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La consulta se hizo en Twitter y cerró con 35.694 respuestas.
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La opción ganadora tuvo mayoría absoluta, con el 64,5% de los votos.
«¿Son realmente dinero las monedas digitales de los bancos centrales?» fue la pregunta que el Fondo Monetario Internacional (FMI) efectuó en una consulta pública. El 64,5% de los participantes respondió de forma negativa.
La consulta se realizó entre el 17 y el 18 de enero de 2021 a través de la red social Twitter. Al cierre de la votación, 35.694 personas dieron su respuesta: el público se expresó mayoritariamente en contra.
Aunque la consigna no exigía fundamentar la respuesta, algunos así lo hicieron. Entre ellos se encuentra Pierre Rochard, director de estrategias con Bitcoin en Kraken. Este ingeniero, que pronostica que más de la mitad de las empresas del S&P500 tendrán BTC antes de que termine 2021, respondió negativamente. Según dijo, las monedas digitales de los bancos centrales «son solo estafas».
Armin van Bitcoin, pseudónimo de un muy activo usuario de Twitter también eligió la opción «NO». «Las monedas de los bancos centrales son estafas; las monedas digitales de los bancos centrales son estafas digitales», fue su argumento.
En una línea parecida se pronunció Preston Pysh, autor de varios libros sobre inversiones. Escribió en Twitter como respuesta, que las monedas digitales de los bancos centrales son un mal intento de parecerse a bitcoin, «que sí es dinero».
«[Las monedas digitales de los bancos centrales] son pagarés controlados por esclavos», según la definición que brindó Peter McCormack, conductor del podcast What Bitcoin Did, en respuesta a la publicación del FMI.
A diferencia de bitcoin, estas monedas son centralizadas
Monedas de este tipo, en ocasiones denominadas por sus siglas en inglés, CBDC, ya se pusieron en circulación en Bahamas (dólar de arena) y, en fase de pruebas, en China (yuan digital). Otras jurisdicciones como Turquía o la Unión Europea, también tienen planes de incorporarlas.
Entre los países que no manifestaron expresamente la voluntad de emitir estas monedas se encuentran los Estados Unidos. Responsables de la Reserva Federal consideran que es necesario evaluar riesgos y beneficios antes de decidir su implementación.
A diferencia de criptomonedas como, por ejemplo, bitcoin (BTC), las divisas digitales de los bancos centrales funcionan con una base de datos centralizada. Aunque garantizan cierta privacidad, las transacciones no son anónimas y las leyes de cada Estado establecen qué organismos pueden tener acceso a los registros.
De acuerdo con la información proporcionada por el FMI, actualmente solo un 23% de los 107 países miembros de esta entidad, cuentan actualmente con leyes que claramente permitirían que sus bancos centrales emitan monedas digitales.
El propio FMI no se ha expresado taxativamente sobre la naturaleza de las monedas digitales de los bancos centrales. Este organismo califica como «retador» el asignarle el atributo de moneda de curso legal a un instrumento digital.
La institución internacional entiende que debe existir «una base sólida para evitar riesgos, legales financieros y reputacionales para las instituciones». Aun así, la mayoría de los países cuyos bancos centrales emiten o planean emitir monedas digitales, las están diseñando como sustitutos del dinero en efectivo (cash like).
Días atrás, mediante la misma cuenta de Twitter, el FMI había consultado públicamente si las monedas digitales (no emitidas por bancos centrales, por ejemplo, BTC) son dinero. En este caso, el 79,9% de los 95.256 participantes respondió de forma afirmativa.