Hechos clave:
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La crisis por COVID-19 tuvo impacto directo en el precio de Bitcoin y la distribución de ASIC.
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F2Pool considera que los mineros de Bitcoin no estaban preparados para el halving.
Todos podemos coincidir en que el 2020 ha sido un año rudo: una pandemia que no acaba, tragedias por doquier y mucha inestabilidad político-social. Este conjunto de elementos ha azotado en proporciones aún no calculables a la economía mundial, envolviendo en este espiral de incertidumbre a industrias que tradicionalmente se han mantenido relativamente al margen de los acontecimientos globales, como es el caso de la minería de Bitcoin.
Los mineros de esta criptomoneda se han visto desafiados como nunca antes este 2020, ya que no solo han tenido que vivir en carne propia las consecuencias del coronavirus, sino que también se han tenido que preparar para un año complicado en lo interno de este mercado. La pandemia vino acompañada del tercer halving de Bitcoin, así como de un ecosistema de manufactura de ASIC cada vez más competitivo, donde nuevas y viejas empresas luchan para imponer el dominio de sus equipos de minería.
Un informe del pool de minería F2Pool, publicado recientemente, demuestra cómo el año en curso ha afectado a la industria de minería negativamente en más de una ocasión. Sin embargo, finalizando el tercer trimestre del 2020 el panorama no se ve tan preocupante como en un principio parecía, puesto que las empresas y mineros particulares han logrado sortear en mayor o menor medida los acontecimientos más impactantes (aunque una nueva ola de contagios podría cambiar el panorama).
En este artículo profundizaremos en el informe de F2Pool, desentrañando los hechos más importantes que tuvo que enfrentar la minería de Bitcoin y cómo logró recuperarse en el camino.
La pandemia complicó la minería de Bitcoin
Desde mediados de febrero el mundo se fue parando hasta entrar en una cuarentena estricta. Sin libertad de movilización y con los casos de coronavirus duplicándose por día, la economía se paralizó. El día en que la OMS declaró que el mundo estaba siendo azotado por una pandemia, los mercados se desplomaron y ocurrió el fatídico jueves negro.
Quedará en nuestras memorias aquella noche cuando el precio de Bitcoin se precipitó un 50%, llegando al mínimo de los 3800 dólares. El mercado de esta criptomoneda ya había tenido varios bajones en lo transcurrido del 2020, debido a la especulación de los mercados, sin embargo esta caída no tuvo precedentes a las anteriores porque estaba llena de pánico e incertidumbre.
Bitcoin no fue el único. El oro, el crudo, el índice S&P 500; todos los mercados se habían visto afectados en proporciones similares. F2Pool señala en su informe que esta inusual situación en los mercados globales demostró que: “la demanda de (medios de) supervivencia para la sociedad es más significativa que tener un activo de refugio seguro”. La gente corrió a hacerse con sus ahorros y convertirlos en efectivo con el objetivo de resolver sus necesidades mientras podían, en un panorama que los medios de comunicación pintaban como apocalíptico.
Hubo una corrección del precio poco después, pero los mineros sintieron de todas formas el duro golpe de la caída. El 23% del hash rate de Bitcoin descendió inmediatamente con este desplome del mercado, es decir, una gran proporción de mineros decidieron desconectar sus equipos o migrar a otras redes hasta nuevo aviso. Esto debido a que, con un precio de 3.800 dólares por BTC, resultaban poco rentables los equipos ASIC que se encontraban funcionando en aquel entonces para cubrir los costos operativos.
Aunado a la tendencia bajista del mercado, la cuarentena impuesta para detener la propagación del coronavirus complicó aún más el panorama. El ecosistema de mineros de Bitcoin se estaba preparando desde el año pasado para el tercer halving de esta criptomoneda, comprando equipos más poderosos y acondicionando los viejos. Sin embargo, debido a las restricciones de movilidad, los equipos S19 de Bitmain y M30 de MicroBT se tardaron en llegar.
El retraso limitó aún más a los mineros de Bitcoin, que ya se encontraban de manos atadas con el venidero halving. Ahora con el precio de bitcoin mermado y una recompensa por bloque de tan solo 6,5 BTC, muchos mineros se vieron en la obligación de dejar de trabajar hasta que se reajustara la dificultad o mejoraran las condiciones de rentabilidad.
