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Empresas del criptoecosistema muchas veces no toleran los cuestionamientos.
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Un sinnúmero de ellas están amoldadas a los comunicados de prensa y a los artículos patrocinados.
Cuando Gabriel García Márquez escribió su artículo «El mejor oficio del mundo», en octubre de 1996, el ganador del Premio Nobel de Literatura describió cómo había evolucionado el periodismo, cuáles eran sus fallas y cuáles fueron las fortalezas que observó durante años en esta profesión que amó sin medias tintas.
En un pasaje del texto, García Márquez reflexiona al decir que la investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición. El autor de «Cien Años de Soledad» resumió de esta forma que la carrera del periodista debe centrarse en conocer los hechos a fondo, comprobar verdades y desenmascarar mentiras.
Los periodistas no somos policías, ni tampoco jueces. El trabajo de un reportero es corroborar información, contrastar hechos, analizar datos, mostrar resultados o evidencias. Es decir, su labor es investigar las fuentes de información ya sean relacionadas con la política, la economía, los sucesos o las nuevas tecnologías, como en el caso de bitcoin o las criptomonedas en general.
Hacer periodismo es un estilo de vida, es estar dedicados 24 horas al día a las noticias y a sus consecuencias. En este aspecto se asemeja a bitcoin ya que se trata de una criptomoneda con repercusiones globales, que a cada instante genera reacciones positivas y negativas entre gobiernos, reguladores, compañías y hasta los bancos.
Dedicarse a cubrir las noticias de bitcoin es retador porque la tecnología cambia rápidamente. Tanto las empresas como los desarrolladores de software anuncian cada día sus avances en Twitter, Reddit o Medium. Muchos elaboran comunicados de prensa o pagan artículos patrocinados para anunciar sus innovaciones.
Esta rutina generó, con el transcurrir de los años, un costumbrismo a la difusión de información sin cuestionamientos de terceras partes. Elaborar un comunicado de prensa, redactar un artículo patrocinado, manejar redes sociales o estar a cargo de las relaciones públicas de una compañía, no es hacer periodismo. Tal vez marketing, pero no periodismo.
Críticas a los medios
Las startups a menudo ven con recelo el que se les cuestione, especialmente si la crítica viene de los medios de comunicación, que justamente tienen como misión verificar hechos. Hay compañías en este ecosistema, y en diferentes industrias, que asumen que por pautar publicidad en un medio ya está silenciado para que no se les cuestione.
Lo cierto es que la razón de ser de los medios está orientada a velar por los intereses comunes de una sociedad, en nuestro caso del mundo de las criptomonedas, y no en convertirse en difusores masivos de cualquier información que las empresas quieren que se publique a su manera.
Un ejemplo de esa realidad es que a escala global se han creado decenas de agencias de marketing que promocionan contenido relacionado con las criptomonedas. También están las empresas que contratan servicios de agencias para mercadear sus productos en los medios.
Las que no lo hacen eligen elaborar sus propios comunicados de prensa y enviarlos masivamente, vía correo electrónico, solicitando su difusión como una forma de publicidad gratuita, algo que inunda los buzones de los editores, canales de contacto de los medios y hasta el de los periodistas.
En esta industria han nacido en los últimos años blogs y páginas de difusión de información, pero han sido pocos los periódicos que han visto la luz con iniciativas editoriales propias y miradas a los hechos noticiosos con un tono definido.
Periodismo incómodo
Estos elementos podrían apuntar a que el criptoecosistema tal vez no está listo para el periodismo verdadero. Por naturaleza el periodismo puede ser incómodo, especialmente para quienes no están haciendo las cosas de forma correcta, están involucrados en casos de corrupción o estafas.
En decenas de países la prensa es considerada como un garante que vela por los intereses de una comunidad. El objetivo es que las autoridades rindan cuentas sobre sus actos y toma de decisiones. En el caso de las empresas de criptomonedas el interés es remarcado a favor de la transparencia.
En diciembre del año pasado publiqué mis reflexiones como periodista tras cumplir seis meses cubriendo Bitcoin. Desde entonces han pasado muchas cosas, pero he aprendido que cada proyecto de criptomoneda defiende sus propios intereses, que hay personas que juegan a la especulación, que los casos de estafas siguen activos y que hay empresas que pretenden silenciar o desacreditar.
Es muy probable que en el futuro la labor periodística auténtica se incremente en este ecosistema, pero mientras tanto hay muchas lecciones que aprender. Desde esta trinchera seguiremos apostando por un periodismo más cercano a los lectores que les permita tomar sus propias decisiones y educarse sobre bitcoin, las plataformas que la acompañan y, sobre todo, para que reciban información de utilidad.
Descargo de responsabilidad: los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.