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Bitcoin se ha vuelto muy popular, esto ha dado lugar a un buen puñado de ideas equivocadas sobre él.
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Desmintamos algunas de estas creencias.
Por esta época Bitcoin, a diferencia de unos años atrás, es una palabra que puede sonar conocida para cualquiera. Esto es positivo, por supuesto, pero también tiene su lado negativo: alrededor de él se han tejido todo tipo de mitos que pueden asustar o disuadir a cualquier nuevo usuario potencial o bien, por el contrario, atraerlo por las razones equivocadas.
En este artículo hemos recopilado algunos de los mitos más populares con los que cualquier principiante puede encontrarse a la hora de escuchar sobre Bitcoin. Y, claro, vamos a explicar por qué son verdades parciales o mentiras rotundas.
Bitcoin es “imaginario” o no está respaldado, así que no debería valer nada
Bitcoin no es una moneda física ni tiene billetes, nada que puedas tocar. No es un saldo respaldado por un banco o por el gobierno, así que es imaginario, ¿no? Eso significa que en realidad no vale nada. Eh, no.
Hablar sobre economía y explicar cómo un objeto o servicio o cualquier cosa adquiere valor es casi un tema filosófico, así que vamos a profundizar solo lo suficiente. El dinero (todo el dinero, de todo el mundo) es, básicamente, como Campanita de Peter Pan: solo existe mientras muchos crean que existe y estén dispuestos a usarlo. En el pasado, llegó a utilizarse sal —sí, la que le pones a la sopa— como moneda, así que, en realidad, cualquier cosa puede ser utilizada como dinero. Este es solo un método de intercambio que debería ser más portable y fácil de manejar que cualquier producto (para eso fue creado).
Las monedas tradicionales, como el dólar o el euro, están respaldadas por cierto gobierno y los bienes que posee una nación, así que tienen valor. Pero más allá de lo que nos vemos obligados a utilizar como dinero a mandato de un gobierno (nunca escogiste qué dinero usar en tu país, ¿o sí?), existe algo llamado oferta y demanda, que es controlado única y exclusivamente por las personas.
Esto implica que, mientras las personas estén dispuestas a comprar y/o vender “algo” (como Bitcoin), ese “algo” tiene un valor establecido; dependiendo de cuánto se compre y de cuánto se venda. Mientras más personas estén interesadas en comprar y mientras más escaso sea, mayor valor tendrá —por eso la primera edición de cierto cómic del siglo XX puede valer millones de dólares.
Así es cómo Bitcoin adquiere valor: gracias a sus usuarios, que siempre están comprando y vendiendo. Además, Bitcoin tiene un número determinado de unidades (21 millones) a ser emitidas, por lo que también posee la cualidad de escasez necesaria para mantener cierto valor como moneda.
Ahora, tampoco es cierto que Bitcoin es imaginario y que no tiene ningún respaldo. Aunque es descentralizado —no controlado por ningún gobierno o entidad central— Bitcoin es un software y está respaldado por criptografía (matemática muy compleja), la cual asegura que todas las transacciones sean válidas mucho mejor de lo que podría hacerlo un humano. Asimismo, esta criptomoneda ofrece ventajas que el dinero tradicional no puede ofrecer, por lo que es una solución que muchos están dispuestos a tomar.
Bitcoin es una estafa o una burbuja
Revisemos estos dos conceptos en primer lugar.
– Estafa: Delito consistente en provocar un perjuicio patrimonial a alguien mediante engaño y con ánimo de lucro.
Diccionario de la Real Academia Española.
Ok. Entonces en una estafa tenemos, inevitablemente, al estafador y al estafado. El estafador idea alguna forma de engañar al estafado para quedarse con su dinero. En el caso de Bitcoin esto ni siquiera puede pensar en aplicarse: no hay nadie del otro lado esperando quedarse con tu dinero.
En primer lugar, ni siquiera sabemos quién creó Bitcoin; en segundo lugar, esa(s) persona(s) registró su invento bajo licencia abierta, lo que significa que cualquiera puede usarlo y hasta venderlo sin pagarle nada; y, en tercer lugar, si decidieras comprar bitcoins no es como si estuvieras comprando algo totalmente falto de valor. Comprar BTC es exactamente igual a comprar dólares o euros con tu moneda local. Tú decides por qué intercambiarlos después. Por lo que, no, Bitcoin está muy lejos de ser una estafa.
Hablemos ahora de la burbuja económica o financiera.
– Burbuja económica: es un fenómeno que se produce en los mercados, en buena parte debido a la especulación, que se caracteriza por una subida anormal, incontrolada y prolongada del precio de un activo o producto, de forma que dicho precio se aleja cada vez más del valor real o intrínseco del producto. El proceso especulativo lleva a nuevos compradores a comprar con el fin de vender a un precio mayor en el futuro, lo que provoca una espiral de subida continua y alejada de toda base factual. El precio del activo alcanza niveles absurdamente altos hasta que la burbuja acaba estallando (en inglés crack), debido al inicio de la venta masiva del activo cuando hay pocos compradores dispuestos a adquirirlo. Esto provoca una caída repentina y brusca de los precios, llevándolo a precios muy bajos, incluso inferiores a su nivel natural, dejando tras de sí un montón de deudas.
Wikipedia.
