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Dicen venderte innovación, tecnología y educación financiera, pero solo buscan tu dinero.
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Te ofrecen unos retornos de inversión enormes, que no son sostenibles para ninguna empresa.
Hace poco asistí a un evento en Caracas de un esquema piramidal o ponzi, en el que inicialmente alegaban usar criptomonedas para su funcionamiento. Asistí al evento sin saber que los organizadores estaban detrás del esquema piramidal. Fui porque unos “invitados” del ecosistema de criptomonedas en Caracas publicitaron dicho evento por sus redes sociales, sin mencionar al organizador, y como en Venezuela las reuniones sobre criptomonedas son muy poco frecuentes, decidí asistir.
El evento fue en un lujoso hotel de la capital de Venezuela, el mismo sitio donde el gobierno de Venezuela realizó su primer encuentro internacional sobre criptoactivos. En lo personal, me incomodan un poco dichos eventos porque en mi experiencia siempre veo propaganda exagerada y poca realidad. Este evento, no fue una excepción a esa regla.
El encuentro no fue tan vistoso como el que realizó el gobierno. En la recepción pedían suministrar la dirección de correo electrónico y el número telefónico, datos que di erróneos porque no me gusta que me molesten con publicidad. Ya en la entrada al salón, se veían varios hombres mayores de 40 años con trajes de vestir que les quedaban grandes y algunas mujeres, de edades similares, bastante arregladas y que parecían vendedoras.
Apenas entré vi un cartel que hablaba sobre “inversiones con criptomonedas” y el nombre de una empresa que desconocía, diferente a la compañía que promocionó el evento por redes sociales. Al entrar, doy una vuelta al salón y me encuentro con una audiencia no tan joven como esperaba; la mayoría parecía estar por encima de los 35 años. Este detalle me pareció extraño para un evento sobre criptomonedas, que atrae de manera predominante a un público más joven.
Me ubiqué al final del salón y me dispuse a buscar en Google el nombre de la empresa desconocida (llamémosla Pirámide, nombre escogido al azar). Entre las primeras opciones de búsqueda, apareció un artículo negativo sobre dicha compañía. Entre varios detalles, lo que más me llamó la atención es que el “líder” de dicho proyecto era una persona que había estado afiliada a otros ponzi o esquemas piramidales. Es decir que asistí al evento de una nueva versión de otro esquema piramidal, que se cayó como todos saben.
Antes de seguir con la historia me gustaría resumir cómo funciona un esquema piramidal. Todo parte de un “líder fundador”, quien pide dinero por un bien o servicio poco valioso (criptomonedas fantasmas, educación, productos naturistas, entre otros) y promete grandes ganancias, generalmente absurdas. Lo único es que obliga a los participantes a reclutar gente nueva para que invierta en el sistema. Entonces, con el dinero entrante paga las ganancias prometidas a los participantes iniciales, y promete que los ingresos mejorarán si logran que los nuevos “inversionistas” traigan más personas. Así, van armando los rankings donde los que más han invertido y reclutado ganan más, hasta que ya no hay nuevos inversionistas que quieran entrar al esquema. Luego se agota el flujo de dinero entrante y los últimos que entran perderán todo su dinero. En muchos países es una práctica ilegal, porque no están produciendo nada, solo reciclando el dinero.
Volviendo a la historia, el evento se inicia con videos y canciones motivacionales, seguidos de la intervención de una de las promotoras de Pirámide. Por su discurso parecía la combinación de un coach motivacional, con un gurú de las tecnologías de blockchain y criptomonedas, con dosis de innovación y finanzas. Luego le dieron la palabra a la empresa “invitada” que promocionó el evento por redes sociales, pero solo para promocionar sus propios productos, aunque el organizador fuera un esquema piramidal.
No le presté mucha atención a esta empresa, porque más bien estaba indignado de ver un salón con más de 100 personas sentadas en un evento organizado por un esquema ponzi. Estaba sorprendido por el poder de convocatoria que tuvo, no estoy seguro si la empresa “invitada” o la Pirámide y sus socios. En cualquier caso, si alguna vez fueron engañados para que asistieran a una charla de productos nutricionales, todo lo que contaré a continuación les parecerá muy familiar.
