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Bitcoin es más usado como reserva de valor.
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Bitcoin compra tiempo.
El Bitcoin Pizza Day fue la primera demostración de que Bitcoin podía ser usado como medio de cambio. Esto fue un hito histórico, que hacía realidad el sueño del efectivo digital entre pares.
15 años después la narrativa principal de Bitcoin ha cambiado. Poco se habla del uso de Bitcoin como medio de cambio. La tesis por la que se compra Bitcoin es la de reserva de valor. ¿Cambió Bitcoin? ¿Ese Bitcoin con el que Laszlo Hanyecz compró sus pizzas sigue existiendo?
Bitcoin, al menos on chain, se transfiere poco. Sí, desde aquel 22 de mayo de 2010 en que Laszlo compró sus pizzas, las transacciones por día han pasado de 150 a más de 400 mil transacciones, en una media móvil de 30 días. Pero como vemos en la siguiente gráfica, la curva de crecimiento se ha aplanado, e igual la cifra es bastante lejana a los 663 millones de transacciones diarias que procesa la siempre citada Visa.
Cuando se pone este hecho sobre la mesa, muchos bitcoiners afirman que las transacciones de BTC hoy en día se realizan fuera de la cadena, en redes de segunda capa como Lightning. La implementación de esta red en plataformas como Binance, Coinbase o Revolut parece respaldar esta creencia, pero debido a la opacidad de los datos de Lightning es prácticamente imposible tener certeza al respecto.
Podría creerse que hoy, si alguien fuera a comprarle dos pizzas a Papa John’s, probablemente escogería USDT, la stablecoin de Tether, más frecuentemente que Bitcoin. En procesadores de pago como CoinGate, USDT representa el 34% de las transacciones, aunque bitcoin le sigue con un 23%.
Lo cierto es que la promesa de revalorización de bitcoin en el tiempo disuade a las personas de gastarlo. Aunque Laszlo dice no arrepentirse de haber gastado 10.000 BTC en sus pizzas, probablemente muchos no pensarían lo mismo hoy que esos BTC valen más de mil millones de dólares.
Piensa en todo lo que podrías comprar con mil millones de dólares. Como suele decirse, tendrías la vida resuelta, tendrías plena y absoluta libertad de decidir qué hacer con tu tiempo de vida. Es por eso que la gente decide atesorar Bitcoin y gastar USDT o dólares, por la esperanza de que Bitcoin les compre tiempo. En cambio, la esperanza de vida del dólar suele ser más corta.
A estas propiedades, el fundador de Strategy y pensador sobre Bitcoin, Michael Saylor, las suele clasificar bajos conceptos de dinero de baja frecuencia y dinero de alta frecuencia.
Un dinero de alta frecuencia es uno del que te quieres deshacer rápido porque es malo transportando valor en el tiempo. El bolívar o el peso argentino, hiperinflacionarios, son dineros de altísima frecuencia, mientras que el dólar tendría una menor frecuencia, si bien sigue siendo alta.
Un dinero de baja frecuencia, por su parte, quieres atesorarlo porque transporta muy bien el valor en el tiempo. El oro ha sido históricamente un dinero de baja frecuencia, y ahora Bitcoin se convierte en uno de muy baja frecuencia. Esto lo constatamos viendo que el 80% del suministro de Bitcoin en este momento corresponde a ahorristas de largo plazo.
En su obra Orígenes del Dinero, el fundador de la Escuela Austríaca de Economía, Carl Menger, argumentaba que un bien se convierte en dinero por su “vendibilidad”, (capacidad de ser intercambiado fácilmente), lo que inicialmente los hace medios de cambio. Con el tiempo, estos bienes también se convierten en reservas de valor debido a su durabilidad y demás propiedades dinerarias.
Cuando Laszlo compró sus pizzas, abrió las puertas de Bitcoin hacia la vendibilidad, a su uso como medio de cambio. Desde entonces, Bitcoin no ha dejado de cumplir esta función, solo que, gracias a su gran capacidad para transportar valor en el tiempo, este es el bien por el que las personas han decidido intercambiarlo.
Bitcoin es un medio de cambio para comprar tiempo.
Cuando se tiene una herramienta para ahorrar y se puede crear cierta riqueza (wealth), se obtiene tiempo, en el sentido de opcionalidad y libertad. Ya el mundo de las necesidades no nos presiona como solía hacerlo y podemos ser dueños de nuestras vidas, e, incluso, heredarle ese tiempo a nuestros hijos, nietos y próximas generaciones.
Bitcoin sigue siendo un medio de cambio, solo que ahora en vez de comprar pizzas, compra tiempo.