo de las personas, promoviendo la inflación.
Así pues, los habitantes de España, un país con adopción de bitcoin y criptomonedas en pleno apogeo, tienen una válvula de escape por accionar. Ejemplos, como el de Venezuela y Argentina, dan fe de que los activos digitales podrían ser ideales para afrontar la inflación.