Hechos clave:
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El FSB teme que las stablecoins comprometan los sistemas financieros de los países.
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La organización recomienda una férrea regulación para las stablecoins.
El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), organismo internacional creado por el G20, ve un potencial riesgo en la adopción masiva de las stablecoions o monedas ancladas al valor de monedas fíat. Así lo establece la organización en su informe Regulación, supervisión y fiscalización de Acuerdos de » Stablecoins globales», publicado esta semana.
Para el FSB, una “stablecoin global” es aquella “con un potencial alcance y adopción en múltiples jurisdicciones y y la capacidad para lograr un volumen sustancial”. Según la organización, los riesgos actuales asociados con el uso de este tipo de monedas son pocos. Particularmente, esto se debe a una “escala relativamente pequeña” y “casos de uso limitados” para las stablecoins actualmente.
El informe expone que el uso de stablecoins como medio de pago o una reserva de valor “podría aumentar significativamente en el futuro, posiblemente a gran escala y en múltiples jurisdicciones”. Y en ese escenario, su análisis de riesgos podría cambiar, agrega el FSB.
Entre las principales amenazas, la organización consideró que un amplio uso de stablecoins como reserva de valor expondría a sus usuarios a riesgos ante eventuales fluctuaciones en el valor de la moneda, posiblemente ocasionada por variaciones en los activos subyacentes de la stablecoin. “Incluso una variación moderada en su valor puede causar fluctuaciones significativas en la riqueza de los usuarios”, alegó.
Estos efectos negativos tendrían mayor incidencia en las economías emergentes, donde ven más probable el uso de stablecoins como reserva de valor, en comparación con economías avanzadas.
Ante los ojos del organismo, el riesgo es amplio y contempla incluso problemas de infraestructura. Consideraron al respecto que, un uso sostenido de estas monedas digitales para pagos de todo tipo “podría poner a prueba la capacidad de la infraestructura de apoyo para manejar altos volúmenes de transacciones y las condiciones de financiación del sistema financiero en general”.
Recomendaciones del FSB con respecto a las stablecoins
El documento del FSB contempla una serie de recomendaciones para los gobiernos, en términos de regulación, supervisión e incluso en la vigilancia sobre el uso de stablecoins con potencial alcance global.
Entre esas recomendaciones, destaca el llamado a las autoridades a “aplicar requisitos completos de regulación, supervisión y vigilancia” para el uso de estas monedas en sus jurisdicciones, además de plegarse a normativas internacionales y mantener una amplia cooperación entre naciones “para garantizar una regulación integral”.
Por otra parte, el informe exhorta a los gobiernos a garantizar “marcos de gestión de riesgos eficaces”. En particular, enfocándose en la gestión de reservas que sustenten la stablecoin, garantías operativas y de infraestructura, ciberseguridad y políticas contra el lavado de dinero y financiamiento al terrorismo.
Las recomendaciones del organismo internacional también incluyen el desarrollo de sistemas de recopilación, almacenamiento y salvaguarda de datos de sus usuarios. Además, debe haber “claridad jurídica” para que los usuarios entiendan los requisitos regulatorios y “la exigibilidad de cualquier derecho de redención y su proceso, cuando corresponda”.
Recientemente, la atención del mundo hacia las stablecoins ha ido en claro aumento. El Banco Central Europeo, miembro del FSB, llegó a considerar que estas monedas podían representar incluso una competencia para el euro digital, versión de la región de moneda digital de banco central (CBDC), una de las tendencias perseguidas por instancias centrales alrededor del mundo.
El FSB tiene más de 20 miembros, entre países y organizaciones. Además del Banco Central Europeo, la lista incluye al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Destacan entre sus países miembros algunos con claros acercamientos a la creación de sus CBDC.
Entre esos países, encontramos a China, que recientemente aceleró el desarrollo de su yuan digital, como reportó CriptoNoticias; Estados Unidos, cuya versión digital del dólar también está en proceso; al igual que Brasil, en la región latinoamericana.