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El presidente Joe Biden elogió la gestión del funcionario, quien ocupa el cargo desde 2017.
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La FED controla la política monetaria de un país que rompe récords de emisión e inflación.
El pasado lunes 22 de noviembre, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ratificó a Jerome Powell como presidente del Sistema de Reserva Federal (FED) de ese país. Este funcionario ordenó una emisión histórica de dólares en 2020 y es señalado como uno de los principales responsables de la inflación que sufre la moneda.
Si bien la postulación del presidente aún debe ser aprobada por el Senado, ya es casi un hecho que Powell continuará en el cargo por otro periodo de cuatro años, luego del anuncio oficial en el que el propio Biden ratificó el nuevo mandato. A cargo de la vicepresidencia quedará Lael Brainard, quien hasta el momento se desempeñaba como integrante de la junta de gobernadores del Banco Central.
En un comunicado compartido con periodistas estadounidenses, Biden afirmó que durante su mandato el país ha hecho «un avance notable en los últimos 10 meses para que los estadounidenses vuelvan a trabajar y la economía avance otra vez». Asimismo, el mandatario aseguró que la FED necesita «estabilidad e independencia» para continuar «el camino exitoso de este año», en referencia a 2021.
Powell fue designado al frente de la Reserva Federal por primera vez en 2017, aunque asumió en febrero del año siguiente. El presidente en ese momento era Donald Trump, del Partido Republicano, por lo que la decisión del Demócrata Biden expresa el enfoque bipartidista que este pretende darle a su gobierno.
Un guiño de Estados Unidos a los mercados
La Reserva Federal hace las veces de Banco Central en los Estados Unidos. Se trata de una entidad público-privada compuesta por una Junta de Gobernadores, el Comité Federal de Mercado Abierto, 12 bancos de Reserva Federal regionales y bancos privados. Su misión es la de controlar las reservas de los bancos y determinar en parte la política monetaria en el país norteamericano.
La repercusión de la renovación de Powell fue buena en el mercado. Tras la comunicación de Biden, los índices de las bolsas estadounidenses subieron temporalmente —pese a que Nasdaq y S&P 500 cerraron la jornada en baja—, y así también lo hicieron los bonos del Tesoro.
Esto podría interpretarse siguiendo la lógica de que, según algunos analistas, los inversionistas querrían «deshacerse» de los dólares y, con ese fin, se vuelcan al mercado bursátil. Además, el precio de bitcoin (BTC) también tuvo un efecto similar de subida momentánea el lunes, aunque luego su precio también bajó. La variación en el precio de la criptomoneda podría verse también como una «toma de ganancias» de los traders aprovechando ese movimiento.
Powell, perseguido por la sombra de la inflación
Durante 2021, fueron varias las veces en las que se explicó en CriptoNoticias la crisis inflacionaria casi sin precedentes que afronta Estados Unidos. En abril de ese año, se registró en el país la mayor inflación de los últimos 12 años, con aumentos de hasta el 25% interanual en las tarifas de energía.
Dos meses más tarde, en junio, la situación empeoraba. Para ese momento, la inflación interanual del 5,4% marcó un máximo que no se alcanzaba desde el 2008. Finalmente, en noviembre ya se habla de la mayor inflación del país en los últimos 30 años, que coinciden a su vez con los máximos históricos del precio de bitcoin. Así, la criptomoneda «amenaza» con destronar al dólar como reserva de valor a nivel mundial.
Una posible explicación a este fenómeno es el constante «brrr» que se ha escuchado en Estados Unidos durante 2020. Ese sonido es el de la máquina de imprimir billetes, que ha tenido mucho trabajo últimamente. Durante el año en el que explotó la pandemia a nivel mundial, la emisión del dólar fue altísima: al menos el 22% de esta moneda en circulación se imprimió ese año.
Además, para atenuar los efectos económicos de la pandemia, entre otros objetivos, Estados Unidos aprobó la Ley de Infraestructura, que prevé el gasto de un billón de dólares. Aunque se aplicarán impuestos a industrias que antes no los pagaban, como algunas de las actividades relacionadas a las criptomonedas, muchos opositores a la ley creen que se financiará a base de impresión. Esto se traduciría, afirman, en un dólar más débil y más inflación en el país.