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Satoshi Nakamoto describe claramente qué es Bitcoin y qué busca con esta tecnología
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Con "la visión de Satoshi", muchos buscan añadir a Bitcoin lo que Bitcoin elimina: intermediarios
Son muchas ya las personas dirigiendo proyectos actualmente llamados “criptomonedas” que han bifurcado a Bitcoin para reinventar la idea de dinero digital, partiendo de una interpretación profética de las palabras dichas por Satoshi Nakamoto en cualquiera de sus comunicaciones. Desde “Satoshi era el primero que quería bloques grandes” hasta “Satoshi nunca quería que los bloques se llenaran”, las palabras de Nakamoto hoy tienen más significados de los que creí posibles.
Particularmente, la interpretación que más me asombra es la que fue usada el año pasado por un grupo de personas para bifurcar a Bitcoin en su propio proyecto y que hace tan solo unos días fue utilizada para bifurcarlo a él mismo: “la visión de Satoshi”. Esta visión -que pareciera ser clara, única y provenir de la misma persona que plasmó su propuesta en un documento técnico- ahora parece resultado de una interpretación libre y múltiple de lo que distintas personas entienden del documento original publicado por Satoshi Nakamoto, el libro blanco de Bitcoin.
Tales interpretaciones me sorprenden, pues, a mi entender, en el primer y oficial contacto de Satoshi Nakamoto al mundo a través de las palabras escritas en su libro blanco, esta persona o grupo de personas describen perfecta y brevemente su proyecto y su visión de “dinero electrónico entre pares” (Bitcoin).
Del abstracto del libro blanco se lee qué es Bitcoin: “Una versión puramente entre pares de dinero en efectivo electrónico permitiría a los pagos en línea ser enviados directamente de una parte a otra sin tener que pasar por una institución financiera”
Seguidamente, su introducción aclara lo que muchos oscurecen:
“El comercio en Internet ha llegado a depender casi exclusivamente de instituciones financieras que actúan como terceros de confianza para procesar los pagos electrónicos. Aunque el sistema funciona bastante bien para la mayoría de las transacciones, todavía sufre de las debilidades inherentes del modelo basado en confianza. Las transacciones completamente irreversibles no son realmente posibles, ya que las instituciones financieras no pueden evitar mediar en las disputas. El costo de la mediación incrementa los costos de transacción, limitando el tamaño práctico mínimo de transacción y cortando las posibilidades para transacciones pequeñas casuales, y existe un costo más amplio en la pérdida de habilidad para realizar pagos no reversibles por servicios no reversibles. Con la posibilidad de reversión, se esparce la necesidad de confianza. Los comerciantes deben tener cuidado de sus clientes, azarándolos por más información de la que de otra manera hubieran necesitado. Un cierto porcentaje de fraude es aceptado como inevitable. Estos costos e incertidumbres de pago pueden ser evitados en persona al usar moneda física, pero no existe un mecanismo para hacer pagos sobre canales de comunicación sin un tercero de confianza.”
Como claramente expresa Satoshi, su único objetivo, su visión, es crear un “mecanismo para hacer pagos sobre canales de comunicación sin un tercero de confianza”. En palabras comunes, efectivo digital, dinero que pueda ser movido entre personas a través de medios digitales (como telefonía, Internet, satélite, etc.) sin tener que pedir permiso o consultar a alguien más sobre el estado de su transacción.
Para los conocedores, podría parecer minúsculo que Bitcoin se reduzca solo a eso, efectivo digital, pues son muchas las posibilidades que se desprenden de esta tecnología. Aquellos que piensan así pasan por alto que tales oportunidades se desprenden porque el dinero en efectivo es el medio por excelencia para posibilitar el intercambio de recursos, base fundamental de la economía, de la sociedad. Siendo así, claro que Bitcoin se queda pequeño con todo lo que se puede hacer, pero Bitcoin es el habilitador de toda esa nueva sociedad/economía digital. Sin dinero en efectivo digital no hay sociedad/economía digital.
Para alcanzar su visión, Satoshi describe nuevamente de forma muy clara y concisa lo que se necesita: irreversibilidad, que no haya forma de echar para atrás una transacción que ya sucedió, que toda transacción sea definitiva. Pero esto no es sencillo, la irreversibilidad digital solo se alcanza con todo un sistema compuesto por múltiples técnicas y actores: firmas digitales, contabilidad pública (block chain) y prueba de trabajo con incentivos. Y sin entrar en detalle de qué son o cómo funciona cada una de estas partes, con estos pilares Satoshi define el diseño del dinero en efectivo digital.
Y es justo aquí, en el inicio, el diseño, en que muchas de las autoproclamadas iniciativas de “dinero en efectivo electrónico entre pares” pierden de vista lo que el sistema creado por Satoshi Nakamoto promete lograr, su visión: no depender de un intermediario para transar a través de medios de comunicación. Tal vez estén poniendo a prueba el diseño de efectivo digital de Satoshi Nakamoto, tal vez lo que estén haciendo sean empresas digitales y nos haga falta distinguirlas de Bitcoin o tal vez busquen expresamente confundir a las personas. Lo cierto es que quienes lideran estas iniciativas logran dar vuelta al discurso de Nakamoto para generar una nueva “visión” en la que ellos pasan desapercibidos como intermediarios.
Entonces vemos cientos de proyectos de “dinero electrónico entre pares” con líderes claros, con empresas y fundaciones que deciden cómo avanzar, qué permitir y que no; con desarrolladores que deciden qué cambiar y cuando hacerlo; con grupos mineros que pueden censurar transacciones o parar la red, si así lo desean. Adiós irreversibilidad… En definitiva, con usuarios engañados que están a la merced de unos intermediarios escudados en la bandera de la descentralización y “bendecidos” por las supuestas profecías de Satoshi, de su “verdadera visión”.
Qué Satoshi Nakamoto haya desaparecido del proyecto luego de dejarlo bien encaminado no fue casual, es parte de su visión. Un líder o dueño claro en una tecnología como Bitcoin no es más que una amenaza para su funcionamiento, una traba para su evolución y una garantía de reversión.
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