En el informe, F2Pool sugiere que el ecosistema no estaba preparado para la nueva era de Bitcoin, puesto que cuando el halving ocurrió a inicios de mayo, el segundo bloque post-halving demoró 40 minutos en ser minado (cuando normalmente toma 10 minutos) y en las primeras 24 horas sólo se extrajeron 137 bloques (cuando el promedio suele ser de 144).
Aunque se esperaba una disminución del hash rate de Bitcoin luego del evento, el comportamiento de la red indicó que había incluso menos del esperado; posiblemente porque los ASIC más poderosos del mercado todavía no se habían incorporado en su totalidad debido a problemas de logística por la pandemia.
El halving le dijo adiós a los S9
El pasado 11 de mayo se registró uno de los eventos más ansiados de Bitcoin desde hacía cuatro años atrás, cuando la recompensa por bloque minado se redujo de 12,5 bitcoins a 6,25. Este ajuste programado en el código tuvo un impacto directo en los equipos de minería más viejos del mercado, los cuales perdieron gran parte de su rentabilidad luego de la actualización.
Pocas horas después de ocurrido el halving, se registró en la red de Bitcoin un descenso en el hash rate de 18 EH/s, caída que indicó que un grupo importante de mineros habían sido desconectados de la blockchain. El informe de F2Pool apunta que los Antminer S9 son los grandes afectados por el halving, ya que sus ganancias descendieron abruptamente luego de la reducción.
Hoy en día, el icónico ASIC S9 no se vende por más de 30$, puesto que los mineros del mercado buscan máquinas cada vez más poderosas y eficientes. En este sentido, F2Pool calcula que estos modelos antiguos saldrán totalmente del mercado pronto, representando un 30% del hash rate de toda la red.
Las máquinas con una eficiencia de 60-80 W/T son cada vez más obsoletas en un mercado que ahora apuesta por equipos con hasta 40-50 W/T de eficiencia. No obstante, gracias a que la temporada de lluvia en Sichuan (China) coincidió con el halving, muchos de estos equipos han podido sobrevivir generando ganancias mínimas en un contexto donde los gastos eléctricos son menores.
Debido a ello, el hash rate de Bitcoin ha incrementado nuevamente, llegando incluso a máximos históricos. No obstante, los investigadores de F2Pool señalan que cuando cese la temporada de lluvia y se impongan equipos de minería cada vez más competitivos, será cuestión de meses para que mineros como el S9 desaparezcan por completo del mercado.
Una carrera por el primer puesto
Todos los años se introducen nuevas máquinas ASIC con mayor hash rate y con un consumo de energía mejorado, puesto que el aumento de la dificultad de la minería impulsa a las empresas del sector de manufactura a crear equipos cada vez más eficientes.
Mientras mineros como el S9 quedan en el olvido, aparecen modelos que pavonean una mayor eficiencia, como es el caso de los equipos M30 de MicroBT y S19 de Bitmain. En la actualidad estos dos ASIC dominan la minería de Bitcoin; creados con el halving en mente, han gozado de una especial popularidad para que los mineros se adapten a la nueva realidad de la red y alcancen un mejor rendimiento.
Esta lucha por la cúspide del mercado también ha marcado al 2020; hacía unos años atrás, Bitmain era el rey indiscutible del mercado. Sin embargo, con la aparición de MicroBT y la expansión del mercado de equipos ideados por Innosilicon y Ebang, la contienda se hace cada vez más cerrada y ahora ha quedado como otra de las empresas que dominan el mercado.
Con un ecosistema más variado, las empresas que manufacturan ASIC están buscando producir equipos cada vez más poderosos y seductores a los ojos de sus consumidores. De igual manera, firmas como Ebang y Canaan también están apostando por encontrar nuevas formas de financiamiento, llevando a cabo sus primeras Ofertas Públicas Iniciales (IPO) en Nasdaq.
La contienda, como en cualquier otra industria, está motivando el ingenio de los creadores de ASIC. Asimismo, esta movida puede resultar altamente positiva para la minería de Bitcoin, ya que promueve la descentralización y combate el monopolio, al no tener todo el poderío del mercado en las manos de una sola empresa.
En medio de todos estos contratiempos y nuevos elementos en el mercado, el pronóstico para los próximos meses del 2020 pareciera ser positivo. El precio de Bitcoin se ha estabilizado luego de una tendencia alcista, evento que va a poder ser aprovechado por los mineros que ahora poseen menores equipos a la mano y ya se han acostumbrado a los efectos del halving.