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Los especialistas colombianos no ven razones suficientes que motiven la emisión de una CBDC.
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Los expertos sostienen que una CBDC minorista no cumplirá por completo las propiedades del dinero.
La llegada de una moneda digital de banco central (CBDC) tendría un impacto nulo e insignificante, en términos macroeconómicos, para Colombia, uno de los países que evalúa la posibilidad de emitir su propio activo virtual.
Así lo sugieren investigadores del Banco Central de la República de Colombia (BCRP), quienes analizaron en un informe cuáles serían los efectos de la emisión de una CBDC en la economía y el mercado financiero de esa nación.
Según los analistas, la CBDC de Colombia debería tener un diseño y estructura que le permitiría convivir con el dinero en efectivo, siendo capaz de solamente cumplir funciones como instrumento de pagos. Esto es conveniente, dicen los investigadores, para particulares y empresas que quieran realizar sus pagos a través de canales digitales y de forma presencial “de una forma altamente eficiente”.
No obstante, lo anterior quiere decir que la CBDC colombiana no cumplirá los otros parámetros y propiedades del dinero, como lo son las funciones de unidad de cuenta y de depósito de valor, dice la investigación.
Los analistas sostienen que, aun con la CBDC circulando en la economía colombiana, la unidad de cuenta seguirá estando fijada a la representación física de la moneda local, el peso. Mientras que la función de depósito de valor estaría sujeta a los límites y restricciones impuestas por el banco central.
Justo por ese escenario, dicen los especialistas, los efectos macroeconómicos esperados por la emisión de esta forma de dinero digital en la economía colombiana serían nulos. «Especialmente sus posibles efectos disruptivos perjudiciales tanto en la intermediación financiera como en la estabilidad financiera», acota la investigación.
No hay motivaciones para emitir un CBDC
Los investigadores del banco central colombiano también señalaron que, en el contexto actual de la economía de ese país, ninguna de las motivaciones existentes para emitir una CBDC “son casos convincentes” para la provisión de ese dinero digital.
Entre esas motivaciones resaltan el desarrollo de una economía digital, la mejora de la eficiencia y seguridad en los pagos minoristas, el fomento a la inclusión financiera, así como evitar que se generalice la adopción de las criptomonedas estables (stablecoins).
Esto es así debido a las condiciones actuales de la economía colombiana y al hecho de que para la mayoría de estas situaciones parece haber soluciones alternativas (por ejemplo, sistemas de pago rápido). Sin embargo, esta conclusión no excluye la posibilidad de que uno de estos pueda justificar la emisión de la CBDC minorista en el futuro.
Investigadores del Banco Central de la República de Colombia.
En ese sentido, los analistas instan al Banco de la República de Colombia a que, en caso de emitir finalmente su CBDC, lo haga, pero bajo un diseño de colaboración conjunta entre el sector público y el privado, “de forma no remunerada y con posibles límites de tenencia o gasto para enfrentar la potencial disyuntiva de privacidad y seguridad”.
Hay que recordar que Colombia es uno de los países que ha mostrado cierto interés por las CBDC. Como muestra de ello, el gobierno actual y el Banco Central de la República, anunciaron que van a utilizar la plataforma Ripple CBDC, creada por la empresa Ripple Labs, precisamente en aras de comprobar la viabilidad de sus posibles usos en el sistema de pagos, como lo reportó CriptoNoticias.
El poco éxito de las CBDC
Lo que señalan los analistas del banco central colombiano en torno a la CBDC y su nula o insignificante afectación sobre la economía de ese país, hace recordar el análisis del investigador Xavier Lavayssière, para quien estas monedas tienen baja adopción porque las personas no saben utilizarlas.
De acuerdo con este analista, la mayoría de los proyectos de CBDC en el mundo no han tenido éxito y su adopción ha sido «bastante baja». Esto como consecuencia de que las personas que no tienen cuentas bancarias “son los últimos alfabetizados digitalmente”.
«No es tan fácil para los desbancarizados usar este nuevo sistema. (…) Tiene que ver con diseñar la interfaz para que sea fácil de usar para la gente», dijo Lavayssière.