Al terminar la presentación de la empresa “invitada”, comienza el show. Vuelve a la tarima la animadora de Pirámide a saludar a gente de otras regiones del país que fueron a la conferencia y a presentar al invitado internacional, socio del mismo esquema. Al empezar a hablar, te das cuenta que el invitado es un buen orador y pues fue capaz de mantener entretenido por más de 2 horas al público en la sala con su monólogo.
Su intervención comenzó hablando sobre cualquier otro tema, menos de lo que ellos ofrecerán posteriormente. Habló de innovación, BLOCKCHAIN, criptomonedas, del Petro, la familia, prostitutas, cosas de la vida diaria y educación financiera. Para concluir, luego de una hora de pura verborrea, presentó lo que Pirámide ofrece a las víctimas potenciales, disculpen, a los inversionistas.
Al presentar lo que ofrece Pirámide, luego de pasearse una hora sobre otros temas, comienza a mostrar todo lo que puedes ganar con ellos, de su sistema de ranking para quien logre ingresar más dinero a la empresa (clasificados por gemas: zafiro, rubí, etc…). Se proponen enseñarte todo lo que necesitas para lograr el éxito personal, resaltando las virtudes del líder visionario creador de todo este “negocio”. Cabe destacar que dicho “líder visionario”, está vinculado con otras empresas similares a Pirámide, como mencioné al inicio. Cualquier persona puede conseguir esta información en Google, si investigara antes de arreisgar su dinero.
Luego, que presentan todos los beneficios absurdos que ofrece Pirámide, como un retorno de inversión de casi 2% DIARIO, y los lujos que se gasta el orador por ser un miembro de Pirámide, explican más o menos lo que tienes que invertir y el dinero que tienes que conseguir para Pirámide y así lograr que «seas exitoso en ella». Ya en este punto, se olvidó la innovación, blockchain, criptomonedas, tecnología y tantas cosas asombrosas que se vendían al inicio, para enfatizar sobre lo rico que te puedes hacer con Pirámide.
Después de cerrar la “presentación de negocios” llega el momento de mostrar “los casos de éxito”, de los socios que han subido en el ranking. Subieron unas 5 personas distintas, entre ellas una mujer embarazada. Cada quien con charlas motivacionales con frases como: «Si se puede, me decían que es una estafa, pero funciona, el éxito está ahí al alcance de tu mano», etc… Cualquier frase cliché que se puedan imaginar. Incluso, lágrimas de parte de la mujer embarazada quien asegura que «Pirámide le salvó la vida», en esta devastada Venezuela.
Siguiendo con “los casos de éxito”, se fueron subiendo más personas a la tarima para mostrar cuanta gente apuesta y cree en Pirámide con la canción de Diego Torres de fondo, Color esperanza. Así transcurrieron varias horas de manipulación emocional, sin pausa alguna, para evitar que pienses y solo reacciones con tus emociones.
Ahí, ya no pude tolerar más el teatro y me tuve que salir. Luego, me enteré por redes sociales que hasta se pusieron a bailar Danza Kuduro de Don Omar, para mover el cuerpo luego de pasar horas sentados, expuestos a semejante teatro.
Con todo esto, ya pueden reconocer cómo se comporta un esquema piramidal y no solo de criptomonedas. Todos estos esquemas siguen un guion bastante similar, una metodología que solo presenta beneficios, que resultan inexistentes para la gran mayoría de quienes ingresan al esquema
Mi recomendación para que no caigan en esto, es que siempre sigan su sentido común e investiguen. Cuando algo es demasiado bueno para ser verdad, es porque es mentira. En ningún tipo de negocio NADIE, pero absolutamente NADIE, le puede asegurar ganancias tan altas como un 2% diario o 30% mensual y menos sin mencionar los riesgos de que tales ganancias se cumplan o no. También, es notorio comprobar que en ningún momento presentaron números concretos, ni los riesgos de inversión; solo se enfocaron en tocar la emocionalidad de la gente, en vez de explicar con argumentos y lógica el funcionamiento de su sistema.
Cuando se invierte dinero se hace con la cabeza fría, no con el corazón.