En Chile parecen estar planteados nuevos escenarios a ser considerados por los usuarios y proveedores de servicios del mercado de las monedas digitales. El sector bancario chileno está buscando opciones para reforzar la seguridad de sus sistemas informáticos, las cuales pudieran hacer más lentos los procesos de transferencia de fondos internacionales. Esto contrasta con la tendencia en el mundo de las criptomonedas, el cual más bien se inclina por buscar alternativas para lograr transacciones más veloces, en especial en la blockchain de Bitcoin.
A finales de mayo de este año, se encendieron las alarmas en el sector financiero tradicional chileno ante un ataque cibernético sufrido por uno de los bancos más importantes del país, el Banco de Chile. La entidad fue objeto de un robo estimado en 10 millones de dólares. Los atacantes lograron cargar un virus informático en el sistema del banco, el cual en realidad representó una distracción; mientras, el objetivo real fue vulnerar el módulo SWIFT, donde se llevan a cabo las transferencias internacionales.
Este hecho tuvo impacto en la opinión pública chilena, aunque el Banco de Chile aclaró que los fondos y la información de los usuarios no fueron vulnerados. No obstante, el principal activo de un sistema financiero no es el dinero, sino la confianza del público hacia dicho sistema. Por eso, las instituciones relacionadas con el sector se reunieron para evaluar medidas como eliminar las transacciones electrónicas internacionales instantáneas, en aras de garantizar mayor control y estricta verificación previa, aunque esto vaya en detrimento de la rapidez con la que se realizan las estas operaciones, e incluso, afecte su costo.
En el caso del criptomercado, la historia parece tomar la dirección opuesta. Los esfuerzos están orientados más bien a reducir el tiempo y las comisiones que genera cada transacción. En Bitcoin, la blockchain más popular y de mayor valor, iniciativas como el protocolo Lightning Network prometen ser una opción para descongestionar la blockchain y al mismo tiempo realizar micropagos con bajas comisiones. Antes de su despliegue se creó SegWit, un software adoptado por cada vez más monederos y casas de cambio, diseñado para dar solución a los problemas de maleabilidad y así brindar seguridad en soluciones de segunda capa como Lightning Network.
Ethereum, por su parte, apunta a lograr mayor cantidad de transacciones por segundo, a través de la red Raiden. Asimismo, los creadores de Dash señalan que esta blockchain implica una mejora al protocolo de Bitcoin, para realizar las operaciones con mayor rapidez y privacidad.
El mercado chileno de criptomonedas está en pleno desarrollo. El volumen de bitcoin negociados en Chile durante el mes de mayo, sólo en Localbitcoin, se ubicó en 121 BTC, según datos de Coin Dance. Esto representan más de 800 mil dólares (en el momento que se escribe esta nota). Chile cuenta además con dos token nativos, Chaucha y Luka, y ya se han instalado cajeros automáticos de criptomonedas en su territorio.
Frente a las circunstancias particulares del criptomercado chileno, un retroceso de la banca en cuanto a la agilidad del servicio de transferencias electrónicas internacionales, podría determinar que diferentes actores económicos volteen la mirada hacia las monedas digitales, en busca de rapidez y seguridad en este tipo de transacciones.
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