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Estados Unidos ya enfrentaba su peor inflación en décadas antes de la guerra.
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En España, los precios del sector energético han venido escalando con fuerza.
La guerra entre Rusia y Ucrania no tiene solo un par de semanas. Misiles y bombas caían y caían desde hace meses, sin que ninguno en el planeta (ni siquiera en Ucrania, el mayor país afectado) se enterara. Suena loco, ¿no?
Bueno, esto es lo que algunos políticos quieren que crean sus respectivos ciudadanos y el planeta entero, cuando apuntan a la reciente movida militar de Putin en territorio ucraniano como causal de los altísimos índices inflacionarios que atraviesan (desde hace mucho) sus economías.
Este es el caso de Pedro Sánchez, jefe del gobierno de España; y Joe Biden, presidente de Estados Unidos. Ambos han optado recientemente por desconocer sus propias acciones y la larga data de los índices de inflación de sus países. Prefieren mirar a otro lado y han apelado al comodín del momento. ¿Los precios suben sin freno? ¿Problemas económicos? No pregunte más: ahora todo es culpa de Putin.
Poco importa que en la Unión Europea (España incluida) y en Estados Unidos la respuesta abrumadora a la crisis que generó la pandemia fuera inyectar dinero de forma casi desquiciada. Aumentan la deuda, imprimen dinero sin ton ni son durante al menos dos años. Pero ahora la inflación se generó porque Putin se metió en Ucrania. Las cuentas no dan, ¿verdad?
A eso en Venezuela lo llamamos «escurrir el bulto». Dícese de la acción de endilgar las culpas propias a cualquier factor externo que a uno se le antoje. Las razones o la verdad detrás de eso, poco importan, siempre que la persona (en este caso un gobierno) pueda omitir el peso de sus acciones.
Putin, el culpable retroactivo
«Voy a hacer todo lo que pueda para minimizar el aumento de precios de Putin aquí en casa». Con esas palabras, Biden anunciaba recientemente su estrategia para lidiar con la inflación interna de Estados Unidos.
El problema es que su plan es a muy largo plazo, como señalan diversos analistas; y que deja de lado el hecho de que la situación no es nueva. Llamarlo «la subida de Putin» limita el rango temporal, como si se tratara de un fenómeno reciente.
Idéntica aproximación ha sido la de Sánchez, que fue incluso más allá con sus declaraciones: «Creo que es importante no confundir a los ciudadanos, la inflación y los precios de la energía son única responsabilidad de Putin y su guerra ilegal en Ucrania, es la verdad».
Según ambas posturas, entonces, el mundo entero (empezando por sus propios países) ha estado reaccionando económicamente a una guerra que ni siquiera había comenzado. Es decir, que Putin es un culpable tan conveniente en la actualidad, que sus culpas son incluso retroactivas.
Recordemos que el jefe del Kremlin anunció la incursión armada en territorio ucraniano el pasado 24 de febrero. No han pasado siquiera tres semanas, pero eso ha ocasionado toda la inflación de los últimos dos años….
Peor inflación en décadas, ¿cuestión de tres semanas?
Los números no mienten ni tienen bandos. Por eso, vamos a ellos directamente. Ya se ha dicho en infinidad de ocasiones en CriptoNoticias, porque es una situación que viene intensificándose: la inflación, tanto en Estados Unidos como en España, se ha estado moviendo a niveles históricos. Incluso, los índices de los últimos meses han sido los peores en décadas.
En el caso estadounidense, para mediados de febrero se registró el mayor incremento anual de inflación de los últimos 40 años: 7,5% entre enero de 2021 y 2022. Por su parte, España cerró el año pasado con su peor inflación en casi 30 años. La energía eléctrica, desde hace tiempo, viene siendo la mayor afectada en el país europeo.
Muchos atribuyen estos recientes índices inflacionarios a las políticas que han implementado tanto en Norteamérica como en Europa para responder a la crisis económica originada a inicios de la pandemia, en 2020. Biden no estaba al frente de la Casa Blanca para ese momento, pero tampoco es como que la dinámica haya cambiado tras su llegada.
De hecho, según lo que apuntan especialistas como Saifedean Ammous, autor del libro «El patrón fíat», la inflación puede haber empeorado recientemente, pero las políticas monetarias que la generan tienen décadas repitiendo los mismos errores.
¿Cuál es la pregunta y por qué la respuesta es Bitcoin?
Los gobiernos están acostumbrados a buscar chivos expiatorios en todas partes. Parece que cada mala política tiene siempre un culpable externo y muy conveniente. Sea la pandemia antes, sea Putin ahora, las responsabilidades y los errores de la economía de un país no pesan ni son reconocidos por sus gobernantes.
Incluso, esto no es siquiera una defensa a Putin. Sus acciones por supuesto que inciden en la actualidad económica, pero los mayores efectos de la guerra los veremos en el mediano y largo plazo. Donde está parado el mundo ahora viene de mucho más atrás.
Mientras tanto, todos nosotros, los que no definimos nada en los juegos geopolíticos y macroeconómicos, estamos a merced de esos errores.
¿Será posible un mundo distinto, donde el dinero no esté en manos tan volátiles como las de los Biden, los Sánchez, los Putin?
La respuesta ya está escrita hace más de una década. Por algo, la mayoría de los gobiernos ha decidido ver en Bitcoin una amenaza. Porque, en efecto, lo es. Al menos, para un sistema que ha demostrado ya con creces su decadencia y los malos resultados.
Bitcoin es todo lo que los gobiernos y su dinero no es. Nadie puede decidir en bitcoin de un plumazo inyectar «mayor liquidez» en forma de «ayudas» a la población (excusa pandémica), causando un descontrol inflacionario en la red monetaria. Por eso, si me ponen a escoger entre un dinero que va con el carácter de sus emisores y una red neutral… me quedo con lo escrito en código.
Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias. La opinión del autor es a título informativo y en ninguna circunstancia constituye una recomendación de inversión ni asesoría financiera.