-
Una adecuada gestión de la identidad digital puede generar valor económico.
-
Blockchain es una de las tecnologías utilizadas en los nuevos modelos de gestión de la identidad.
En el mundo analógico al que la sociedad estaba habituada antes del desarrollo de Internet, la identidad personal solía estar formada con base en una serie de rasgos característicos, como nombre, apellidos, fecha de nacimiento, o género, entre otros datos.
Estos rasgos son los que usualmente recogen los documentos de identidad que emiten los gobiernos de los distintos países, pero ahora forman parte del entorno digital en auge, y se integran a lo que se conoce como identidad digital o identidad 2.0.
Es así como el actual contexto digital suma elementos a los rasgos que distinguen la identidad de un individuo. Esto, porque, aunque muchos de los llamados “datos analógicos identificativos” se incluyen en la identidad 2.0, otras acciones que se ejecutan en Internet se añaden al sistema, yendo más allá de la mera traslación de la identidad física al mundo online.
Es por ello que el concepto de identidad digital también puede estar conformado por las imágenes, noticias, comentarios, gustos, amistades y hasta las aficiones que se declaran en las redes sociales. Cada objeto que usa una persona cada vez que realiza transacciones y dondequiera que va en línea, genera lo que se conoce como “evidencia o rastro digital”.
Estos rastros se han visto multiplicados por el crecimiento de las plataformas tecnológicas. Ha traído como consecuencia que la cantidad de información personal que poseen las empresas sobre los usuarios en línea aumente exponencialmente. Según las estadísticas de IBM (reportadas en un estudio del banco BBVA), el 90% de todos los datos del mundo se han creado en los últimos dos años.
Se define así a la identidad digital como el conjunto de datos que distinguen a una persona, organización, e incluso a un dispositivo, dentro de un sistema de tecnologías de la información; aunque algunos expertos concuerdan en restringir el concepto solo a entidades humanas. En ese sentido, el Foro Económico Mundial concibe el término como una «colección de atributos individuales que describen una entidad y determinan las transacciones en las que puede participar”.
La identidad digital deriva de una construcción que el individuo realiza mientras participa en entornos digitales. Una situación que dota esta identidad de una inesperada complejidad, pues este constructo puede elaborarse sin que se corresponda exactamente con la realidad (identidad analógica).
Ventajas y desventajas de la identidad digital
Los principales problemas relacionados con la identidad digital tienen que ver con la manera en que las personas y las empresas que manejan plataformas digitales gestionan los datos. Una de las desventajas deviene justamente de la multiplicidad de identidades que un individuo puede elaborar en Internet, y de las diferencias que pueden existir entre ellas y la realidad.
Tal como se expone en un artículo publicado en CriptoNoticias, toda la pseudonimia y las personalidades múltiples que pueden asumirse en el mundo digital, impiden ligar una identidad digital a determinada persona física. Esto trae como un beneficio cierto nivel de protección de la privacidad individual. Sin embargo, también pueden menoscabar la confianza en Internet, fomentando el cibercrimen y fraude cibernético.
En torno a esta situación, en abril de 2019 el Instituto Global McKinsey publicó el informe Identificación digital: clave para el crecimiento inclusivo. Allí no solo refiere los riesgos, sino que analiza las diferentes maneras en que se puede utilizar la identificación digital.
El reporte de la firma resalta que el hecho de que los usuarios adopten diferentes nombres en Internet, dependiendo de la plataforma que utilicen, tiene otra arista que puede resultar desventajosa. “Esto implica su custodia por una plataforma centralizada que tiene el control total sobre los detalles del usuario y la identidad virtual, lo que obliga a comprometer la privacidad”.
La identificación digital, al igual que otras innovaciones tecnológicas como la energía nuclear e incluso el ubicuo GPS, se puede utilizar para crear valor o infligir daño. Sin los controles adecuados, los administradores de sistemas de identificación digital con objetivos nefastos, ya sea que trabajen para empresas del sector privado o gobiernos, obtendrían acceso y control sobre los datos.
Informe del Instituto Global McKinsey
Se habla con ello de las violaciones de datos en las redes sociales, las fallas de los sistemas técnicos que facilitan la filtración y el uso indebido de la información personal, aun infringiendo leyes de protección. El surgimiento de onerosos negocios de compraventa de datos para comercio y control es una de las consecuencias de esta situación.
Aun así, se mencionan una serie de beneficios ligados a una buena gestión de la identidad digital. Entre ellos resalta la posibilidad de crear valor económico. “Encontramos que, en 2030, la identificación digital tiene el potencial de crear un valor económico equivalente al 6% del PIB en las economías emergentes por país y al 3% en las economías maduras, asumiendo altos niveles de adopción”, señala el estudio.
En cuanto a las ventajas “sin valor económico” se habla de cómo se favorece la inclusión, la protección de derechos y la transparencia a través del registro de datos sobre servicios financieros, atención médica, mercados laborales, participación ciudadana y migración segura, entre otros.
