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Lacalle invita a comprender cómo el aumento del déficit empobrece a los ciudadanos.
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Os europeos enfrentan un futuro incierto y caro, dice Marc Vidal.
“Es esencial prepararse para la destrucción monetaria que se avecina, la cual es mucho mayor que la que hemos experimentado en años anteriores”, advierte el economista Daniel Lacalle. De manera contundente, el analista español expone sus preocupaciones sobre el estado actual de la economía, basada en el dinero fíat, y de cómo a raíz de ello, se está deteriorando la calidad de vida de las personas.
«El colapso económico está más cerca de lo que piensas», advierte Lacalle en su canal de YouTube. Allí alerta sobre la necesidad de que los ciudadanos comprendan, de una vez por todas, que las decisiones políticas, el control del dinero por parte de los gobiernos, terminan impactando en las finanzas personales y que el incremento del déficit y la deuda pública está conduciendo a un proceso de empobrecimiento lento, pero real.
Lacalle también menciona que muchos sectores han estado alertando sobre un futuro incierto, y que aquellos que desestiman tales advertencias como catastrofistas están, en realidad, ignorando las señales claras de un deterioro económico. «La gente no entiende que cuando el gobierno aumenta masivamente el déficit, y después acude al Banco Central para que monetice esas emisiones de deuda, en realidad la están empobreciendo», agrega.
El economista destaca que, aunque se reporten cifras de crecimiento, la verdad es que la economía enfrenta serias dificultades subyacentes, como el aumento en la tasa de desempleo y la inflación. En su exposición, Lacalle explica la importancia de invertir en activos que puedan proteger contra la inflación, como bitcoin (BTC), y ser conscientes de la volatilidad que estos pueden implicar.
Además, hace hincapié en que el actual modelo de gasto público no solo oculta un estancamiento económico, sino que también implica una transferencia de riqueza del sector productivo hacia un gobierno que consume más de lo que produce.
Además, hizo hincapié en que el actual modelo de gasto público no solo oculta un estancamiento económico, sino que también implica una transferencia de riqueza del sector productivo hacia un gobierno que consume más de lo que produce.
El análisis de Lacalle resuena con muchas preocupaciones actuales en Europa y el mundo, donde altos niveles de inflación y deuda están causando estragos en la economía de las familias. En este contexto, los residentes de Europa se enfrentan a una creciente dificultad para llegar a fin de mes, mientras se les promete un crecimiento que, según Lacalle, es solo una ilusión, disfrazada por la contabilidad nacional.
Así es como el economista insta a su audiencia a no dejarse engañar y a ser proactivos en la búsqueda de soluciones que mitiguen el impacto de estas medidas económicas, recordando que la preparación y el conocimiento son las mejores herramientas para enfrentar un futuro económico incierto.
«Hablamos muchas veces aquí en mi canal del índice de miseria. Aquí lo podéis ver cómo nos empeora la situación en el índice de miseria, inflación, más desempleo, casos de España con una economía que dicen que va como un cohete, pero estamos mucho peor que la media de la Unión Europea, mucho peor que la media de la eurozona. Entonces esto es parte de ese proceso de ir empobreciéndote sin que tú te des cuenta y a la vez diciéndote que todo va bien».
Daniel Lacalle, economista español.
Lo que viene es más deuda y menos futuro: Marc Vidal
En un análisis reciente, el economista español Marc Vidal ha puesto bajo la lupa las decisiones económicas que se toman en la Unión Europea, destacando la ineficiencia y la falta de visión a largo plazo de sus líderes. Su principal preocupación es sobre un nuevo plan que implicará un costo anual de 800.000 millones de euros, financiados a través de deuda.
Vidal se refiere al plan recientemente presentado por Mario Draghi, expresidente del BCE y exprimer ministro italiano en el que apuesta convertir a Europa en una potencia industrial, ahora adaptada al siglo XXI. Para ello, la propuesta de Draghi es apostar por la emisión de deuda pública, para financiar proyectos de inversión conjuntos.
