Un conjunto de instituciones europeas relacionadas al sector bancario y tecnológico han trabajado en la creación de un documento publicado recientemente, que explica la utilidad de los contratos inteligentes en el mercado de derivados financieros.
Oraclize, Intesa Innovation y Banca IMI son las empresas que se han dedicado al desarrollo de un contrato inteligente en la red de pruebas de Ethereum, el cual promete ser capaz de pronosticar los imprevistos que pudiesen provocar que una contraparte caiga en mora al negociar con derivados, a la vez que establece soluciones para dichos imprevistos y las convierte en parte del contrato.
Massimo Morini, Jefe de Tasas de Interés y Modelos de Crédito de Banca IMI, es el autor del documento que explica cómo una serie de algoritmos y datos utilizados por las contrapartes pueden ser obviados al momento de la redacción de contratos tradicionales que envuelven el uso de derivados.
Las consecuencias de no incluir todas las variables implicadas en un contrato pueden convertir una idea pensada para minimizar riesgos, como la colateralización de derivados, en un instrumento de conflicto que permita la caída en mora de una de las contrapartes e implique un costoso proceso legal.
Morini, quien ha estudiado el uso de la blockchain en contextos bancarios por un par de años, presenta los contratos inteligentes como una solución a la problemática descrita. Dada la transparencia que garantiza el uso de la blockchain para la realización de contratos, una vez que los términos de resolución son especificados y codificados en el mismo, el comportamiento de las partes involucradas deberá ir de acuerdo a lo convenido.
En otras palabras, no habrá juzgados humanos que puedan fallar a favor de alguien que haya faltado a los compromisos adquiridos en el contrato inteligente. Aunque esto conlleva a que el mismo sea mucho más detallado que los contratos tradicionales.
Uno de los aspectos resaltados por Morini en su más reciente documento al respecto consiste en establecer un margen limitado de tiempo para la validez del contrato y la aceptación del mismo. Ya que es riesgoso que estas propiedades se mantengan atemporalmente.
Esta es una de las razones por las que la red de Ethereum resulta ideal para la puesta en marcha del proyecto; ya que Solidity, el lenguaje de programación utilizado por la misma, cuenta con un protocolo de “autodestrucción” que permitiría la terminación del contrato por sí mismo. Por otro lado, esta blockchain también ha venido trabajando en el área de los derivados con la presentación de Virtuoso, el primer mercado de derivados de ether.
El mayor obstáculo que enfrenta el avance del proyecto de Banca IMI es precisamente la banca. Según un informe del 2016 del mismo Morini, es mucho el provecho que pudiese obtenerse de la contabilidad distribuida en el área bancaria si tan solo se contara con el apoyo de suficientes instituciones dispuestas a adoptar esta tecnología.
Otro de los inconvenientes de la aplicación de la tecnología blockchain en el mercado de derivados financieros es la privacidad. Ante esta realidad, startups como Ledger X han dedicado tiempo a la creación de contratos extremadamente complicados en la blockchain pública; mientras que la Comisión Depositaria de Fideicomisos y Compensación (DTCC) ha confiado en la empresa Axioni la creación de una blockchain privada para su aplicación en el mercado de derivados.