Una identidad digital bien gestionada y homogénea con la identidad analógica no sólo repercute en una vida más activa en todos los ámbitos, sino que también tiende a consolidar un entramado social más sólido fuera de Internet. Sin embargo, la construcción de la identidad digital está ineludiblemente ligada al desarrollo de habilidades tecnológicas, informacionales y una actitud activa en la red, participativa, abierta y colaborativa.
Gestión de la identidad digital
Los modelos de gestión de la identidad digital
Sobre el tema del manejo de la identidad en entornos digitales, el banco español BBVA publicó un papel de trabajo titulado Identidad digital: el estado actual. Al igual que McKinsey concluye que la identificación es un habilitador fundamental del desarrollo económico y político, y se ha convertido en “un elemento que genera un problema clave para la economía mundial”.
El documento habla de los avances en marcha. Recuerda que usualmente son los gobiernos los que manejan sistemas de identificación (pasaportes y cédulas de identidad que permiten acceso a servicios gubernamentales). Las propuestas más avanzadas se dirigen a la creación de un sistema de identificación de uso global.
Las empresas privadas, por su lado, se enfocan en el uso de sistemas digitales como mecanismo para identificar y registrar a los usuarios de sus plataformas digitales.
En términos generales, los sistemas de identidad digital -usados en el ámbito público o privado- responden a alguno de estos tres modelos de gestión de identidad: centralizado, federado y descentralizado.
Modelo de gestión de identidad centralizado
Algunos ejemplos del primer modelo son los sitios web en los que iniciamos sesión con un usuario y contraseña creados al registrarnos (redes sociales, correo electrónico, etc.).
Entre las iniciativas centralizadas ideadas para el diseño de sistemas de identificación globales se halla la propuesta de Identificación para el Desarrollo27 (ID4D) del Grupo del Banco Mundial. Su meta es ayudar a los países a poner en marcha sistemas con nuevas tecnologías para ofrecer a los ciudadanos identificación oficial. Igualmente, hay referencias al trabajo de la Unión Europea.
En algunos países, los ciudadanos y las organizaciones públicas y privadas están comenzando a experimentar los beneficios. La Unión Europea también está tratando de proporcionar un marco que permita el reconocimiento mutuo de la identidad de los Estados miembros. El objetivo de una identidad digital global es alcanzar el mismo nivel de eficiencia en el mundo virtual: tener una identificación digital válida que permita a los ciudadanos participar en varios dominios.
Informe BBVA
A pesar de lo anterior, la idea de un sistema de identificación digital global centralizado está lejos de concreción. Datos del Banco Mundial muestran que a principios de 2017 el 82% de todos los países que emiten tarjetas de identificación nacionales habían implementado programas de identificación electrónica.
Así, aunque la mayoría de los países en desarrollo tienen algún tipo de esquema de identificación digital vinculado a funciones específicas, solo el 3% tiene esquemas para acceder a servicios en línea y fuera de línea. En tanto que 24% de los países en desarrollo no tiene ningún sistema de identificación digital.
Modelo de gestión de identidad federado
En cuanto a los sistemas de identidad federada, es el modelo usualmente implementado por los bancos. “Un ejemplo de esta identidad federada en los servicios financieros es BankID32, una solución desarrollada en Suecia por varios grandes bancos que pueden ser utilizados por ciudadanos, autoridades y empresas”.
A este mismo esquema federado responde el uso de credenciales de cuentas en redes sociales, como Facebook o Twitter, para acceder a servicios externos a estas plataformas. Pero el modelo tiene sus limitantes. Una de ellas es que no existe un proveedor de servicio compatible con todos los sitios y aplicaciones, además de que se necesita recordar qué identidad se utilizó para cada sitio.
Modelo descentralizado: Identidad digital sobre blockchain
Por lo general, en los modelos centralizados y federados los cibernautas dependen de servicios de terceros para manejar la información de sus cuentas personales. El problema radica en tener que gestionar miles de cuentas y contraseñas, además de alojar la data en servidores ajenos, exponiéndose a brechas de seguridad.
Al respecto, los autores del informe del BBVA opinan que tanto las personas como las empresas necesitan nuevas soluciones de identidad basadas “en diferentes servicios, mercados, estándares y tecnologías”. Entre las tecnologías que aportan soluciones descentralizadas se habla de blockchain, inteligencia artificial, Internet de las cosas y biometría.
Estas tecnologías se proponen como innovadoras ante los enfoques tradicionales de gestión, centrados en la creación de identidades digitales estáticas (firmas y certificados digitales). Surge así un “mecanismo de gestión dinámico” que se aconseja como complementario ante la denominada gestión estática.
Esto haría posible, por ejemplo, que nos identifiquemos ante un agente de la ley entregando solo la información requerida y evitando exponer innecesariamente toda nuestra información privada.
