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Crecen los holders de NFT de chigüires en España, Colombia, Chile y otras partes de Latinoamérica.
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La principal propuesta de valor del proyecto es su espacio educativo.
Eduardo Sanabria, un artista plástico de Venezuela y mejor conocido como EDO, es uno de esos creativos que se ha subido a la ola de los tokens no fungibles (NFT) con la idea de exhibir su arte en galerías digitales como OpenSea o Rarible.
Así como EDO, otros creadores a escala global están mirando más de cerca el mundo de los NFT. Lo ven como ese nuevo espacio donde pueden migrar en busca de oportunidades. Lo hacen porque ahora, a diferencia de la forma tradicional de exponer arte, es posible tokenizar sus piezas, comercializarlas y exhibirlas en un entorno completamente digitalizado.
Ese es precisamente el enfoque de ChigüireLand, como explicó a CriptoNoticias el cofundador del proyecto, Antonio Di Caprio.
ChigüireLand es un proyecto que incluye una colección de 3993 NFT, basada en la técnica de pixel art, la misma de los famosos CryptoPunks. Los diseños de estos chigüires tienen varias capas que les proveen características específicas, relacionadas con la cabeza, cuerpo, ojos, manos y fondos que son importantes para determinar su nivel de rareza.
Antonio Di Caprio, cofundador del proyecto ChigüireLand.
Cada NFT otorga a su propietario el derecho de participar en la galería de arte digital Amazonas, la cual estará ubicada en la tierra número 66, 45 del metaverso The Sandbox. Con ello, piensan convertirse en la primera iniciativa con sello venezolano, de este tipo, que tiene presencia en uno de los mundos virtuales más populares de la actualidad.
De esta manera, cada creativo que posea un NFT de ChigüireLand podrá optar por mostrar su arte en la galería Amazonas. Y por cómo van las cosas, es posible que, en el futuro, cada pieza de esta colección se convierta en un carnet que identifique a un creador venezolano o latino cuyo arte esté visible en The Sandbox.
De hecho, la manada digital de Chigüires crece con rapidez, cada día hay nuevos miembros conversando en su discord oficial o haciendo preguntas y participando en las actividades que su equipo realiza on line.
Dos campos reverdecen para venezolanos y otros latinos en el metaverso
¿Por qué un chigüire? preguntan muchos, y la respuesta de su equipo de desarrollo es que este roedor, el más grande del mundo, es tan querido en las redes sociales como los gatos o los monos.
«El chigüire es uno de los animales más carismáticos del mundo», dice Di Caprio. Y resulta que esa característica es algo que comparten con los venezolanos, población que se ha dado a conocer en el mundo por su buen sentido del humor.
Ese buen sentido del humor también está asociado con otro proyecto que lleva un nombre similar y que de manera inmediata todo venezolano asocia, como es el de Chigüire Bipolar. Se trata de un portal de periodismo satírico lanzado en mayo de 2008 por los venezolanos Elio Casale, Oswaldo Graziani y Juan Andrés Ravell, creadores también de la serie animada La isla presidencial.
Pero los chigüires no son solo de Venezuela, también son conocidos como capibara o carpinchos en otras regiones de Latinoamérica. Y de la mano del proyecto ChigüireLand, estos roedores quieren cosechar fama en los países de habla hispana.
Su equipo de desarrollo cree que van por buen camino para lograrlo, ya que hasta ahora hay propietarios de los NFT de chigüires en España, Colombia, Chile y otras partes de Latinoamérica, incluyendo Brasil. Esto, tomando en cuenta que el proyecto nació con inversión de empresarios de este último país, famoso por su estridente festival de Carnaval.
Hasta ahora, todo el que desee un NFT de la colección ChigüireLand debe «mintear» su token. Quiere decir que deben «acuñar» o emitir su criptoactivo, como quien acude a un banco, solo que en este caso debe acudir a una plataforma donde pueda hacerlo, como OpenSea.
Así que una vez que solicita la emisión de una nueva pieza, cada usuario debe esperar días u horas para que se revelen las características de su personaje.
En ese sentido, cada chigüire tendrá un objeto diferente en su mano, que será un arma o una herramienta y que además determinará su habilidad en el juego play-to-earn que también está en desarrollo.
Así que los miembros de la manada ChigüireLand tendrán dos vías posibles para ganar. Una será a través de la venta de sus propias piezas de arte, y por la otra, podrán adquirir conocimiento, destreza y otras habilidades mientras se desenvuelven en el metaverso ChigüireLand y por ende en el de The Sandbox.
Un metaverso play-to-earn: ¿ganarás criptomonedas?
«No todo lo que puedes ganar en un metaverso son criptomonedas», aclara Di Caprio cuando se le consulta las semejanzas del mundo virtual de Axie Infinity y el de ChigüireLand.
Para él la diferencia es abismal porque dice que hasta ahora no ha conocido un proyecto NFT que tenga una propuesta como la que ofrece el mundo virtual de los roedores más grandes del mundo.
Yo veo que el metaverso de ChigüireLand es más play and earn (jugar y ganar), porque no está planteado que este proyecto genere una especie de salarios como los de Axie Infinity. En nuestro mundo virtual sí hay puestos de trabajo, pero es porque hay diseñadores, desarrolladores, community managers y moderadores en nuestro equipo. Mientras que la comunidad puede ganar con la venta de sus NFT en el mercado secundario, podrán ganar algunos tokens, incluso podrán obtener descuentos en algunas tiendas con las que hagamos convenios, pero para hacerlo no quiere decir que las personas van a estar metidas todo el día en la plataforma trabajando, como lo exigía Axie Infinity.
