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La falta de consenso político y resultados pendientes deja a la reserva de bitcoin en el limbo.
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Muchos priorizan la estabilidad del dólar en el sistema financiero global.
Mientras bitcoin seduce a visionarios y escépticos por igual, la idea de convertirlo en una reserva nacional choca contra un muro de política, escepticismo y tradición. ¿Por qué sigue siendo solo un sueño?
Bitcoin ya es visto por muchas personas en el planeta como oro digital que promete revolucionar las finanzas globales, incluso brilla con un fulgor que deslumbra a unos y ciega a otros. Pero, en el corazón de Estados Unidos, el sueño de que se convierta en reserva estratégica se desvanece como un espejismo en el desierto de la política y la desconfianza.
La ambición por una reserva de bitcoin para Estados Unidos ganó tracción desde que Donald Trump la convirtió en promesa cuando era un candidato. Y luego, avanzó con una orden ejecutiva firmada el 6 de marzo de 2025, como lo informó CriptoNoticias en ese momento.
Esta orden otorgó un plazo de 60 días para que el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, evaluara la creación de una reserva estratégica de bitcoin y un Depósito de Activos Digitales de Estados Unidos, identificando cuentas de custodia y posibles necesidades legislativas.
Además, el mandato pretende centralizar activos digitales incautados, excluyendo a bitcoin, en un depósito unificado, con agencias federales revisando su autoridad para transferirlos al Tesoro. Sin embargo, cumplido el plazo ayer, los hallazgos de estas revisiones siguen sin publicarse, dejando la iniciativa envuelta en incertidumbre.
Ese hecho desnuda la realidad de que la reserva estratégica de bitcoin en Estados Unidos sigue siendo un espejismo en el horizonte financiero. Esta verdad fue trasladada al Rose Rumble en el Fina Forum, un evento que enfrentó a Anthony Scaramucci, exdirector de comunicaciones de Donald Trump y al inversionista y personalidad televisiva Kevin O’Leary en un debate que refleja lo que puede estar dejando en el limbo a las intenciones de crear un tesoro nacional de BTC. Todo parece indicar que la innovación sobre el sistema financiero choca contra la inercia política y la cautela económica.
Bitcoin vs. el sistema tradicional: ¿cuál gana?
La discusión se encendió a raíz de una pregunta del público sobre el proyecto de ley de reserva estratégica de bitcoin. Que esta interrogante surgiera espontáneamente desde la audiencia es, en sí mismo, un claro indicador del palpable interés global que existe en torno a la potencial creación de una reserva de este tipo por parte de Estados Unidos.
En respuesta, Scaramucci defendió con vehemencia la propuesta impulsada por la senadora Cynthia Lummis. Argumentó que una reserva de bitcoin podría ser beneficiosa para la economía estadounidense, siempre que se implemente con un respaldo bipartidista.
En su opinión, los próximos seis meses serán cruciales para consolidar este apoyo y evitar que la iniciativa sea desmantelada por vaivenes políticos. Scaramucci recordó que Estados Unidos ya gestiona 27 reservas estratégicas, que van desde el petróleo hasta metales raros, y se inclinó a favor de que bitcoin se integre como un activo más, impulsando la diversificación económica del país.

Sin embargo, O’Leary ofreció una perspectiva más escéptica. Para él, la idea de una reserva estratégica de bitcoin es poco realista debido a la falta de consenso político. “Nunca obtendremos una compra bipartidista”, afirmó categóricamente, señalando que la polarización en el Congreso hace improbable un acuerdo de esta magnitud.
En cambio, O’Leary abogó por la digitalización del dólar a través de stablecoins como USDC, de la cual es accionista. Según él, estas monedas, respaldadas por dólares y con costos de transacción mínimos, representan una solución más práctica para modernizar el sistema financiero global, sin los riesgos especulativos asociados con bitcoin.
El debate reflejó un dilema más amplio, como es la tensión que ha existido por años sobre la estabilidad que, según reguladores y políticos, exige el sistema financiero tradicional. Bitcoin, a pesar de su creciente aceptación, sigue siendo un activo volátil, y se cree que su adopción como reserva nacional implicaría riesgos significativos.
Por su parte, Scaramucci reconoció la necesidad de un enfoque cauteloso, citando la preocupación de que una acción ejecutiva unilateral podría ser revertida por una administración futura. Esto mientras O’Leary subrayó que la prioridad debería ser mantener el dominio del dólar como moneda de referencia global, algo que una stablecoin podría lograr sin alterar el statu quo, según su perspectiva.

Más barreras frenan una reserva de bitcoin
Además, el contexto político actual añade otra capa de complejidad. La legislación para la creación de una reserva de bitcoin, aunque respaldada por figuras influyentes en el ecosistema de los activos digitales, enfrenta un Congreso dividido y una opinión pública que aún no comprende plenamente las implicaciones de que una potencia como Estados Unidos posea un tesoro nacional en bitcoin.
La falta de educación financiera sobre bitcoin, combinada con temores sobre su uso en actividades ilícitas, dificulta el camino hacia su institucionalización. Incluso el respaldo de figuras como Michael Saylor, quien ha defendido apasionadamente a bitcoin como una reserva de valor, no ha sido suficiente para superar estas barreras.
De esa manera, el Rose Rumble expuso las posturas divergentes sobre bitcoin, y también la dificultad de alinear intereses en un país donde las prioridades económicas y políticas a menudo chocan.
Mientras Scaramucci ve en bitcoin una oportunidad para innovar, O’Leary apuesta por soluciones más conservadoras que preserven la hegemonía del dólar. Ambos coinciden, sin embargo, en que cualquier cambio significativo requerirá un consenso que, por ahora, parece lejano.
En definitiva, la reserva estratégica de bitcoin en Estados Unidos sigue siendo un sueño debido a la falta de apoyo político unificado, los riesgos inherentes a su volatilidad y la preferencia por alternativas consideradas menos disruptivas, como las stablecoins. Mientras el debate continúa, eventos como el Rose Rumble muestran que la conversación sobre el futuro del dinero está más viva que nunca, pero el camino hacia una reserva de bitcoin aún está lleno de interrogantes.