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Mow dijo que Bukele no es el presidente de Bitcoin, sino el presidente de El Salvador.
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El ejecutivo se pregunta "¿qué es una moneda de curso legal sin ejecución?".
Bajo la sombra de un volcán salvadoreño, Samson Mow, el visionario detrás de Jan3, disparó sus palabras sin rodeos: el FMI (Fondo Monetario Internacional) tiembla ante Bitcoin (BTC) y por eso apretó las riendas a El Salvador. Mow pronunció estas palabras durante una entrevista en la que hizo referencia a la lucha entre el viejo orden financiero y la revolución en torno a una red descentralizada que no pide permiso.
Samson Mow criticó al FMI como una «organización fíat» que depende de las monedas tradicionales y ve su existencia amenazada por la creación de Satoshi Nakamoto. Según él, el organismo internacional enfrenta un dilema: adaptarse a Bitcoin o volverse irrelevante, ya que la moneda digital desafía su autoridad. En este punto, mencionó los Derechos Especiales de Giro (DEG), un activo financiero que el FMI emite y que funciona como una especie de «moneda propia».
Los DEG son una canasta de monedas fiduciarias (como el dólar, el euro y el yen) que el FMI usa para complementar las reservas internacionales de sus países miembros y facilitar préstamos. Mow lo llama un «tiburón solitario» porque este sistema le permite al organismo mantener un flujo constante de préstamos a naciones en desarrollo, perpetuando su influencia.
Sin embargo, si Bitcoin se consolida como una alternativa descentralizada y soberana, este modelo podría derrumbarse, ya que los países podrían optar por adoptar un activo que se aprecia de manera constante y que no depende de la deuda ni de instituciones centralizadas como el FMI.
La presión sobre El Salvador, que en 2021 se convirtió en el primer país en adoptar a bitcoin como moneda de curso legal, sería una muestra de ese temor. Para Mow, el FMI «hizo un gran escándalo» prediciendo el fracaso de la medida y, al no materializarse, buscó «salvar las apariencias» exigiendo concesiones en la ley. «Insistieron en modificaciones para poder decir: ‘sí, tenemos algo’», explicó.
Un vaso medio lleno o medio vacío: La ley Bitcoin suavizada
El acuerdo entre el FMI y El Salvador se concretó en diciembre del año pasado, y como lo informó CriptoNoticias en ese momento, el organismo internacional obligó a que el país centroamericano suavizara su Ley Bitcoin.
«Creo que mucha gente está buscando claridad en términos de si bitcoin sigue siendo de curso legal en el país. Y es así porque es confuso; y yo diría que el desglose es este: es un vaso de agua que está por la mitad, y que puedes verlo como medio lleno o medio vacío. Entonces, ahora que la ley Bitcoin se ha suavizado, puedes decir que se ha neutralizado un poco o que la han modificado para cumplir con el acuerdo del FMI, pero en definitiva sigue existiendo la ley Bitcoin en un país que no exige impuestos a las ganancias de capital».
Samson Mow, CEO de JAN3.
Sin embargo, señaló un cambio importante: «Hay otra línea que dice que las personas pueden usar bitcoin, pero el gobierno ahora no puede». Esto refleja una modificación que hace que su aceptación sea voluntaria, sin la obligatoriedad previa para las empresas. Y sobre ello, Mow se pregunta: «¿Qué es una moneda de curso legal sin ejecución? Siempre ha sido voluntario», reflexionó, destacando la ambigüedad del nuevo marco legal.
Mow describió las diferentes reacciones que se han desprendido tras los cambios a la ley Bitcoin: «Algunas personas dicen que capitularon, que se arrodillaron ante el FMI y nos vendieron, están desilusionadas. Luego tienes a los promotores de El Salvador y Bukele diciendo: sí, ganamos, vamos a tomar el dinero y comprar Bitcoin con fondos del FMI». Para él, la realidad está en un punto intermedio: «Hubo un compromiso, una adaptación. La ley está debilitada, pero Bitcoin todavía tiene una posición aquí».
Defendió la decisión del presidente Nayib Bukele desde una perspectiva pragmática: «Bukele no es el presidente de Bitcoin, es el presidente de El Salvador. Tiene que hacer lo que cree correcto para su país, y si eso significa asegurar un préstamo del FMI para abrir la puerta a más financiamiento, ese es el camino». Mow subrayó que, pese a las concesiones, El Salvador no ha perdido su relevancia en la estrategia nacional.
La adopción de BTC para la base como desafío pendiente
Mow explicó que, si bien El Salvador sigue intacto como ejemplo de adopción estatal de bitcoin, todavía hace falta trabajar en la parte realmente importante, como es la adopción de base. «No deberíamos mentirnos a nosotros mismos y decir sí, ya es perfecto. Tenemos iniciativas educativas y se está avanzando, pero todavía hay mucha gente aquí en El Salvador que no tiene idea de lo que es BTC, así que todavía hay mucho trabajo por hacer», dijo.
Para él, lo cierto es que en lo que concierne a la adopción de bitcoin por parte de El Salvador no hay ni capitulación total ni victoria absoluta, sino un terreno en disputa donde la soberanía descentralizada desafía al viejo orden. Mientras el FMI se aferra a sus viejos esquemas, El Salvador, con sus compras diarias de BTC y su espíritu indómito, sigue siendo un estandarte para los estados que se plantean la adopción de la moneda digital pionera.