Antonio Di Caprio, cofundador del proyecto NFT ChigüireLand.
Desde su punto de vista, la mayor propuesta de valor que tiene el proyecto de los chigüires digitales es cambiar la percepción de ganar que muchos tienen cuando se desenvuelven en el mundo de las criptomonedas.
«No estamos haciendo promesas de que la inversión se recuperará en 15 días o a corto plazo porque hay que entender que esto es más a largo plazo. Debemos asumirlo como el empresario que montó una panadería y entiende que no recuperará su inversión en menos de cinco años», explicó Di Caprio.
Por esa razón el proyecto cuenta con un espacio exclusivo donde los propietarios de los NFT de chigüire pueden ingresar para recibir orientación sobre inversiones con criptomonedas. También, asesoría para su propio proyecto de coleccionables digitales o cualquier otro tema relacionado con el sector de los criptoactivos que la comunidad considere interesante. «Ese es el verdadero concepto de ganar que queremos promover, para comenzar a relacionarnos con esa idea de otra manera», puntualizó.
Asegura que mientras se mintean los NFT y la comunidad continúa creciendo, su equipo de desarrollo está trabajando con modelado 3D para que los avatares de chigüire funcionen en The Sandbox. Significa que podrán moverse, caminar, bailar, entre otras cosas, guiados por un visor de realidad aumentada.
Un mundo virtual al alcance de todos los chigüires
«Queremos que nuestro metaverso esté al alcance de todos», dijo DiCaprio. Por eso insistió en aclarar que ChigüireLand no es una tierra virtual solo para venezolanos. Más bien será un mundo al que tendrá acceso todo propietario de los NFT de la colección, como si se tratara de un pasaporte.
Su idea y la del también fundador Kevin Hernández, es que el mundo virtual que están desarrollando tenga usuarios de toda Suramérica. Que estos sean de todas las edades y tengan cualquier profesión, «porque esta iniciativa no es solo para creativos», señalaron.
«Por el empeño en poner nuestro proyecto al alcance de todos fue que buscamos el entorno más favorable y encontramos que es la red Polygon, que es una de las más económicas en cuanto a tarifas de transacción. No exige costos elevados como Ethereum», explicó Di Caprio.
En ese sentido, cada NFT de chigüire actualmente tiene un valor de USD 20 en Matic, la criptomoneda nativa de la red Polygon. Al momento de la redacción de esta nota se habían vendido más de 1.400 NFT de chigüire, y se espera que en una o dos semanas más ya estén todos minteados. Y posteriormente, se abrirá el mercado secundario.
Que ChigüireLand esté basado en la red Polygon, parece un buen indicio, ya que curiosamente los proyectos desarrollados en esta cadena de bloques están ganando gran impulso. Han alcanzado la cifra de 11.4000 carteras digitales diarias conectando con sus plataformas durante el primer trimestre del 2022 y 173.000 solo durante el mes de marzo.
Un gráfico publicado por el sitio de datos DappRadar muestra que los juegos basados en la red Polygon están en constante crecimiento, con más carteras digitales activas en los últimos cuatro meses.
Sin embargo, es de tener en cuenta que la red de Bitcoin es la que puede permitir la existencia de los NFT más duraderos de toda la historia. De hecho, basada en ella apareció el primer antecedente de los tokens no fungibles que conocemos hoy día, como fue el de las «monedas coloreadas», que, aunque de manera fallida, fueron los primeros en comerciarse en la blockchain de Bitcoin.
Las «monedas coloradas» dieron paso, en 2014, al nacimiento de una plataforma financiera llamada CounterParty, la cual funciona conectada a la red de Bitcoin, pero como un protocolo aparte.
La iniciativa CounterParty fue presentada como un sistema distribuido, peer-to-peer, que permitía la creación de nuevos activos digitales. Y fue así como llegaron los juegos de cartas coleccionables y los intercambios de memes raros a la red de Bitcoin. Entonces, comenzó a formarse un mercado cada vez más variado de NFT en blockchain.
Bitcoin es la única red de prueba de trabajo relevante en el mundo y está diseñada para distribuir la confianza basada en la potencia computacional (minería de bitcoin). Esto hace que sea la red más segura del mundo y prácticamente imposible de atacar con éxito y, por ende, será en este ecosistema donde pueden existir por más tiempo los tokens coleccionables.
¿Por qué es esto importante? Porque si alguna vez, por una razón u otra, los equipos abandonaran su proyecto, los NFT y sus metadatos seguirán existiendo en la cadena de bloques pública y descentralizada. Esto permite, por ejemplo, que cualquiera tome el código para «recrear» el contrato inteligente y, por lo tanto, revivir el proyecto en cualquier momento.
En todo caso, independientemente de la red en la que existan, en la actualidad los proyectos coleccionables representan el segmento más productivo de la industria de los NFT, como lo reportamos recientemente en CriptoNoticias.
Al mismo tiempo, la presencia de chigüires en el metaverso de The Sandbox podría darle mayor visibilidad al proyecto, sin embargo, todo dependerá de la creatividad que le impriman sus desarrolladores para mantener a una comunidad activa. Que crezca de manera permanente, sin que los usuarios se desilusionen, como ha venido sucediendo con otros proyectos que se volvieron un desierto.