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Fundador de Swam.com rechaza argumentos de Buterin contra la minería de criptomonedas.
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Uno de los principales argumentos contra la minería es su elevado consumo energético.
Vitalik Buterin, cocreador de Ethereum y principal impulsor de la prueba de participación (PoS, por sus siglas en inglés) para esta red, parece no tener del todo claro «cómo funciona la prueba de trabajo» (PoW) de la minería Bitcoin y otras criptomonedas, según declara un empresario.
Brandon Quittem, bitcoiner y fundador de la empresa Swam.com, recoge varios tuits escritos por Buterin en los que se expresaba sobre la prueba de participación y contra la prueba de trabajo.
Se observa que él mantiene esa idea desde 2014, antes de que Ethereum fuera lanzado. Sin embargo, tener una «visión de tunel» como argumenta Quittem, le ha impedido al creador de Ethereum cambiar de perspectiva acerca de PoW.
En varios de los tuits recopilados, Buterin menciona que el hashrate de monedas con PoW puede ser «capturado» por grandes empresas mineras. A esto, Quittem contraargumenta que cualquier persona puede comprar un minero ASIC S9 sobre unos USD 200, y minar Bitcoin. En cambio, para Ethereum, el staking pide depositar 32 ETH, aproximadamente USD 60.000, al momento de esta publicación.
No obstante, existen alternativas para quienes no cuenten con los 32 ETH como son los pools de staking. Sin embargo, este tipo de plataformas implica que es un tercero quien administrará los nodos validadores, no el usuario. Es decir, la plataforma hace staking con el dinero de los usuarios.
Los pools de staking pueden centralizar a Ethereum
Quienes ejecutan un nodo validador de Ethereum 2.0 se ven obligados a mantenerlos siempre en línea. Un simple bajón de internet acarreará pequeñas penalizaciones que serán descontadas de los 32 ETH en staking. Un comportamiento considerado deshonesto (intentar un doble gasto) puede significar una penalización por todos los fondos en staking.
Quittem argumenta que esta es la principal razón por la que los usuarios deciden «subcontratar» staking, a través de pools.
Dado que estas plataformas literalmente administran los fondos de los usuarios que depositan en staking, pueden hacer con ese dinero lo que deseen. Buterin considera que este tipo de plataformas no tendrán «motivación» de utilizar el dinero de sus usuarios gracias a las penalizaciones (slashing) que existen en el protocolo de Ethereum.
No obstante, estos escenarios llevaron a Ethereum 2.0 entrar en una centralización. Según datos mostrados por Quittem, el 67% de los ETH en pools de staking se encuentra sobre plataformas reguladas. «Con suerte, el Gobierno de los Estados Unidos no sanciona a estas entidades (o las obliga a implementar KYC)», dice Quittem.
Plataformas como el pool de staking Lido han sido acusadas de colaborar en esta centralización, lo cual las ha llevado a trabajar en herramientas que contrarresten este escenario, según lo reportó CriptoNoticias.
«El staking es más vulnerable que la minería», dice Quittem
Buterin comentó que «PoW físico es más fácil de atacar que PoS digital», ya que se puede clausurar una granja de minería, caso que ya se vio con la persecución de los mineros en China.
Sin embargo, Quittem argumenta que para que exista un ataque a PoW, se requiere un esfuerzo global coordinado, el cual podría resultar sumamente costoso. En cambio, PoS se dirige a lo que clasificó como una «trampa de financiación» en el que pocas plataformas tienen la mayoría del ETH en staking. Aquí el ataque digital sería mucho más barato y «difícil de parar».
Quittem finaliza comentando que PoW permite tener un «dinero no político». Cualquiera puede tener un minero PoW, sea GPU o ASIC. Según Quittem, hay un consenso social de que «PoW es malo», pero no bajo buenos argumentos, sino solo bajo la lógica de que Buterin así lo cree.