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La congestión en la red de Bitcoin tras el halving fue un gran contratiempo para el pago.
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Parte del intercambio pasó por explicar un aspecto fundamental del uso de bitcoin.
Cuando trabajas desde casa durante años y sobreviene una situación como la actual, puedes llegar a pensar que la cuarentena sería el menor de tus problemas. Eso podría ser cierto, pero no en todos los casos. Por ejemplo, en la experiencia de este redactor, no es lo mismo el confinamiento voluntario que ese que proviene del miedo, de la necesidad de estar lo menos expuesto posible para no poner en riesgo a tus seres más queridos.
Por eso, una de las prácticas comunes durante esta cuarentena, además de trabajar y planificar cada movimiento con mayor precisión, es buscar alternativas para mantenerse entretenidos. Películas, series, nueva música, retomar pasatiempos relegados o probar alimentos y bebidas nuevas, por ejemplo.
Así, llegué a dar con una conocida que está ayudando a distribuir una cerveza artesanal en las zonas cercanas a mi casa. La idea era probar una, quizá comprar un par para degustar con mi esposa. Ese era el plan, hasta que la consulta por los tipos de pago aceptados recibió esta respuesta: “… pero a partir de X unidades, puedes pagar con bitcoin”.
¿Me dieron la opción de pagar con bitcoin? Y mejor aún: ¿no tuve yo que preguntar, como suelo hacerlo, sonando casi como un fanático religioso alegando sobre las ventajas que tendrían si lo hicieran?
Cuando tienes tiempo escribiendo sobre bitcoin y vives usándolo, una oferta como esa parece irrechazable. Se trataba de una nueva experiencia de adopción inesperada que contar, además de un acercamiento a otras personas que han visto algún potencial en la criptomoneda para la cotidianidad venezolana.
Por eso, no dudé en acordar el pedido en “combo” para poder pagar con BTC. Definimos la tasa, me envió la dirección y envié la transacción. Lo hice con una comisión “alta” porque sabía que la red estaba un poco congestionada.
Congestión en la red, ¿cuándo se va a confirmar esta transacción?
Solo un par de días antes, había ocurrido el tercer halving en la historia de Bitcoin. Y con esa reducción de las recompensas por minería, la consecuente salida de equipos no rentables de la red y niveles cercanos al máximo histórico en cuanto a transacciones diarias se refiere tenían la red más congestionada que de costumbre.
Sabiendo eso, y tras chequear el estado de la red en mempool.space, envié con 20 sats/byte, el doble de la comisión que utilicé en una transacción enviada un par de horas antes y que se confirmó en el siguiente bloque. Sería suficiente, me dije. ¿Era verdad?
No. Tras enviar los datos de la transacción a la vendedora pasaron 30, 45, 60, 90 minutos. Al ver que no pasaba nada, volví a verificar y el rastreo de la blockchain no me daba muchas esperanzas: el promedio de las comisiones había pasado, de repente, a más de 100 sats/byte.
Afortunadamente, ella estaba consciente y su único comentario al respecto fue: “tranquilo. Avísame cuando se confirme para estar pendiente”. Su confianza y paciencia se pusieron a prueba, pues la red no solo siguió congestionada sino que llegó a empeorar, con promedios de comisiones por encima de los 200 sats/byte y hasta 80.000 transacciones a la espera de confirmación.
Más de dos días después del envío, la transacción se confirmó finalmente. Lo bueno es que no pasó de la vergüenza de haber hecho esperar más de la cuenta a una persona que debía cobrar por lo que vendió.
Eso, y la molestia conmigo mismo por haber vuelto a cometer un error que me dije que no volvería a cometer, cuando hace poco menos de un año estuve a punto de evitar que un vuelo urgente se diera por una transacción estancada en la red.
¿Recibes tus pagos en la dirección de una casa de cambio?
Cuando la vendedora me envió la dirección –en realidad, el código QR- de Bitcoin a la que debía enviar el pago, a través de una captura de pantalla, no pude evitar notar que se trataba de una dirección generada por un sitio de intercambio.
Inmediatamente, le pregunté:
- ¿Recibes los pagos en una dirección de una casa de cambio?
- Así es más directo, porque yo recibo el pago y paso directo a bolívares.
Con esa respuesta, quedó zanjado el tema, para ella. Pero yo me quedé pensando en cómo el hecho de que tú única dirección de Bitcoin no sea realmente tuya sino de una casa de cambio rompe con todo lo que Bitcoin representa: la eliminación de los terceros de confianza. Y con ello, la resistencia a la censura y la libertad financiera. “No tus llaves, no tus monedas”. El lema ya esparcido en el mundo bitcoiner lo tiene claro.
Mejor tener un monedero sin custodia, que te permita el control de tus llaves privadas. Así, puedes cambiar de aplicación si así lo deseas y recuperar tus fondos en cuestión de segundos.
Además, la dirección de una casa de cambio está atada a tus datos personales. En algunos casos, de manera más invasiva que otros. Y este era uno de esos casos con mayores exigencias de KYC (Know Your Costumer o Conoce a tu cliente).
Caracas, bitcoin y entregas a domicilio
A diferencia de otras ciudades del continente y del mundo entero, en Caracas –en general, en Venezuela- la cultura del delivery no estaba muy instalada. Luego, llegó el coronavirus y la cuarentena en todo el país.
El decreto gubernamental estableció que los locales de comida podían trabajar sin recibir personas en sus establecimientos. Solo productos para llevar. Así, las entregas a domicilio se fueron haciendo cada vez más comunes, no solo para alimentos sino que se han extendido a casi cualquier tipo de producto: tecnología, dulces, lo que se te ocurra. Incluyendo las bebidas alcohólicas.
Lo que sigue sin ser tan común es el uso de bitcoin por parte de estos negocios. Aunque, en lo que va de cuarentena esta no ha sido la única opción con BTC que he visto. Navegando en redes sociales me he encontrado con tiendas en línea de computadoras y teléfonos móviles que aceptan bitcoin, y hasta una famosa cuenta de Instagram ofrece espacio publicitario con pagos en la criptomoneda.
Este combo de cervezas artesanales no ha sido la única adquisición con BTC en mi casa durante la cuarentena. Las pizzas que nos comimos en CriptoNoticias para celebrar el Bitcoin Pizza Day se pagaron con bitcoin también. Y, como parte de la nueva “normalidad” que trajo el coronavirus, llegaron vía delivery.
Descargo de responsabilidad: los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo pertenecen a su autor y no necesariamente reflejan aquellas de CriptoNoticias.