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La Reserva Federal anunció que tiene a disposición fondos de reservas para créditos de emergencia.
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El Departamento del Tesoro ha anunciado que cubrirá la liquidez de los bancos.
Una crisis se avecina y los reguladores ya alistas sus armas. Más que el dinero, los reguladores buscan mantener la confianza de los depositantes e inversionistas, dado que, de cundir el pánico, ninguna política monetaria sería suficiente.
En un comunicado publicado este 12 de marzo, luego de que la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) interviniera el Silicon Valley Bank (SVB), el Departamento del Tesoro (DOT) anunció un trabajo en conjunto con diferentes entes reguladores del país, para intentar proteger el dinero de los depositarios asegurados por la FDIC.
Según las nuevas políticas de la FDIC, reformadas luego de la crisis de 2008, las instituciones financieras que aseguren los fondos de sus clientes, tendrán coberturas de hasta USD 250 mil por cuenta en caso de que la institución bancaria no cumpla con sus obligaciones. En el caso de Silicon Valley Bank, este fue intervenido y todos los fondos fueron garantizados por la agencia.
A raíz de este evento, la Reserva Federal (FED) publicó un comunicado sobre la creación de un fondo de emergencia especial. El objetivo de este es que los bancos puedan obtener créditos de emergencias para solventar la liquidez, y evitar la venta de bonos y otros activos, en momento de estrés extremo en el mercado. Según JP Morgan, el fondo de emergencia de la FED sería de unos USD 2.000 millones.
Desde la crisis del 2008, las políticas económicas han cambiado de rumbo. La propia secretaria del Tesoro, Yanet Yellen, ha mantenido una presión constante de aumentar la regulación bancaria. Caso contrario para 2008, en que el presidente de la FED para este año, Alan Greenspan, estaba en contra de la regularización, y a favor del libre mercado, el cual aceptó que la laxa regulación bancaria fue una de las causantes de la crisis.
Deuda para protegerse
El protocolo ante una posible corrida bancaria, por parte de las instituciones de los Estados Unidos, se basa en la inyección de capital al mercado mediante préstamos, como ya ha ocurrió en 2008. En este caso, el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal se encargaría de facilitar préstamos a un ya trastocado sistema financiero.
La FDIC, compañía aseguradora de depósitos bancarios, también entraría en juego, esta vez cubriendo las garantías de los bancos caídos en desgracias. Sin embargo, en una corrida bancaria, es posible que la FDIC pueda verse corta de fondos. En tal caso, esta acudiría al DOT y a la FED para una inyección de fondos mediante préstamos.
Cada capital que sea inyectado a la FDIC provendrá de la DOT, por parte de los contribuyentes (impuestos) o de la FED a través de nueva impresión de dinero.
Otra de las políticas, para evitar la propagación del pánico ante una corrida bancaria, es la restricción de intercambios de las acciones bursátiles. Un ejemplo de ello es un evento reciente ocurrido con el banco europeo BNP Paribas, el cual, luego de una estrepitosa caída del 10% en sus acciones, decidieron detener el intercambio bursátil mientras se estabilizaba el mercado.
Luego de crisis del 2008, surgieron una serie de leyes que aumentaban la regulación bancaria y creaban sistemas de supervisión ante posibles riesgos sistémicos, como lo es la reforma de la Ley Dodd-Frank. Si bien es un sistema más regulado, a comparación con el sistema anterior a la crisis, el plan de acción sigue siendo igual: inyección de capital.
En resumen, el principal plan de acciones de Estados Unidos, dentro del contexto de políticas monetarias, está en la impresión de más dinero. Para el 2020, según lo reportó CriptoNoticias, el 22% de todos los dólares existentes, se habían impreso solo en ese año.
Dimensionando el tamaño de la deuda
Si se compara la situación actual, en la que se espera una posible corrida bancaria, el panorama es mucho más crítico y puede tener consecuencias mucho más profundas que las ocurridas durante 2008.
Para 2008 el nivel de deuda de las instituciones financieras (bancos, seguros, entre otras) era de cerca de más de 16 billones de dólares. Según cifras de la FED, para el 2021, la deuda de las instituciones financieras superaba los USD 60 billones de dólares, 4 veces más que en 2008.
Si bien la FDIC pudo contener la catástrofe de Silicon Valley Bank, protegiendo el dinero de los depositantes. Los inversionistas de dicho banco, y los tenedores de deuda, no tuvieron ningún tipo de protección, sufriendo perdidas escabrosas. Entre estos inversionistas se hayan otras instituciones financieras, cuya exposición a los activos de SVB puede terminar por dar comienzo a la corrida bancaria.
Si bien la FED tiene la capacidad de emitir infinita cantidad de dólares para inyectar liquidez al mercado (prestamos), puede que la inflación rampante y el alza en las tasas de interés constantes en este último año termine por implosionar el sistema.
Ahora ¿cómo queda Bitcoin en todo esto?
Bitcoin se ha visto favorecido por la situación actual. Dado que la FED tiene meses intentando controlar la inflación aumentando las tasas de interés, con la posibilidad de una corrida bancaria podría decidir suspender los aumentos por una temporada. No obstante, relajar las tasas para evitar una corrida bancaria, haría que la inflación suba. En cualquiera de los dos escenarios, Bitcoin sería el gran beneficiado.
Si bien Bitcoin se vio afectado con la quiebra de Silvergate, una institución financiera dedicada al rubro de los exchange, la caída de Silicon Valley Bank y Signature hizo que su precio aumentara 30% en 3 días. Tal parece que Bitcoin está respondiendo favorablemente a una corrida bancaria, aunque queda por ver las medidas que el gobierno de Estados Unidos tome ante una situación de crisis.