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EE.UU. explora amplia gama de criptomonedas para su reserva.
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El Salvador sigue adelante con una estrategia claramente centrada en bitcoin.
181 días han pasado desde el 27 de julio de 2024 hasta ahora. Es decir, han transcurrido casi 6 meses desde que Donald Trump hizo promesas pro Bitcoin ante un público que lo aclamó en el escenario de la conferencia Bitcoin 2024 en Nashville, Estados Unidos. Y ayer, como presidente, firmó una orden ejecutiva que, a pesar de sus promesas anteriores, no menciona a la moneda digital pionera. La pregunta que todos se hacen es: ¿Por qué?
La pregunta anterior queda en el aire, mientras resalta el hecho de que El Salvador se centra exclusivamente en bitcoin para establecer su reserva digital nacional de activos. En tanto El Salvador adoptó una estrategia clara y específica basada en la creación de Satoshi Nakamoto, la orden ejecutiva de Trump tiene un enfoque más amplio hacia los «activos digitales», sin especificar al criptoactivo que una vez prometió incluir. Este giro en la política podría redefinir el futuro de las criptomonedas como activo de reserva a nivel global.
En sí, el documento titulado «Orden ejecutiva para establecer el liderazgo de los Estados Unidos en tecnología financiera digital» no menciona explícitamente el término «reserva estratégica de Bitcoin«. Sin embargo, sí aborda el concepto de manera indirecta.
En la Sección 4, menciona la creación de un Grupo de Trabajo Presidencial sobre Mercados de Activos Digitales, el cual, entre las tareas asignadas, tiene la de evaluar «la posible creación y mantenimiento de una reserva nacional de activos digitales y proponer criterios para establecer dicha reserva, potencialmente derivada de criptomonedas incautadas legalmente por el Gobierno Federal a través de sus esfuerzos de aplicación de la ley».
Posible composición de la reserva de activos digitales de EE. UU.:
Quiere decir que, si la reserva nacional de activos digitales de Estados Unidos se basara en las criptomonedas que ha incautado, su cartera podría incluir una amplia gama de criptomonedas. Además de bitcoin, la reserva podría contener ether (ETH, el criptoactivo de la red Ethereum), que ha sido movido y transferido por el gobierno en varias ocasiones, como lo refleja Arkham Intelligence.
También la reversa de Estados Unidos podría incluir Shiba Inu (SHIB), que se ha convertido en un activo notable dentro de las incautaciones gubernamentales. Otra adición sería BUSD (Binance USD), una stablecoin que el gobierno ha confiscado.
Además, la reserva podría diversificarse con otras altcoins como Compound (COMP), Numeraire (NMR), Wrapped Bitcoin (WBTC), Yearn.finance (YFI) y Axie Infinity (AXS). Todas estas criptomonedas han sido parte de las incautaciones realizadas por el gobierno en operaciones contra actividades ilegales.
Si bien la orden ejecutiva firmada por Trump considera la posibilidad de crear una reserva nacional de activos digitales, no detalla cómo funcionaría esta reserva ni su gestión o su uso estratégico, más allá de la posibilidad de que esté compuesta por activos incautados.
El resto del documento se centra en objetivos de política más amplios, como la promoción de la innovación en activos digitales, la protección de las libertades económicas, la claridad regulatoria y la prohibición de las monedas digitales emitidas por bancos centrales (CBDC). El aspecto de la reserva de activos digitales, si bien se menciona, parece ser parte de una estrategia que se ejecutará en otras instancias para gestionar las criptomonedas dentro del marco regulatorio de Estados Unidos.
Por lo tanto, la orden ejecutiva de reserva que omite la mención explícita a bitcoin puede interpretarse como una estrategia política y económica más amplia. Trump podría estar buscando no limitar las políticas de Estados Unidos a una sola criptomoneda. Esto con la idea de darle mayor inclusión de otros activos digitales con potencial económico. La omisión también podría reflejar una táctica de flexibilidad regulatoria, en la que el gobierno evita atarse a Bitcoin exclusivamente, permitiendo ajustar las regulaciones conforme al dinámico mercado de las criptomonedas y a las necesidades económicas futuras.
Además, la decisión de Trump podría estar influenciada por la presión de diversos grupos de interés dentro del sector financiero y tecnológico, que podrían preferir o preocuparse por las altcoins. Otra interpretación es un posible cambio de prioridades o distanciamiento hacia Bitcoin, considerando su estabilidad, seguridad y la dificultad de regulación.
