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La crisis aceleraría una eventual adopción de los criptoactivos en el país.
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El Fondo Monetario Internacional estima que la inflación para el 2019 será de 10.000.000%.
Durante los últimos cinco años la escalada del conflicto político en Venezuela impactó dramáticamente al campo económico y en consecuencia, al tejido social.
En un lustro, la recesión alcanzó el 56% y aún no hay señales de que la situación pueda revertirse en el corto o mediano plazo. Millones han abandonado el país, mientras que otros han utilizado las criptomonedas -en especial bitcoin- para sortear la crisis.
Lo que pareciera ser un laberinto sin salida, se deriva de un dañino cóctel que incluye hiperinflación, contracción en la producción petrolera, sanciones internacionales, escasez de alimentos, medicinas y nulo poder adquisitivo. Han sido precisamente los últimos años los de mayor demanda de BTC en el país, cifras que pueden comprobarse en LocalBitcoins.
Si la situación ya lucía desoladora, ahora con dos presidentes adjudicándose el control del país, el panorama político y financiero es todavía más oscuro.
La proclamación de Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, desconociendo a Nicolás Maduro, y la juramentación de este último, ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), para un nuevo período presidencial, podrían incidir en una mayor comercialización de criptoactivos en el país, lo que aceleraría una eventual adopción de las criptomonedas entre los venezolanos.
Esto incluiría una mayor cantidad de establecimientos que acepten criptoactivos como forma de pago (en rechazo al devaluado bolívar soberano), un incremento en la cantidad de BTC a canjear y una mayor aceptación como retribución por servicios profesionales prestados.
Desplome de monedas nacionales
La lógica indica que, en un país con hiperinflación o con un desplome del valor de su moneda nacional, los ciudadanos buscan monedas de mayor solidez o criptomonedas, en aras de mantener su capital a resguardo. Así se evidenció en Turquía, en agosto del año pasado, cuando una caída de la lira turca disparó el intercambio de criptomonedas en las casas de cambio locales.
En el caso venezolano puede afirmarse que bitcoin destaca como resguardo de valor debido a que, a pesar de su tendencia bajista en los mercados, es visto como una alternativa válida para mantener los fondos alejados del fenómeno inflacionario.
Históricamente, Venezuela se ubica como una de las naciones en donde más BTC se intercambian. De hecho, el país ocupa el segundo lugar, a escala global, en la plataforma descentralizada Localbitcoins. El peldaño se alcanzó a finales del 2018, un año en el que la inflación local trepó hasta el 1.299.724 %, según cifras interanuales de la Asamblea Nacional.
Ahora, para el 2019, las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) vaticinan que la hiperinflación rondará la inédita cifra de 10.000.000%, un hecho sin precedentes en Venezuela e históricamente una de las más altas a nivel mundial. De lo anterior se deduce que hay altas probabilidades de que el intercambio de BTC siga marcando nuevos topes en los próximos 12 meses.
En este punto es importante mencionar que las consideraciones del FMI y las previsiones que han hecho otros analistas, se dieron a conocer antes del conflicto Maduro-Guaidó, es decir, que ahora hay otros elementos a considerar.
Esto sin mencionar los anuncios de Maduro, cada vez más frecuentes, de aumentar el salario mínimo mensual de los trabajadores, un aspecto que antes de solventar lo que sucede, acelera el aumento de los precios.
Aunque el panorama luce complicado, el que los venezolanos sigan refugiándose en bitcoin -y en las criptomonedas en general- demuestra el interés activo que tienen sobre los criptoactivos, algo que muy probablemente se siga expandiendo en los próximo meses.
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