De la forma más simple, se da una burbuja económica cuando las personas comienzan a adquirir un activo (producto, servicio, etc.) a precios cada vez más altos, con la esperanza de que continúe subiendo de valor para poder venderlo más caro y ganar la diferencia. Tal situación llega a un punto de quiebre en algún momento con ventas masivas que ocasionan una bajada brusca en los precios.
Sí, no vamos a mentir: esto ha pasado con Bitcoin, en múltiples ocasiones. Quizás el subidón de casi 20.000 dólares en 2017 y la posterior caída es el ejemplo más claro, pero eso no significa que Bitcoin “es” una burbuja. Bitcoin, como toda nueva tecnología, ha sufrido la especulación de los usuarios, ha sufrido de burbujas en su precio. Y las ha superado, también. En algún momento, su precio se estabilizará por completo, si prestamos atención al ciclo de sobreexpectación de Gartner del que hablamos en este artículo.
Bitcoin es anónimo
Al parecer, uno de los principales atractivos de Bitcoin es que es una moneda anónima. Si la usas, nadie sabrá que estás comprando ni cuánto estás gastando ni cuánto tienes… ¿no? Pues no. La verdad es que tu cuenta bancaria es mucho más “anónima” que Bitcoin, incluso si el banco tiene hasta la dirección de tu casa.
Ok, para abrirte una cartera de bitcoins no necesitas dar ninguno de tus datos, ni siquiera tu nombre, pero eso no significa automáticamente que Bitcoin es anónimo. Esta criptomoneda funciona sobre una cadena de bloques pública, lo que quiere decir que cualquiera con Internet, desde cualquier parte del mundo, puede ver con facilidad todas las transacciones realizadas en la historia de Bitcoin junto a todos los detalles anexos, como fecha, cantidades y direcciones involucradas. Las direcciones, de forma simple, son las carteras; y sus datos —exceptuando la llave privada para manejarla, claro— son públicos.
Así que, en teoría, cualquiera puede ver no solo cuánto tienes en tu dirección, sino todas las transacciones que has hecho desde que la abriste. ¿Por qué dicen que Bitcoin es anónimo, entonces? Existe una confusión entre ‘anónimo’ y ‘seudónimo’. Bitcoin es seudónimo, lo que implica que, en lugar de a tu nombre, tu cuenta está asociada a un seudónimo; el cual, en este caso, es una dirección alfanumérica. Nadie verá tu nombre en público, pero si logran asociar tu nombre con esa dirección en particular, entonces sabrán tus detalles financieros.
Cabe acotar que varios desarrolladores ya están trabajando para hacer a Bitcoin un poco más privado. Pero esa es otra historia.
Bitcoin es ilegal / Es la moneda de la Deep Web
La verdad tenemos toda una página informativa sobre este tema, pero, en resumen, no, Bitcoin no es ilegal (en la mayoría de los países) ni tampoco es exclusivamente la moneda de la Deep Web o de los hackers o de los vendedores de droga.
Esta creencia proviene del hecho de que, en sus inicios, gracias a sus características seudónimas y al hecho de que se puede pagar con esta moneda desde cualquier parte del mundo y cualquier cantidad con comisiones que generalmente no pasan de un dólar; Bitcoin fue muy utilizado en los mercados de la Darknet. En el ahora difunto Silk Road, en particular. No vamos a afirmar que ya no se utiliza allí en lo absoluto porque no es cierto, aún se utiliza en la Deep Web. Tanto como el dólar.
Sin embargo, los usos delictivos de Bitcoin son insignificantes comparados a sus usos cotidianos. Según un estudio de Fundación de Defensa de las Democracias (FDD) de los Estados Unidos, sólo el 1% de las transacciones de Bitcoin en casas de cambio son ilegales. El efectivo (físico) sigue siendo el favorito de los criminales porque, a diferencia de Bitcoin, no se puede rastrear.
En cuanto a la legalidad de Bitcoin por sí mismo, hay que decir que depende de cada país. Muy pocos en todo el mundo lo han prohibido explícitamente, y en Latinoamérica, solo uno (Bolivia).
Tienes que comprar al menos 1 BTC
Esta es una confusión muy común entre los nuevos usuarios potenciales. Quieres comprar bitcoins, ok, entonces al menos tienes que comprar uno, ¿no? Pero resulta que uno solo vale más de 8.000 dólares y no tienes esa cantidad, ni cerca. Así que no puedes comprar ningún bitcoin y debes esperar a tener esos miles de dólares si quieres poseer alguno. Esto no es cierto.
Bitcoin es divisible hasta en ocho dígitos y su unidad mínima es el satoshi —algo similar al céntimo, en caso de las monedas tradicionales—. Así, un solo satoshi equivale a una fracción mínima de un dólar. No necesitas hacerte de un Bitcoin completo: tal como en el caso de cualquier otra moneda, puedes comprar cualquier equivalente. ¿Tienes 20 dólares a mano y quieres comprar BTC? Adelante. Sólo tienes que encontrar una casa de cambio o un vendedor independiente, fijarte que la tasa sea más o menos la establecida por el mercado, y listo. Si los compraste, digamos, a 8.500 dólares la unidad, recibirías en tu cartera alrededor de 0.00235 BTC, que pueden utilizarse en todo lo que podrías usar 20 dólares corrientes. Solo cambiaste la moneda, pero no el valor.
Traeremos más mitos básicos en la segunda parte.