La orden ejecutiva podría ser vista como un reconocimiento de las promesas de campaña como estrategias electorales, mientras que la realidad de gobernar requiere un enfoque más diverso y prudente. Igualmente, esta orden podría ser solo un preludio a una política más detallada y específica que se dará a conocer en el futuro, dejando espacio para que Bitcoin tenga un papel definido en próximas regulaciones. En todo caso, hay que esperar el curso de los acontecimientos para conocer si realmente hay una política bitcoiner y la creación de una reserva estratégica de bitcoin, como la hay en El Salvador.
El Salvador y su reserva de Bitcoin
Bajo la dirección de su presidente Nayib Bukele El Salvador estableció una estrategia de reservas nacionales, marcando un hito sobre cómo las naciones pueden abordar la gestión de activos en la era digital. En marzo del año pasado, Bukele reveló la dirección en la que se almacenan los fondos en BTC que posee el país centroamericano. «Puedes llamarla nuestra primera alcancía bitcoin», dijo el gobernante salvadoreño en ese momento.
El gobierno, además, implementa una estrategia de compras continuas de bitcoin, conocida como DCA (Dollar Cost Averaging), que consiste en establecer un plan de compras periódicas del activo, destinando una cantidad fija durante un tiempo determinado, independientemente del precio. Esto con la idea de reducir el impacto de las fluctuaciones de precio.
Así que, desde la compra inicial de bitcoin en 2021, El Salvador ha visto cómo el valor de su reserva de bitcoin aumenta con el pasar del tiempo, una estrategia que puede generar beneficios significativos para la economía nacional.
Bukele también suele anunciar compras de mayor cantidad de bitcoin cuando el precio cae, aprovechando los descuentos para aumentar las reservas de El Salvador. Con todo ello, deja en evidencia que la principal atracción de bitcoin como reserva de valor reside en su suministro limitado y su naturaleza descentralizada.
Bitcoin tiene un suministro limitado de 21 millones de BTC y una emisión que va en descenso cada cuatro años debido al halving. Eso la convierte en un refugio contra la inflación que no puede proporcionar ninguna otra altcoin, ni mucho menos las monedas fíat, las cuales pueden ser infladas por la impresión de dinero por parte de los bancos centrales. El Salvador, al incorporar bitcoin en sus reservas, se protege contra la erosión del valor de sus activos debido a la inflación global.
Por otro lado, al integrar bitcoin en su cartera de reservas, El Salvador diversifica sus activos más allá de las tradicionales acciones, bonos y metales preciosos. Esta diversificación no solo reduce la dependencia de un solo tipo de activo, sino que también actúa como una estrategia de cobertura contra riesgos económicos y geopolíticos. En un contexto en el que las economías globales están interconectadas, tener bitcoin como parte de las reservas nacional puede ofrecer un amortiguador frente a la inestabilidad financiera internacional.
A diferencia del oro, que requiere almacenamiento físico y enfrenta desafíos logísticos para su transporte, bitcoin se transfiere y guarda digitalmente con facilidad. Esta característica permite a El Salvador manejar sus reservas internacionales con una flexibilidad y eficiencia que no es posible con los activos tradicionales, ahorrando en costos y complejidades asociadas.
El Salvador vs. EE. UU.: diferencias de sus estrategias de reservas digitales
El Salvador tiene una estrategia económica distintiva y clara al centrarse en bitcoin para sus reservas digitales, con objetivos definidos de impulso de la economía salvadoreña y reducción de la dependencia del dólar estadounidense.
En Estados Unidos la orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump busca fortalecer la regulación y proteger la soberanía del dólar, al tiempo que evalúa la posibilidad de crear una reserva digital, aunque sin darle un protagonismo específico a bitcoin, lo que deja muchas interrogantes sobre la dirección que tomará esta política en el futuro.
El Salvador, en cambio, avanzó significativamente en la implementación de su estrategia de reservas de criptoactivos al hacer pública la dirección de su reserva de bitcoin, promoviendo la transparencia, convirtiéndose en un modelo a seguir, sirviendo de inspiración y modelo para otros países que contemplan seguir una ruta similar.
Por otro lado, Estados Unidos se encuentra en una etapa preliminar respecto a la implementación de una reserva de criptoactivos; la orden ejecutiva reciente propone la creación de un grupo de trabajo encargado de analizar y diseñar políticas, indicando que la configuración de reservas de criptomonedas aún está en proceso de formulación y no se han dado pasos concretos hacia esa dirección.