Un informe elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que los criptoactivos podrían sustituir, a futuro, a las monedas fiduciarias, ocasionando con ello una reducción de la demanda de dinero de los bancos centrales por parte del público y una inoperancia de las políticas monetarias.
El estudio, titulado “Política monetaria en la era digital”, fue elaborado por el subdirector del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI, Dong He, y publicado en el sitio web del organismo. Agrega que, gracias a la innovación económica continua, es probable que las criptomonedas lleguen a servir algún día como medios de pago alternativo y posiblemente como unidades de cuenta.
Al respecto, el subdirector del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI asegura que las criptomonedas como Bitcoin podrán a reducir su volatilidad una vez se alargue su trayectoria en el tiempo, impulsando con ello una mayor adopción y mejores reglas de emisión. Considera incluso que su valoración podría estabilizarse utilizando los avances de la inteligencia artificial.
En ese sentido, el estudio alerta sobre la necesidad urgente de redefinir las políticas monetarias, pues en el marco de la presión competitiva que pueden ejercer los criptoactivos, las políticas monetarias podrían volverse irrelevantes una vez que los bancos centrales no puedan definir la unidad de cuenta para la mayoría de las actividades económicas.
Como alternativa ante esta presión competitiva, el experto aconseja no solo el mejoramiento de las monedas fiat, a fin de lograr que sean más estables, sino el aprovechamiento de los avances de la tecnología mediante el uso de bigdata, inteligencia artificial y aprendizaje automático.
El autor también propone la emisión de criptomonedas estatales por parte de los bancos centrales, como mecanismo que facilitaría las operaciones a larga distancia, y que serviría además como estrategia para reducir los costos de las transacciones para personas y pequeñas empresas con escaso acceso a los servicios bancarios.
Podrían hacer que el dinero del banco central sea fácil de usar en el mundo digital al emitir sus propios tokens digitales para complementar el efectivo físico y las reservas bancarias. Dicha moneda digital del banco central podría intercambiarse, de igual a igual, de manera descentralizada, al igual que los activos criptográficos.
Dong He
Subdirector del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital
El informe añade que, desde la perspectiva de la política monetaria, unas monedas digitales de banco central que generen intereses transmitirían la tasa de interés al resto de la economía y permitirían a los bancos centrales (y a los gobiernos) devengar ingresos a partir de la emisión de divisas, manteniendo así su capacidad de señoriaje.
Sin embargo, también se aconseja un análisis cuidadoso de la emisión de criptomonedas estatales, en función de las ventajas y los riesgos que representan, tomando en cuenta las características financieras y tecnológicas de cada país. Algo que, al parecer, ya está dentro de esta línea de acción de varios países que han anunciado proyectos de criptomonedas estatales, aunque los objetivos de muchos de ellos no necesariamente responden a los criterios de innovación financiera o de redefinición de políticas monetarias, como ocurre en los casos de Irán, Venezuela y Rusia.
Aun así, estas previsiones no son inmediatas, pues según acota el estudio todavía los activos criptográficos son demasiado volátiles y arriesgados para representar una gran amenaza y no cuentan con mismo grado de confianza que tienen en las monedas fiduciarias.
Estas afirmaciones coinciden con lo escrito en el informe de Estabilidad Financiera Global de abril 2018, en el cual el FMI analizó el tema de las criptomonedas y su influencia en el entorno económico, afirmando que estos activos no parecen presentar riesgos macrocríticos para la estabilidad financiera mundial, a corto plazo. Aunque se admite que, de seguir la actual tendencia al crecimiento, sí podrían ser desestabilizantes a futuro.
No obstante, el informe de Dong He también mención a los casos notorios de fraude, violaciones de seguridad, fallas operativas y actividades ilícitas que se han asociado con las criptomonedas. Por tanto, reitera la importancia de la regulación de criptoactivos como mecanismo para evitar la competencia desleal y se afirma que las leyes deben contemplar el fortalecimiento de la protección al consumidor y la grabación efectiva de las actividades cifradas. Todo ello junto a la prevención de actividades como lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.
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