La aplicación de la famosa BitLicense hace ya más de un año, causó polémica y disconformidad tanto en los usuarios locales de las criptomonedas como en las compañías que proveían esta clase de servicios en la metrópolis neoyorquina. Ante los altos costos para obtener la licencia, sumados al engorroso trámite y el hecho de que se arrebataría la privacidad tanto a las compañías como a los clientes, hubo un éxodo colectivo de empresas que decidieron que operarían mejor en otros estados o inclusive en otros países.
Hasta ahora se pensaba que hasta allí había llegado el asunto de las estrictas regulaciones de las autoridades de la Gran Manzana sobre las monedas digitales, pero es muy probable que no sea así. En recientes declaraciones, el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció la propuesta de una nueva regulación en la ciberseguridad dirigida a bancos, compañías de seguros y otros servicios financieros. En esta última definición entran las compañías que aún trabajan con criptomonedas en Nueva York tras conseguir su costosa BitLicense, entre ellas Bitstamp y Coinbase.
Específicamente, la propuesta se trata de aplicar una regulación mediante la cual las entidades mencionadas tendrían que implementar y mantener un programa de ciberseguridad liderado por una nueva figura en la plantilla: un Jefe de Seguridad de la Información. Esta figura se encargaría junto a un equipo calificado de aplicar las medidas necesarias para detectar e impedir las intrusiones cibernéticas y proteger los datos de los clientes.
Asimismo, de sufrir estos ataques, las compañías tendrán la obligación de comunicarlo al Departamento de Servicios Financieros de Nueva York en un plazo máximo de 72 horas, y también deberán realizar pruebas anuales de las ciber-defensas con personal calificado. Según los expertos, todo el proceso con el equipo humano y material incluido podría costar millones de dólares.
La justificación para esta medida, que por los momentos está en estudio público de 45 días, la otorgó el mismo gobernador Cuomo:
Esta regulación ayuda a garantizar que la industria de servicios financieros mantenga su obligación de proteger a los consumidores y garantizar que sus sistemas están lo suficientemente bien construidos para prevenir los ataques cibernéticos en la mayor medida posible.
Andrew Cuomo
Gobernador del estado de Nueva York
Por desgracia este argumento está bien fundamentado, ya que últimamente los hackers se vuelven más y más habilidosos para romper la seguridad de cualquier compañía, pero sobre todo de las financieras. Lamentable ejemplo fue el hackeo al J.P. Morgan, el segundo banco más grande de Estados Unidos, de donde fueron robadas 76 millones de cuentas en agosto de 2014; y el en ecosistema de las criptomonedas, la plataforma de intercambios Bitfinex fue la víctima más reciente de este tipo de ataques.
¿Nuevo golpe o una medida necesaria?
El mundo del Bitcoin tampoco se ha librado, en lo absoluto, de los repetidos ataques cibernéticos que han costado algo más que millones de dólares a las compañías involucradas. Dado que las criptomonedas son un sistema financiero emergente, estos ataques no afectan sólo a una entidad, sino a la reputación de todo el ecosistema. Grandes ejemplos de estas fallas de seguridad son DAO y Bitfinex, que aún están pagando las consecuencias.
A simple vista puede parecer que Nueva York vuelve a obstaculizar un poco innecesariamente el crecimiento de las monedas digitales en su seno, pero a largo plazo esta regulación también podría ahorrar millones de dólares a las compañías. Por supuesto, no todas serán capaces de asumir los gastos o, por otro lado, preferirán asumir inversiones mucho más modestas para implementar su propia seguridad. De aprobarse esta regulación, es muy probable que otro éxodo de compañías relacionadas a Bitcoin y las criptomoneda vuelva a darse en Nueva York.
Las que se queden serán quienes, además de notar las ventajas, también estén dispuestas a invertir una buena parte de su capital. Esto lo veremos en noviembre, cuando se decida si esta propuesta toma o no efecto.