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El plan de emergencia por la pandemia se extiende hasta marzo de 2022.
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El BCE está dispuesto a financiar la deuda de la región hasta que Europa logre inmunidad suficiente.
El Banco Central Europeo (BCE) aprobó un nuevo paquete de medidas destinado a combatir las repercusiones económicas de la segunda ola de contagio de coronavirus que viene azotando a la región en los últimos meses de este 2020. Esto al tiempo que las inversiones institucionales en bitcoin ven un crecimiento significativo.
La decisión anunciada este 10 de diciembre por el BCE es elevar en 500.000 millones de euros el importe del plan extraordinario de compras de deuda con motivo de la pandemia (PEPP).
Se trata de un mecanismo de compra en euros de activos públicos y privados que comenzó en marzo pasado con 750.000 millones de euros, en el marco de la expansión del coronavirus. El monto se amplió poco después a 1,35 billones de la moneda europea. Con ello el BCE financia los planes de estímulo de los países de la eurozona.
La información fue dada a conocer en una rueda de prensa ofrecida por la presidenta del BCE, Christine Lagarde, quien afirma que el monto total del PEPP se amplía hasta los 1,85 billones de euros.
El plan también se prolonga hasta marzo de 2022, nueve meses más allá de la fecha que se había indicado en junio de este año. Aunque «en cualquier caso, el Consejo de Gobierno mantendrá las compras netas de deuda hasta que considere que la crisis del coronavirus ha pasado», según acotó Lagarde.
El objetivo es garantizar condiciones de financiación para los países de la zona. Se prevé que en 2021 los gobiernos tendrán que emitir enormes cantidades de deuda para financiar la recuperación de la economía, las empresas y la banca, debido a los efectos de la pandemia.
En ese sentido, el BCE considera que, pese a la vacuna, pasará tiempo hasta que se logre la inmunidad frente al coronavirus. Advierte de los riesgos de reinfecciones y nuevas restricciones a la actividad.
En consecuencia, se cree que será a finales de 2021 cuando la zona euro alcance «inmunidad suficiente» para que la economía regrese a condiciones de normalidad. Incluso, si esta inmunidad no se observa a finales del año entrante y la economía no se recupera según lo previsto, la institución volverá a reconsiderar su política, dijo Lagarde.
La incertidumbre se mantiene elevada, incluyendo lo relativo a la evolución de la pandemia y al calendario de distribución de la vacuna. Además, seguimos vigilando el tipo de cambio con relación a las posibles implicaciones en las perspectivas de inflación en el medio plazo.
Christine Lagarde, presidenta del BCE.
Otra de las decisiones importantes del BCE ha sido prolongar la bonificación de 1% para las inyecciones de liquidez TLTRO III (préstamos) a la banca, hasta junio de 2022. La idea es que en ese período de tiempo los bancos tengan suficiente liquidez para ofrecer financiamiento a empresas y personas.
El organismo calcula que la caída del PIB en la zona sea de 7,3% en 2020. Estima un crecimiento del 3,9% en 2021, y de 4,2% en 2022.
Repunte inflacionario, oportunidad para bitcoin
Con estos anuncios se cumplen las estimaciones que desde hace unos meses venían haciendo analistas, considerando las declaraciones que Lagarde hizo en octubre pasado. Las previsiones indican que, con esta política, la inflación proyectada anual estaría por encima de 2% en Europa.
Tal como reportó CriptoNoticias, la presidenta de la institución augura que con este paquete este incremento de la inflación será controlado y temporal. Algo que, a su juicio, favorecerá el crecimiento económico y la creación de empleo.
Se trata de la misma estrategia que ha seguido la Reserva Federal (FED) en Estados Unidos, con la emisión de más de USD 3.000 millones para estimular la economía y paliar las consecuencias del coronavirus.
Ante este escenario probablemente inflacionario, se han puesto de manifiesto algunos cuestionamientos, incluso dentro de la comunidad bancaria de Europa. Entre las voces opositoras está la del presidente del Banco Central de Alemania, Jens Weidmann, quien cree que el BCE pone en riesgo su independencia política.
Es previsible que, en este contexto, los ciudadanos y empresas recurran a los activos que ahora lucen más prometedores como reserva de valor. Entre los cuales resalta bitcoin.
La idea tiene base en la participación de grandes inversionistas institucionales que ahora han puesto su mirada en bitcoin. Entre ellos están MicroStrategy, Square, Galaxy Digital Holdings, Grayscale y MassMutual, por solo citar algunos que han invertido millones en la primera criptomoneda.
Se trata de una tendencia en marcha. Es notoria a la luz de otros hechos ocurridos en Europa durante 2020. La admisión de la criptomoneda pionera y su pronta regulación como instrumento financiero es uno de ellos.
A lo anterior se agrega la apertura de servicios de compraventa de bitcoin por parte de importantes instituciones bancarias tradicionales, tal como hizo recientemente el banco español BBVA.