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Para Antonopoulos, Bitcoin rompe con la idea que solo los gobiernos pueden emitir dinero.
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Voorhees alertó que en un futuro los que apoyen a Bitcoin podrían estar en peligro.
Bitcoin tiene la potencialidad de servir como una herramienta para una gran revolución en el mundo. No solo en lo económico, sino en lo social, en la forma en la que las personas viven y ven la vida. Así lo consideraron los panelistas durante la Latin American Bitcoin & Blockchain Conference (LaBITconf), en su séptima edición, celebrada en Uruguay.
En ese panel, desarrollado en el segundo día de encuentro, participaron Andreas Antonopoulos, evangelista de Bitcoin y autor del libro El internet del dinero; el cofundador de la casa de cambio ShapeShift, Erik Voorhees; los conductores del programa financiero en la cadena RT, Stacy Herbert y Max Keiser; y Adam Back, criptógrafo e integrante del movimiento cypherpunk que fue mencionado por el creador de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, en el libro blanco de Bitcoin.
Los presentes estuvieron de acuerdo en el potencial revolucionario que tiene Bitcoin como tecnología y como forma de entender el dinero. De hecho, para Antonopoulos, una de las ideas más poderosas que trae consigo Bitcoin es desmontar la creencia que solo a través de controles y políticas gubernamentales se puede generar crecimiento económico y estabilidad.
Otra forma de crear dinero
Voorhees, por su parte, consideró el poder de Bitcoin de mostrar una forma distinta de crear dinero que no depende de la emisión de un Estado a través de los bancos centrales. Para él, a medida que se genere una conciencia de la carencia de necesidad de un poder centralizado se genera una verdadera revolución. “Ahí es donde Bitcoin comienza realmente a expandirse a otras áreas”, agregó.
En el momento en que la gente se da cuenta que el gobierno no es el único que puede crear dinero, también se irá dando cuenta que los gobiernos no son los únicos que pueden hacer carreteras, escuelas u hospitales
Erik Voorhees, cofundador de ShapeShift.
Stacy Herbert coincide en que Bitcoin facilita una revolución de carácter pacífico. De hecho, para ella esto ocurre mientras Bitcoin ofrece la oportunidad de “retar la autoridad de los bancos centrales de imprimir dinero y valor”.
Según Adam Back, uno de los elementos que hacen de Bitcoin algo interesante consiste en que no hay necesidad de acudir a instancias gubernamentales, ni pasar por los controles o restricciones de gobierno alguno. “Bitcoin es la forma autosoberana de tomar control de tus finanzas”, sentenció al respecto.
En ese sentido, tanto Herbert como Antonopoulos consideraron que Bitcoin permite la gestación de una revolución de una forma menos violenta o con menores fricciones que las revoluciones en general.
Para Antonopoulos, precisamente la promesa de Bitcoin es “la posibilidad de hacer una transición menos violenta”. La criptomoneda y su tecnología pueden generar esto “simplemente permitiéndole a la gente salirse de una economía sin necesidad de salir de un país”.
Advertencias y consideraciones a futuro
Precisamente por el poder de retar los mecanismos tradicionales de poder, Erik Voorhees advirtió, que los que participan de manera activa o apoyan el desarrollo de Bitcoin serán atacados en el futuro. “Cuando sean realmente controversiales”, la participación será más complicada, considera el creador de ShapeShift.
Hasta ahora, dijo Voorhees, los que participan en Bitcoin han estado viviendo “la fase divertida” del proceso. Consideró al respecto que por el momento Bitcoin es nuevo y, por lo tanto, descartado por las instancias de poder. Pero eso va a cambiar, reflexionó.
Por su parte, Andreas Antonopoulos también hizo una advertencia, principalmente dirigida a quienes, como él, promueven el uso de Bitcoin. Específicamente, se refirió a lo que catalogó como el “complejo de salvadores”.
Puso como ejemplo los casos en los que bitcoiners se dirigen a países con altas necesidades económicas, de privacidad u otras libertades, ofreciendo a Bitcoin como la solución a todos sus problemas. Con esa actitud, dijo, pueden pasar por “un grupo de raros con complejo de salvadores”, cuando en realidad quienes entienden sus propias necesidades son los ciudadanos en esos territorios en crisis.