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El exchange de criptomonedas gastó alrededor de USD 2.000 millones en "adquisiciones regulatorias".
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El ex CEO de FTX cortejaba a los reguladores y nadie notaba que usaba los fondos de los clientes.
Documentos del exchange de criptomonedas FTX revelan las tácticas con las que su fundador San Bankman Fried (SBF) le convirtió en «el exchange más regulado del planeta» como se promocionaban, sin serlo del todo. Su estado regulatorio era clave porque lo usaba como una forma de atraer nuevo capital de grandes inversionistas, señala Reuters en un reporte.
FTX gastó unos 2.000 millones de dólares en «adquisiciones con fines regulatorios» y como parte de ello, el año pasado compró a la bolsa de futuros LedgerX LLC. De esta forma obtuvo, de una vez, tres licencias de la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos.
Con estas licencias en mano, SBF cambió la marca LedgerX LLC para convertirla en FTX US Derivatives, y de esa forma accedió como exchange regulado a los mercados de derivados de materias primas de Estados Unidos.
De tal manera que, no solo obtuvo ventaja competitiva sobre sus rivales, sino que además FTX obtuvo acceso a más mercados lucrativos y se hizo más visible para alcanzar nuevas asociaciones, de acuerdo con el reporte del mencionado medio de comunicación.
De hecho, FTX US Derivatives es una de las pocas propiedades relacionadas con Bankman Fried que no forma parte de sus procedimientos de bancarrota. De hecho, la firma sigue operativa en la actualidad, aunque parece haber vuelto a usar la marca LedgerX, ya que se redirecciona cuando se intenta acceder a su sitio web.
De igual manera, Bankman Fried compró una participación del 10% en la bolsa de acciones IEX con la opción de adquirirla por completo en los próximos dos años y medio. Mientras tanto, la asociación le dio la oportunidad a SBF de presionar a los reguladores para que le permitieran introducir un nuevo producto en el mercado de derivados, según lo señalado por el presidente de la CFTC Rostin Behnam al medio CNBC.
Estos acuerdos y otros revelan que más allá de operar el mercado de las criptomonedas, Bankman Fried también elaboró una amplia estrategia para que FTX contara con un marco regulatorio agradable. Para lograrlo, adquirió participaciones en compañías que ya tenían licencias de las autoridades, todo con el objetivo de acortar el proceso de aprobación, a menudo prolongado, de los canales regulatorios, tal como lo expone Reuters en su reporte.
FTX y sus licencias ¿una estrategia de marketing?
En un documento titulado «FTX Roadmap 2022», el equipo del exchange de criptomonedas señalaba que el paso 1 para alcanzar sus objetivos era clave «obtener la mayor cantidad de licencias posibles».
Ya para entonces FTX era el tercer exchange de criptomonedas con más operaciones en el mundo. Sin embargo, su equipo buscaba construir una plataforma financiera donde los usuarios pudieran intercambiar acciones y tokens, transferir dinero y realizar operaciones bancarias
«En parte, esto es para asegurarnos de que estamos regulados y cumplimos; En parte, esto es para poder ampliar nuestra oferta de productos», dice un documento visto por Reuters en el que se expone la necesidad de FTX de adquirir licencias. Pero, en lugar de solicitarlas, lo que puede llevar años y, a veces, preguntas incómodas, Bankman Fried decidió comprarlas, añade el reporte.
Por otro lado, detrás del exchange de criptomonedas FTX, se había tejido un complejo entramado social que involucró a políticos y reguladores, lo cual le habría permitido a su equipo operar de manera irregular sin levantar las banderas rojas de que algo andaba mal, tal como lo reportó CriptoNoticias recientemente.
Las señales de que algo no andaba bien abundaban en FTX, pero la mayoría prefirió hacer la vista gorda. Bankman Fried planeaba dirigir el exchange con poca supervisión, así que los interesados debían «apoyarlo y observar». Su discurso ante inversionistas era una oferta de tómalo o déjalo, tal como lo reseña el New York Times.
Ahora los inversionistas también están bajo escrutinio por permitir que Bankman Fried tuviera tan poca supervisión. El pasado 11 de noviembre, FTX y 130 empresas filiales se declararon en quiebra y se han convertido en el ejemplo más dramático en la historia reciente de lo que sucede cuando los llamados fundadores visionarios reciben mucho dinero con pocas condiciones a cambio.