-
La complicada situación del país empuja cierto nivel de adopción.
-
Usabilidad y una mayor educación son los desafíos aún por resolver.
La intrincada situación económica que atraviesa Venezuela y cómo esta convive con bitcoin (BTC) fue tema de debate durante la octava edición de LaBitConf. Cuatro bitcoiners venezolanos compartieron sus puntos de vista y experiencias sobre los casos de uso de la criptomoneda en el país.
Javier Bastardo, de Satoshi en Venezuela; Alessandro Cessere, fundador de Coinspree; José Rafael Peña, investigador del ecosistema bitcoiner, y el tuitero anónimo «P_Hold», analizaron los diferentes roles que tiene Bitcoin en una economía marcada por la hiperinflación, controles cambiarios, devaluación y restricciones bancarias.
De acuerdo con Peña, la utilidad de bitcoin en Venezuela es muy diferente a la del resto del mundo debido a las circunstancias de un sistema que estaría colapsando. Para el analista, el mayor uso que se le da a bitcoin en el extranjero es especulativo. Sin embargo, ese papel no aplica del todo en el país petrolero.
«Bitcoin sirve en Venezuela como un puente financiero para cambiar los bolívares a pesos colombianos u otra moneda nacional. Ese es uno de los casos de uso, pero también es utilizado como resguardo de valor entre personas que le tienen cierta confianza y no le temen a la volatilidad», indicó Peña.
Una de las razones por las que los venezolanos estarían acercándose a bitcoin es que la devaluación del bolívar ocurre más rápido que las caídas que pueda experimentar el precio de BTC en el mercado. Según Peña, la situación económica está tan deteriorada que a las personas les conviene más optar por la volatilidad de BTC que guardar los bolívares en un banco.
Aunque el panorama pudiera favorecer una adopción más acelerada de BTC, el investigador recordó que una persona que vive con un salario mínimo mensual (alrededor de 2 dólares) no podría aprender «de la noche a la mañana a usar bitcoin mientras tenga que alimentar a sus hijos».
El principal desafío que tiene la criptomoneda en el país es la educación, según el ponente. Peña consideró que es un riesgo el que una persona se interese, pero que no tenga la menor idea de cómo custodiar su criptoactivo. Además, también sería necesario que la economía se estabilice ya que la mayoría de la población está en pobreza.
Sobre las condiciones en las que se encuentra el país, Javier Bastardo fue tajante al decir que Venezuela no es un país normal y que la realidad económica es un reflejo de esa situación. El deterioro de la calidad de vida y las distorsiones económicas estarían generando una sociedad que se dedica a resolver los problemas del día a día, según el anfitrión de Satoshi en Venezuela.
«La misma necesidad nos ha ido llevando a bitcoin. Hay quienes lo usan como parte de su emprendimiento, otros para ahorrar. No creo que bitcoin sea para personas de cierto tipo de intelecto, pienso que no es algo exclusivo para algún tipo de venezolano», comentó Bastardo durante la moderación del panel.
El moderador resaltó que, aunque falta más educación sobre Bitcoin, no hay que generar falsas expectativas en las personas. Como elementos que favorecerían una posible expansión de la criptomoneda en el país, Bastardo dijo que existe un buen volumen de comercialización y que existe un interés por saber más en cuanto al funcionamiento del criptoactivo.
Bitcoin en Venezuela: tareas pendientes
Durante su intervención, Alessandro Cessere mencionó tres aspectos que podrían lastrar la adopción de bitcoin en el país. El primero es el nivel de pobreza que hay en la población y que sería del 94%, lo que no dejaría espacio para el ahorro, según indicó el panelista.
El segundo elemento que juega en contra es la deficiente infraestructura tecnológica venezolana. Las fallas en la conectividad a Internet, el acceso a computadoras o dispositivos móviles, dificultarían el que las personas puedan crearse una cuenta en plataformas como LocalBitcoins, por ejemplo.
El tercer obstáculo estaría del lado de las empresas. Para las compañías es cuesta arriba agregar a sus balances corporativos las posiciones que puedan tener en bitcoins u otras criptomonedas.
«Para una compañía es difícil cumplir con todas las regulaciones que exigen asentar en sus balances la compra de bitcoins. Intentar regular el pequeño ecosistema que existe hoy en día en Venezuela podría generar un estancamiento del sector o ralentizar la adopción que está creándose», recalcó Cessere.
En tanto, la lectura que ofreció el bitcoiner «P_Hold» tuvo dos frentes: el sistema financiero y bitcoin como dinero de «última opción». El también emprendedor indicó que en Venezuela es difícil tener acceso al sistema financiero, eso sin mencionar la imposibilidad de tener una cuenta internacional en dólares o contar con financiamientos bancarios. Para él no hay «acceso al mundo exterior».
«P_Hold» hizo un balance de las dificultades y concluyó que bitcoin es un dinero de «última opción». Las delicadas condiciones que existen en Venezuela han creado necesidades no atendidas, lo que ha servido como combustible para una mayor adopción de bitcoin.
«Cuando no tienes otra forma de mover dinero, bitcoin está allí y te abre las puertas. La misma necesidad hace que las personas se muevan. Al principio también costaba mucho más adquirir conocimiento en español, pero eso está cambiando», puntualizó.
El uso de bitcoin en Venezuela podría aumentar si el acceso a la criptomoneda es más fácil y sencillo, reflexionó el panelista, quien prefirió resguardar su verdadera identidad y no mostrarse en video. «La economía circular de bitcoin todavía no está madura por lo que hay que aumentar el conocimiento», argumentó al finalizar.