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El respaldo de cualquier cosa puede caer, y con ello su poder de compra.
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Parecía una máxima: el euro vale más que el dólar. ¿Y ahora qué?
Estabilidad. Esa palabra parece el santo grial. Todos la buscamos, la necesitamos. Nos da tranquilidad pensar que tenemos algo estable en nuestras vidas. La familia, la pareja, una casa, una rutina con sus variaciones controladas. En definitiva: la certeza de que algo se mantendrá en el tiempo. En ese escenario, nada mejor que un dinero que también sea estable, ¿cierto? Para muchos, esa estabilidad está encarnada en el dinero que conocen, en monedas como el dólar o el euro… y ahora la buscan con las stablecoins.
El problema es que, en realidad, la estabilidad no es el curso natural de las cosas. Veamos la propia naturaleza: todo está en movimiento, la principal constante es el cambio. Y de eso no escapa el dinero.
Hasta no hace mucho, el euro tenía un valor bastante por encima que el del dólar. Ahora, cada vez que veo su cotización por debajo, no puedo sino sonreír. No de alegría, por supuesto. Esto ha sido una terrible noticia para los europeos. También para amigos que reciben su pago en euros trabajando en Latinoamérica. Pero sí por la ironía encarnada en el mercado, con un mensaje claro: nada es realmente estable.
Las razones son muchas. Las acciones de los gobiernos terminan siendo de las principales, claro. Pero la verdad es que hay demasiados factores que hacen del dinero algo inestable, A pesar de la ilusión de que no lo es. En cuanto al dinero fíat, los gobiernos tienen control absoluto y pueden variar el ritmo en el que inflan sus monedas, sin que uno pueda chistar. Así lo han hecho, imprimiendo de forma recurrente, como hemos reseñado en CriptoNoticias desde que comenzó la pandemia.
Pero incluso fuera de las políticas monetarias, un momento de inestabilidad política, un potencial (o en curso) conflicto bélico o hasta tensiones comerciales entre naciones puede «desestabilizar» la moneda de un país. Todo eso, fuera de nuestras manos.
Cualquier respaldo puede fallar
El dinero emitido por los gobiernos tiene un claro problema: es emitido por los gobiernos. La inflación, que en teoría sería parte de la dinámica de expansión de la economía y no tendría por qué ser negativa, depende de las políticas de esos gobiernos. Y por lo tanto, la posible estabilidad de una moneda queda en manos de unos pocos. Los políticos, en este caso.
¿Por qué queremos replicar, entonces, ese modelo, ahora con las stablecoins? Sí, la llegada de las stablecoins ha facilitado muchísimo el comercio de criptomonedas por varias razones. Entre ellas, la facilidad de moverse entre dinero fíat y criptomonedas volátiles de forma expedita, dentro de una misma plataforma. El problema es tomar estas monedas ancladas a su vez a monedas emitidas por los gobiernos como vehículo de ahorro a largo plazo.
Las stablecoins tienen un grave problema. Primero, asumamos que funcionan cabalmente y a través del tiempo: su valor, manteniendo paridad con el dinero fíat, sigue a merced de los gobiernos. Aquí el riesgo es doble: dependes de los gobiernos y de los promotores de la stablecoin.
Pero luego, esa estabilidad con respecto al activo subyacente depende de las acciones de la empresa, protocolo o algoritmo que se encargue de mantener dicha paridad. Si de una empresa se «pierden» los fondos utilizados como respaldo o hay un hackeo a una plataforma de liquidez de una stablecoin y esta pierde su estabilidad, ¿hay algo que podamos hacer al respecto?
El mundo es inestable… y se pondrá peor
En los últimos dos años ha pasado de todo. Pasamos por una pandemia, se desató un conflicto entre Rusia y Ucrania, ha habido sostenidas tensiones comerciales de Estados Unidos con China. También se registró la mayor inflación en décadas para las grandes potencias, se habla de recesión… los mercados han caído.
¿Y sabes? Todo pinta a peor. Los gobiernos quieren tener cada vez más control y no dejan de usarlo. ¿Quieres un dinero que se los haga más fácil? ¿Incluso sabiendo que la estabilidad que supuestamente encarna ese dinero no es tal?
Yo preferiría ir poco a poco transitando el camino de Bitcoin. Evadir a los gobiernos con un dinero que no pueden controlar ni tienen incidencia sobre su política monetaria. ¿Qué tampoco es estable? ¿Qué es muy volátil? Es cierto. Y lo digo sin complejos: bitcoin no sirve en esos términos para quienes viven del día a día. Porque, eso está claro, la estabilidad del dinero fíat no existe, pero el ritmo en que su poder de compra cae no es comparable con una potencial caída de 10% en un día para BTC, por ejemplo.
Pero si puedes ahorrar 1 dólar, 2 dólares, 10 dólares, lo que sea, al ritmo que puedas e irlo pasando a Bitcoin, estarás cambiando la estabilidad fantasiosa de los gobiernos por la de una red que no depende de ellos y que, a lo largo del tiempo, mantiene una tendencia alcista evidente contra el fíat. Yo opto por eso mientras, en el día a día, no hay más opción que gastar y vivir en los mismos términos que nos han impuesto: a merced del dinero que dice ofrecer lo que el mundo no puede ni debe dar; estabilidad.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.