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Brasil es el país de América Latina que tiene el proyecto de CBDC más avanzado.
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El proyecto de dólar digital de Estados Unidos se “está quedando atrás”.
Al parecer marzo de 2024 será recordado en el mundo de las criptomonedas, no solo porque bitcoin (BTC) alcanzó un nuevo máximo histórico, sino también porque hay nuevas marcas en materia de monedas digitales de banco central (CBDC). Según muestra un informe publicado en el sitio Atlantic Council, la cantidad de proyectos en marcha registra un nuevo récord.
De acuerdo con la última actualización del rastreador de CBDC, a la fecha hay 134 países en todo el mundo que avanzan en el desarrollo de sus monedas digitales. La cifra indica que unas 17 jurisdicciones se han sumado a la lista desde noviembre pasado, cuando otros rastreadores contabilizaron 117 proyectos.
Los datos muestran un avance de más de 14% respecto a la cantidad de proyectos que se estaban trabajando en 2023. Señalan los investigadores de Atlantic Council que este récord apunta a que ya el 98% de la economía global está explorando versiones digitales de sus monedas.
Las estadísticas indican que, del total de proyectos de CBDC en marcha, 68 están en fase avanzada de exploración, en etapas de desarrollo, prueba piloto o lanzamiento. Destacan que son tres los países que han lanzado completamente una CBDC: Bahamas, Jamaica y Nigeria; además de que también «hay un nuevo máximo de 36 pilotos de CBDC en curso, incluido el euro digital».
En este aumento se incluyen los adelantos realizados en materia de CBDC mayoristas transfronterizas, que ya suma unos 13 proyectos en todo el globo. Entre las CBDC más adelantadas se cita además al yuan digital de China, considerado el piloto más grande del mundo, el cual registra 260 millones de carteras en 25 ciudades del país.
La lista de proyectos lanzados incluía a la Unión Monetaria del Caribe Oriental, formada por 8 países, donde la disponibilidad del proyecto de CBDC identificado como DCash se suspendió debido a problemas técnicos. Actualmente están desarrollando un nuevo piloto.
Con todos estos datos, el informe apunta que ya todos los países del G20, cuentan con CBDC en fases avanzadas, a excepción de Argentina. Aunque aseguran que, en particular, Estados Unidos «se está quedando cada vez más atrás» en el desarrollo del llamado dólar digital.
Tal hecho se debe a que «existe una brecha cada vez mayor entre los bancos de Estados Unidos y los del G7, incluidos el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón». Toman en cuenta además que la CBDC se ha convertido en un tema de la campaña presidencial estadounidense en curso, y que varios candidatos, políticos y gobernadores de estados se han pronunciado en contra de su implementación.
Los BRICS ven a las CBDC como alternativa al dólar
El informe también llama la atención sobre el hecho de que en los países fundadores del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) los proyectos de CBDC se encuentran en la fase piloto de exploración.
Varios de los nuevos miembros del BRICS (Arabia Saudita, Irán y los Emiratos Árabes Unidos) también están explorando CBDC mayoristas transfronterizas. Se trata de una movida relacionada con los planes del grupo que también se propone desarrollar un sistema de pagos alternativo al dólar de EE. UU. La idea de estos países es promover el proceso de desdolarización global.
Vale resaltar el caso de Brasil, uno de los miembros del BRICS, por ser el país de América Latina con una de las CBDC de mayor avance. Tal como ha informado CriptoNoticias, desde el año pasado el banco central realiza pruebas con el Drex en la cual participan varios bancos públicos y privados.
Es así como todo indica que el interés de los gobiernos por desarrollar monedas digitales sigue en aumento. Esto, a pesar de las críticas que se hacen a este tipo de monedas, al ser consideradas como mecanismos de control de los Estados.
Se sabe, en ese sentido, que —sin importar los cuestionamientos y el bajo nivel de aceptación— la idea es contar con alternativas digitales de pago manejadas por los gobiernos, que de alguna manera puedan contrarrestar la popularidad alcanzada por las criptomonedas. Un objetivo que ha sido reconocido por el Banco Internacional de Pagos (BIS) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ambos organismos promueven el desarrollo de nuevos medios de pago que puedan replicar las propiedades de las criptomonedas para que puedan competir con bitcoin.