Precisamente ante Washington y Pekín la Unión va tarde, y por eso Draghi alerta de que se necesita «un aumento masivo» de la inversión para cerrar la brecha que existe respecto a los dos competidores principales en materia industrial, tal como lo informan medios europeos.
Al respecto, Vidal señala que esta enorme suma no solo representa otro endeudamiento, que luego recaerá sobre los ciudadanos europeos, sino que también se une a un escenario ya alarmante de pérdida de poder adquisitivo y un aumento en los precios, inflados por el exceso de dinero en circulación. “La misma gente que ha derrochado 750.000 millones desde la pandemia está ahora diseñando este plan que, a su vez, promete más de lo mismo”, critica.
Vidal compara la situación económica actual con un «tsunami de dinero» que ha seguido al incremento vertiginoso de los precios. Agrega que este fenómeno genera una pérdida significativa en el poder adquisitivo de los ciudadanos, un problema que se ha intensificado desde los años 80. A su juicio, el sistema ha operado en gran medida bajo un «truco contable», en el que la deuda se desvaloriza en relación a la inflación. Esto significa que, para quienes solicitan deudas, cuanto mayor sea la inflación, menor es el costo real que asumen, aunque a la larga, son los ciudadanos quienes deben soportar el peso de esta carga.
Además, Vidal expone que, en caso de que se apruebe el plan de Dragui, los europeos podrían enfrentar un aumento de miles de euros en deuda por habitante cada año. Este incremento, que superaría el costo total del rescate de Grecia y equivaldría al producto interno bruto (PIB) de Suiza o al presupuesto de defensa de Estados Unidos en 2023, plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad económica del continente europeo.
Por ello, Vidal enfatiza que las soluciones propuestas hasta ahora son inadecuadas, ya que dejaría a la población lidiando con los efectos negativos de una situación que parece irremediablemente compleja.
La opinión del economista español resuena en un momento crucial para la economía europea, en el que la incertidumbre y la presión inflacionaria, sumadas a un contexto geopolítico frágil, llevan a cuestionar la capacidad de la Uniún Europea para adaptarse a los tiempos modernos.
Europa decidió empobrecerse en nombre de una hipotética modernidad y una hipotética sostenibilidad. Decidió empobrecerse bajo principios éticos y morales y se planteó hacerlo rápido para así se distribuya la riqueza entre todos. Pero lo que hemos estado repartiendo últimamente es la pobreza, no la riqueza, algo que sale bastante más caro para todos la gente común.
Marc Vidal, economista español.
Bitcoin resalta como refugio ante el colapso inminente
No obstante, las preocupaciones sobre un posible colapso financiero no solo es un alerta que se esparce por Europa, pues también está en la mente de otros actores de la comunidad de Bitcoin como son el presidente de El Salvador Nayib Bukele, el fundador de MicroStrategy Michael Saylor y el CEO de la empresa Jan3, Sansom Mow.
Todos ellos, incluyendo a Daniel Lacalle y Marc Vidal, creen que lo mejor es mirar hacia bitcoin. Son optimistas sobre la moneda digital porque es un activo surge como refugio seguro en tiempos de crisis financiera debido a su política monetaria limitada de 21 millones de unidades, lo que le diferencia de las políticas del dinero de los Estados como el dólar o el euro. Con el dinero fíat los bancos centrales pueden imprimir dinero para afrontar crisis o financiar déficits, lo que provoca inflación.
Además, la descentralización de bitcoin evita la manipulación de su suministro o valor por entidades centrales, lo cual es especialmente importante en tiempos de incertidumbre política o financiera. La transparencia y seguridad de su tecnología permiten que todas las transacciones sean verificables por los participantes, a diferencia de los sistemas monetarios tradicionales, en el que muchas decisiones se toman de manera opaca.