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El control y la manipulación digital se han convertido en una norma, cree Slavoj Zizek.
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El filósofo considera que no hay que elogiar a las criptomonedas por su libertad, ni descartarlas.
El reconocido filósofo Slavoj Zizek de la Universidad de Londres publicó un artículo el 8 de enero explicando por qué desacredita el pensamiento de libertad que gira en torno a bitcoin (BTC) y los tokens no fungibles (NFT). De esta forma, se opone a los argumentos del inversionista Bill Miller proporcionados el día anterior en una entrevista con WealthTrack.
«En un mundo donde el control y la manipulación digital se han convertido en una norma, muchos creen que las criptomonedas y los NFT permiten la libertad, pero esto no es exactamente cierto», declaró Slavoj Zizek. Para explicar los motivos que le hacen creer esto, el filósofo hizo una comparación de la inversión en bitcoin con el comunismo.
Zizek manifestó que «el valor de bitcoin –al igual que otras criptomonedas y los NFT– no está garantizado por ninguna institución pública de autoridad», a diferencia del dinero fíat, el oro o las acciones de las empresas. Señaló que este activo está determinado por lo que la gente está dispuesta a pagar por él en el momento.
«Si hay más gente que quiere comprar que vender, es probable que los precios suban, mientras que cuando hay más vendedores, el precio suele bajar», manifestó diferenciándolo así de las acciones de bolsa que fluctúan su precio también según el rendimiento de sus compañías. Es por eso que ve a bitcoin como «un causante ideológico que existe como una fuerza real solo si suficientes personas creen en él», similar a una causa comunista.
El académico consideró que la idea de libertad que proponen las criptomonedas se convirtió en lo opuesto a su esencia al regirse por «un dominio de especulación financiera fría y despiadada, donde la seguridad y la confianza entran en escena». Así determinó: «debemos evitar ambos extremos: ni elogiar a Bitcoin o NFT por ofrecernos una nueva libertad, ni descartarlos como la última locura capitalista especulativa».
Sobre este tema también habló esta semana Bill Miller, quien en contraposición definió a bitcoin como «la única entidad económica donde la oferta no se ve afectada por la demanda” en un reportaje reportado por CriptoNoticias. Esto lo fundamenta debido a que la criptomoneda tiene una emisión limitada de solo 21 millones de BTC para minar. Esto hace que su valor pueda aumentar con el paso del tiempo si la demanda y su uso se eleva y se hace masivo, tal y como parece estar ocurriendo en la actualidad.
Bitcoin es visto como el nuevo oro
La extracción de bitcoin se diferencia del dinero fíat, como el dólar, el euro, el peso, el bolívar o cualquier moneda nacional, donde el gobierno decide la cantidad que se emite. En este sentido, la minería de bitcoin se convirtió en el «nuevo oro», ya que tiene un tope máximo en el mundo y su emisión no depende del gobierno como el dinero cash, algo en lo que ambos analistas coinciden.
Lo que contrastan sus pensamientos es que, mientras Zizek dice que bitcoin no tiene «un valor real intrínseco», Miller catalogó al activo digital como superior al oro en materia de inversiones. No solo porque su precio ha subido de 5 centavos a USD 57.000 en diez años, sino además porque el gobierno no puede controlar ni su emisión, ni los movimientos de sus usuarios.
Miller declaró que el gobierno de Estados Unidos en 1933 confiscó todo el oro de la población, algo que no puede ocurrir con bitcoin. Siempre y cuando, se almacene la criptomoneda en un monedero privado, nadie puede tener acceso a esos fondos.
El filósofo concuerda en que el estado puede abusar de su autoridad imprimiendo dinero y provocando inflación, aunque cree que, para garantizar que bitcoin no necesite una autoridad legal externa, se requiere un esfuerzo que lleva mucho tiempo. Sobre esto, estimó que «el sistema puede permitirse la apariencia de libertad solo bajo las condiciones de control digital».
Slavoj Zizek señaló también que el gasto de electricidad de la minería de bitcoin recae una pesada carga ecológica, a pesar de que cada vez más empresas optan por usar energías renovables. Según un reporte reciente de CriptoNoticias, actualmente solo representa el 0,1% a nivel global del gasto global de energía.