El artista Kevin Abosch, que ganó reconocimiento en el ecosistema blockchain al vender su obra basada en un contrato inteligente de Ethereum Forever Rose por 1 millón de dólares a mediados de febrero, vuelve a ser involucrarse en el criptomundo con su YLAMBO.
La obra, llamada Yellow Lambo, consiste en un aviso creado en luces de neón que representa la dirección del contrato inteligente de su token YLAMBO. Esta pieza fue comprada por Michael Jackson, antiguo jefe de operaciones de Skype que en 2015 se sumó al equipo de la plataforma Blockchain.com por una suma de 400 mil dólares.
Según Abosch, el objetivo de esta pieza es reflexionar en torno a la forma en que damos valor a las cosas. Explica que, aunque al principio le pareció vulgar el uso de la etiqueta #lambo en las redes sociales, después se dio cuenta de que esto es una muestra del frenesí en torno a las criptomonedas.
Esta etiqueta es usada por los participantes de la criptocomunidad para expresar sus ganancias con el aumento acelerado de los criptoactivos o como meta de inversión. Esta referencia está tan extendida que incluso el portal CoinMarketCap, durante el primero de abril, cambió su métrica y representó el valor de los criptoactivos con este vehículo.
En palabras de Abosch:
Dependiendo de con quién estés hablando, una persona podría preguntar “¿por qué alguien gastaría 400 mil dólares en bitcoin?”. Otra persona podría preguntar “¿Por qué alguien gastaría 400 mil dólares en un auto o en una obra de arte? Es una invitación a discutir cómo y por qué ponemos valor a las cosas.
Kevin Abosch
Artista
Esta discusión se hace especialmente importante en el ecosistema blockchain, pues en este abundan las obras de arte u objetos coleccionables que son vendidos por altos precios.
Además de la Forever Rose de Abosch, que fue vendida por $1 millón y es el objeto digital basado en blockchain más caro de la historia, abundan los CryptoKitties, los Rarepepes y los CryptoPunks, que han sido vendidos por más de 100 mil dólares.
Este campo, ciertamente, representa un cambio de paradigma sobre la forma en la que concebimos y apreciamos el arte. Abosch dice que varias personas le preguntaron cómo es posible que algo que no se podía ver ni tocar pudiera tener valor, lo que lo llevó a pensar qué tan saludable es la relación de las personas con los objetos materiales.
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