Estados Unidos ha llegado un acuerdo de pérdida con Edward Phipps para certificar el decomiso definitivo de los 46.000 dólares que la policía de New Hampshire le decomisó sin cargos en 2016. A pesar de que Phipps asegura que el dinero fue ganado en forma honesta, la retención del dinero es definitiva.
En ese momento, la policía de New Hampshire alegó que la cantidad de efectivo que transportaba era sospechosa y confiscó el dinero. Los oficiales no encontraron irregularidades pero decidieron retener el efectivo que transportaba, bajo la sospecha de origen ilícito. Ahora el acuerdo certifica su pérdida.
La Policía Estatal de New Hampshire encontró el dinero en el maletero del vehículo de Phipps durante una parada de tráfico de rutina en la carretera interestatal 95 en Greenland. Incluso había superado una búsqueda de drogas, sin embargo, prevaleció la duda de los agentes.
En total, le retuvieron 46.000 dólares a pesar de haber reiterado que el dinero había sido obtenido de forma lícita.
Cabe destacar que no hay una cláusula específica de ley alguna que prohíba a los ciudadanos del país norteamericano circular con grandes sumas de efectivo. En este caso, se trata de una aplicación de la Ley de Pérdida, bajo la cual las autoridades tienen pleno derecho a este tipo de acciones en caso de duda.
El Demandante, Estados Unidos de América, a través de su abogado firmante, y Edward Phipps, por este medio celebran este acuerdo de conciliación por la pérdida de 39.000 USD del demandado de 46.000 USD en moneda de los EE. UU. Los 7.000 USD restantes del demandado serán liberados a Brian Silber, abogado de Phipps. Phipps afirma que es el único propietario de la moneda confiscada (…) Phipps consiente el decomiso de todos sus derechos, títulos e intereses sobre el dinero.
Acuerdo de Conciliación
Corte de New Hampshire
A pesar de no haber recibido cargo alguno, Phipps sencillamente ha sido forzado a obviar sus derechos sobre su dinero en favor del Estado, aceptando no realizar ningún reclamo futuro. El dinero sencillamente ya no está.
¿Pueden los criptoactivos ser una solución?
Podría parecer una afirmación arriesgada, pero visto lo paradigmático del caso de Phipps y los estragos que puede causar la aplicación de la Ley de Pérdida por confiscaciones injustificadas como esta, las criptomonedas podrían ser una opción interesante parea evitar episodios similares.
El volumen de efectivo —la principal causa del decomiso— y las medidas para su control son obsoletos en comparación con el funcionamiento digitalizado, automático y asegurado de manera criptográfica de herramientas como Bitcoin.
Pero, ¿cómo? Si lo que se quiere es transportar valor sin utilizar dinero en efectivo, el usuario tiene varias opciones con criptomonedas. Las más sencillas serían llevar consigo un dispositivo con un monedero digital instalado, bien sea en una laptop o un smartphone. Dado que el objetivo es ser lo más disimulado posible, podría utilizar la versión móvil de alguna cartera.
Pero si se quieren minimizar los riesgos con respecto al bienestar de este tipo de equipos, los usuarios tienen al menos tres opciones más: una cartera física (cold wallet), que puede parecer un pendrive, una billetera de papel (o sus variaciones más resistentes) o llevar las palabras de recuperación de su monedero.
La primera implica la utilización de un hardware especializado —Trezor, Coldwallet y Ledger son algunas opciones— en la conservación y portabilidad de los criptoactivos, por lo que sería una solución ideal. Una cartera de papel con la información justa, es decir, tanto la dirección bitcoin como las llaves privadas, pero impresas en un papel y con códigos QR. Puede ser efectivo siempre y cuando se conserve intacto.
Finalmente, un usuario puede sencillamente memorizar las semillas o palabras para recuperar su cartera.
Tras descargarse un monedero digital, si cree que podría estar en riesgo, memorizar sus palabras y reinstalar el software solo cuando esté seguro podría ser una opción. El riesgo está en el posible olvido de esta clave, por lo que debe ser considerada como una medida de extrema urgencia.
Cabe señalar que no se trata de una estrategia delictiva, sino del propio funcionamiento de las criptomonedas: al ser dinero digital, su portabilidad es elevada.
Es la propia ley y su poder sobre los ciudadanos la que podría llevarlos a valorar estas opciones.
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