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El país se prepara para la emisión debido a la alta inflación y el coronavirus.
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Una segunda importación desde Brasil para ejemplares de 1.000 pesos ya estaría lista.
El gobierno de Argentina abrió una licitación internacional para imprimir 250 millones de billetes de 500 pesos y enfrentar una posible escasez de dinero en efectivo. La alta inflación y la crisis sanitaria que desencadenó la pandemia por coronavirus están presionando el panorama monetario local, por lo que la Casa de la Moneda abrió una licitación internacional.
La dependencia lanzó el proceso «express» de escogencia para la impresión y terminación de billetes de 500 pesos hace dos semanas, pero con lapsos de entregas que inician el 26 de agosto. Ese día Argentina debe recibir los primeros 100 millones de ejemplares con una segunda entrega el día 25 de septiembre también por 100 millones de billetes. El pedido total se completaría el 15 de octubre con los otros 50 millones pendientes.
El apuro del Banco Central de la República Argentina (BCRA) es probablemente el principal obstáculo ya que ocurre en medio de una mayor emisión monetaria en decenas de países. Es decir, las economías están inyectando más fondos como medida paliativa ante el estancamiento.
En aras de acelerar el proceso, que usualmente tarda al menos seis meses, la Casa de la Moneda enviará papel y tinta para que el proveedor elegido disponga de la materia prima. Estimaciones señalan que la licitación podría ser adjudicada en una semana. También se informó que algunas firmas interesadas solicitaron una extensión del plazo, pero no fue concedido.
Medios locales aseguran que una importación de billetes de 1.000 pesos desde Brasil ya estaría casi cerrada, lo que completaría un lineamiento de la Casa de la Moneda de maximizar su producción en piezas de esta denominación. Tanto el de 500 como el de 1.000 pesos son los ejemplares de mayor denominación en el país.
Los planes para satisfacer «la sed» por dinero en efectivo de Argentina también se vieron comprometidos recientemente ya que varios empleados de la Casa de la Moneda resultaron positivos por coronavirus. El contagio entre los trabajadores derivó en una paralización temporal de sus actividades en sus dos sedes de Retiro y Don Torcuato.
Para atender la creciente demanda de billetes la dependencia está trabajando las 24 horas en turnos de 8 horas cada uno, lo que evidencia la urgencia que tiene el país para atenuar los efectos de la inflación y dar soporte a sus connacionales. Ahora con la licitación internacional se estaría admitiendo que todos los esfuerzos no han sido suficientes y que para evitar un colapso mayor hay que recurrir a actores externos.
El caso de Argentina tiene similitud, aunque en una escala magnificada, con lo sucedido en los Estados Unidos. El gobierno de Donald Trump y la Reserva Federal (banco central) han anunciado billonarias emisiones para intentar rescatar la economía de lo que sería una recesión por COVID-19 y la semiparalización de su aparato productor.
En una entrevista previa con CriptoNoticias, Alberto Cárdenas, analista de mercados y trader, indicó que la impresión de dinero generalizada es inédita, pero que en un escenario de recuperación las monedas fíat podrían evidenciar una pérdida de valor.
«Hay una impresión de dinero inédita de los bancos centrales, pero esto es solo la primera etapa. Después de que se restituya un poco el tema de la demanda, creo que vamos a tener un rápido cambio a un entorno inflacionario y toda esta impresión de dinero se va a traducir en una pérdida de valor en las monedas fíat, especialmente en los Estados Unidos», dijo el especialista.
En junio de este año también se informó que en el 2020 el BCRA ya había emitido más de 1 billón de pesos para financiar al sector público, un récord nominal histórico. Si se toma en cuenta también que Argentina presenta una inflación anual superior al 50%, entonces los efectos que tendría en la economía no serían los mejores.