Hechos clave:
-
Se considera poco probable la prohibición de Bitcoin, luego de Congreso de EEUU.
-
Mike Crapo: "prohibir Bitcoin no es una opción, ya que es una innovación mundial".
Aquellos que han sido críticos de Bitcoin durante mucho tiempo suelen tener una teoría clave en común: los gobiernos finalmente van a prohibir Bitcoin y la criptomoneda dejará de existir de cualquier forma significativa. Para ver ejemplos de este punto de vista, basta con mirar al economista Nouriel Roubini y al director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon quienes se postulan fuertemente en contra de las criptomonedas.
Dicho esto, la aplicación de esta prohibición no es tarea fácil. Después de todo, Bitcoin fue construido por cypherpunks como una forma de dinero digital que no se vería afectado por los deseos políticos y reguladores de todo el mundo.
Últimamente, parece que los legisladores de los Estados Unidos están empezando a darse cuenta de las dificultades asociadas con prohibir Bitcoin.
Se considera improbable la prohibición de Bitcoin durante las sesiones del Congreso
El martes, el Comité de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado de Estados Unidos celebró una sesión sobre la criptomoneda y la regulación de las tecnologías blockchains. Durante esa audiencia, el presidente de la Comisión de Banca del Senado, Mike Crapo, compartió su creencia de que Estados Unidos no podría tener éxito en prohibir el uso de Bitcoin:
Si Estados Unidos decidiera, y no estoy diciendo que no debiera hacerlo, que no queremos que la criptomoneda exista en Estados Unidos y tratara de prohibirla, estoy bastante seguro de que no podríamos lograrlo porque se trata de una innovación mundial.
Esta declaración vino en forma de pregunta a Jeremy Allaire, quien es el cofundador y CEO de la compañía global de servicios financieros Circle. En su respuesta, Allaire explicó la nueva realidad a raíz de la creación de Bitcoin:
Creo que el desafío que todos enfrentamos, es que algunas de estas criptomonedas, son literalmente sólo una pieza de software de código abierto. No hay nada más. Existe en Internet, es un software de código abierto, cualquiera puede implementarlo, funciona dondequiera que vaya Internet, y éstos tienen una política monetaria en la que los activos se generan algorítmicamente… Ese es un reto al que se enfrentan todos los gobiernos del mundo ahora: ya que el dinero, el dinero digital, se moverá sin restricciones por todo el mundo a la velocidad de Internet.
Estos comentarios realizados durante la audiencia del martes siguen a los comentarios realizados por el congresista estadounidense Patrick McHenry a principios de mes, cuando declaró que “no hay capacidad para matar a Bitcoin” durante una entrevista con CNBC.
En mayo, el congresista Brad Sherman afirmó que el Congreso debería prohibir Bitcoin, pero Sherman no compartió detalles específicos sobre cómo podría lograrse dicha prohibición de manera efectiva.
Las dificultades asociadas con la implementación de una prohibición de Bitcoin están detrás de la teoría de un economista, de que la mejor manera de acabar con la criptomoneda sería que los gobiernos fueran más competitivos en términos de política monetaria y libertad financiera.
El CEO de Abra, Bill Barhydt, también ha señalado que prohibir Bitcoin podría ser legalmente difícil para el Gobierno de los Estados Unidos. Dicho esto, existe un apoyo creciente a la prohibición de las tecnologías basadas en el cifrado, entre varias agencias gubernamentales en Estados Unidos, además de la Casa Blanca de Trump.
Por otro lado, sistemas de criptomonedas más centralizados como el proyecto Libra de Facebook, que en realidad es una criptomoneda solo de nombre, sería mucho más fácil de controlar para los gobiernos.
Cabe señalar que las limitaciones extremas a la tecnología y a la libertad financiera, como el nuevo proyecto de ley, relacionado con el dinero en efectivo, que esta tramitando el Parlamento de Australia, podría terminar educando, involuntariamente, a más gente sobre por qué Bitcoin tiene valor en primer lugar.
Versión traducida del artículo de Kyle Torpey, publicado en Forbes.