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En 2020 se lavaron más de 2.000 millones de dólares en criptomonedas.
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Un 75% de los fondos se concentró en menos de 2.000 direcciones de depósito.
El lavado de dinero con bitcoin y otras criptomonedas está cada vez más centralizado en pocas direcciones y entidades. Así lo reveló un informe de la firma de investigación de blockchains Chainalysis, enfocado en las actividades ilícitas asociadas con criptomonedas durante el año 2020.
Los registros de la firma muestran un total cercano a los 2.250 millones de dólares en fondos ilícitos lavados durante el año 2020 con bitcoin u otras criptomonedas, distribuidas en casi 1,5 millones de direcciones.
Un grupo reducido de poco menos de 2.000 direcciones recibió el 75% de los fondos asociados a actividades ilícitas en 2020. De esas direcciones, en solo 270 se concentraron más de 1.300 millones de dólares, mientras que 500 millones de dólares estuvieron concentrados en apenas 24 direcciones de depósito, expone la investigación publicada hace unos días.
Mientras durante 2020 hubo un 55% de los fondos destinado a apenas 270 direcciones, en 2019 esas mayores direcciones recibían apenas 36% de los fondos ilícitos durante ese año. El incremento se ve claramente en una de las gráficas incluidas en el informe.
“Creemos que la creciente concentración de direcciones de depósito que reciben criptomonedas ilícitas refleja la creciente dependencia de los ciberdelincuentes en un pequeño grupo de corredores OTC y otros servicios anidados que se especializan en lavado de dinero”, explica Chainalysis.
Principalmente, las direcciones de destino de fondos ilícitos pertenecen a grandes exchanges de bitcoin y criptomonedas, mediante los cuales los criminales pasan el dinero obtenido a fíat u otras criptomonedas. Pero también vemos involucrados en el proceso a sitios de apuestas, plataformas en “jurisdicciones de alto riesgo” o servicios de mezcla u ofuscación de transacciones con criptomonedas.
¿Bitcoin y criptomonedas son la herramienta preferida por criminales?
El informe de Chainalysis destaca que, a pesar del alto volumen de dinero recibido que provenía de actividades ilícitas, las direcciones receptoras movieron mucho más dinero procedente de operaciones legales.
“Aunque individual y colectivamente pueden facilitar una gran cantidad de lavado de dinero, la actividad legítima también representa una parte significativa del volumen total de transacciones para muchas de estas direcciones de depósito, especialmente aquellas que recibieron menos de USD 25 millones en criptomonedas de direcciones ilícitas”.
Chainalysis.
El volumen de criptomonedas proveniente de actividades delictivas solo representa un 10% de los fondos recibidos por muchas de las direcciones rastreadas en el estudio. “Esto sugiere que el lavado de dinero que facilitan esas direcciones podría ser simplemente inadvertido y debido a deficiencias en los programas de cumplimiento de los servicios anidados que las controlan”, apuntan los investigadores.
Tal como reportó recientemente CriptoNoticias, el debate sobre el uso de bitcoin y otras criptomonedas para el delito, en comparación con el dinero fíat, sigue muy vivo en la actualidad.
Tanto la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde; como Janet Yellen, nueva Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, apuntan a una férrea regulación de Bitcoin. Principalmente, alegando su uso como herramienta para el lavado de dinero a gran escala.
Sin embargo, casos recientes muestran cómo entidades bancarias ampliamente reguladas y de todo tipo de jurisdicción son utilizadas constantemente como vehículo para legitimar capitales provenientes de todo tipo de actividades delictivas.
Y aunque en altas esferas se apunta a bitcoin, hay quienes no han dudado en señalar a los banqueros y sus instituciones como parte central del problema. Entre ellos, destaca el senador Sherrod Brown, miembro del Comité Bancario del Senado estadounidense.
Durante una entrevista reseñada por este medio, Brown señaló que “si algunos banqueros van a la cárcel, esas cosas dejarán de suceder”, refiriéndose al caso de los FinCEN Files, una investigación que expuso la participación de bancos en todo el mundo para el blanqueo de miles de millones de dólares.