Cuando se registra un archivo en un sistema blockchain, la veracidad de la información la garantizan los nodos que constituyen la red. Estos certifican la validez de los datos que ingresan al sistema y suelen ser controlados por agencias gubernamentales o las instituciones encargadas de llevar a cabo la labor de verificación y validación de la información.
Entre los proyectos que utilizan la cadena de bloques están algunos como Sovrin, basado en una blockchain híbrida con tecnología de Hyperledger, pública pero permisionada; y uPort, basado en Ethereum. También destacan los avances de RIF Identity, que se desarrolla en la infraestructura de trabajo de la blockchain RSK; y el trabajo de Microsoft, ION, sobre la blockchain Bitcoin.
Dos proyectos basados en Bitcoin: RIF Identity e ION
RSK: Identidad Soberana Descentralizada
Como parte de estas soluciones complementarias, emerge la idea de las identidades autónomas descentralizadas (SSID). El equipo de RSK se refiere a las identidades soberanas descentralizadas como un esquema para administrar identidades digitales en el que el usuario tiene el control y la propiedad sobre su identidad.
Las personas con SSID pueden almacenar sus datos en sus dispositivos y proporcionarlos solo con fines de verificación, sin tener que depender de una autoridad central de datos.
Al aprovechar las características continuamente promocionadas de blockchain, como la inmutabilidad, la transparencia y la descentralización, los SSID pueden cobrar vida en el mundo en línea para permitir que las personas prueben sus identidades de la misma manera que lo hacen en el mundo fuera de línea.
RSK
Los proyectos actuales que utilizan este esquema trabajan para que cumpla con ciertos estándares, principalmente enfocados en la flexibilidad, descentralización, interoperabilidad y el consentimiento.
En ese sentido, se hallan los esfuerzos con RIF Identity, de RSK, basado en esta plataforma de contratos inteligentes de Bitcoin. Busca proporcionar a los usuarios una solución para que obtengan el control y la propiedad de su identidad en línea.
La solución se presenta como adecuada para cualquier plataforma digital interesada en agregar identidad soberana, incluidos gobiernos, el sector público, empresas o incluso las aplicaciones descentralizadas (dApps) DeFi que necesitan una solución de identificación digital segura.
La meta es servir de directorio para que personas y desarrolladores encuentren los servicios. Usa los nombres de RIF y permite personalizar las direcciones de las redes de blockchain, normalmente alfanuméricas.
Identity ya ha comenzado a ser explorada en casos de uso reales en Argentina. Es el caso del proyecto DIDI, que utiliza RSK para identificar personas en zonas vulnerables de Buenos Aires; y de Enargas, el regulador nacional del gas que adelanta un proyecto piloto para registro y validación en la cadena de suministro de gas.
Microsoft: Identidad descentralizada sobre Bitcoin
Por otro lado, Microsoft esta construyendo una red de Identidad Descentralizada (DID) sobre la blockchain Bitcoin y lanzó en junio de 2020 una versión beta de esta herramienta. Microsoft ha dicho que la infraestructura, conocida como Identity Overlay Network (ION), desarrollada como una segunda capa de la blockchain Bitcoin, se basa en un conjunto de estándares abiertos desarrollados en conjunto con la Fundación de Identidad Descentralizada (DIF).
La versión liberada es parte del trabajo de los miembros de DIF para acelerar programas de respuesta ante la crisis de COVID-19 que cualquiera pueda usar. En el marco de la pandemia se ofreció como tecnología de apoyo para la emisión de certificados de salud.
Con la herramienta ION, los inicios de sesión controlados por el usuario se ajustan a empresas o servicios independientes. Esto en lugar de que proveedores de sistemas centralizados —como Facebook— posean las credenciales de inicio de sesión de los usuarios.
A pesar de que el uso potencial de ION ha estado vinculado con el sistema de salud, la solución puede ser usada en otros casos de uso que no estén estrictamente relacionados con este sector.
El proyecto emite algo comparable con un ticket de retiro. En lugar de incluir los datos de una persona, ofrece un número de referencia en el libro contable de Bitcoin. Los datos pesados son almacenados en nodos de ION, usando el Sistema de Archivos Interplanetarios (IPFS). Cualquier persona que esté anclando datos paga una pequeña comisión a los mineros para registrar el número de referencia.
Es de esperar más avances en materia de identidad digital en los próximos años, pues la situación actual es aún de inmadurez. Lo que se avizora como paso siguiente es el engranaje del tema regulatorio, la tecnología y los marcos de confianza, tal como prevé una investigación publicada a finales de 2020 por LACChain, alianza global liderada por el Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo.
“Los avances en estas tres capas permitirán el desarrollo de soluciones completas de identidad digital en el transcurso de los próximos años, sentando como base protocolos y estándares nacionales, regionales, internacionales y también sectoriales”, concluye el organismo.