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Para el organismo, las criptomonedas seguirán siendo una parte importante de la economía moderna.
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La regulación del mercado de los activos digitales tendrá un efecto positivo en todo el sector.
El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) cree que la tecnología de bitcoin seguirá ocupando un lugar relevante en la economía moderna y, por lo tanto, su adopción, así como el de las criptomonedas en general, es inevitable.
En un informe sobre el futuro de las criptomonedas publicado ayer en el sitio web oficial del organismo internacional, el funcionario del Consorcio de Gobernanza de Moneda Digital, Dante Disparte presenta su perspectiva. Su visión es que la tecnología de bitcoin se está convirtiendo en la columna vertebral de los servicios financieros y de otras áreas de la economía global.
«Observe lo que están haciendo los grandes bancos y las empresas de servicios financieros maduras, no lo que dicen», señala el documento. De esa manera sugiere echar una mirada a JP Morgan, uno de los bancos más grandes del mundo que recientemente se asoció con la red de pagos Visa, para permitir pagos globales, emulando a Bitcoin.
El caso de JP Morgan es solo un ejemplo de lo que el Foro Económico Mundial espera que suceda pronto. Su expectativa es que la industria de las criptomonedas goce de mayor reconocimiento, y que en esa medida crezca la experimentación, así como la regulación.
El documento agrega que el ecosistema de las cadenas de bloques, aunque se encuentra actualmente en una fase transición, tendrá una buena evolución.
En ese sentido, comparó la caída de los precios del mercado durante el año 2022 con el estallido de la burbuja de las puntocom que sucedió en el año 2000. Este evento se produjo en el momento en el que el valor de las acciones de las empresas de Internet aumentó rápidamente, pero posteriormente estalló cuando los precios colapsaron.
Disparte cree que, como sucedió durante el evento de las puntocom, los eventos adversos que han ocurrido recientemente en el mundo de las criptomonedas darán paso a empresas, modelos de negocios y casos de uso más duraderos.
La regulación de bitcoin marcará la pauta
En su documento, el Foro Económico Mundial señala que la regulación del ecosistema de bitcoin será beneficioso para su evolución. Invita a tomar en cuenta el hecho de que nada en el mundo está libre de riesgos, especialmente con todo lo relacionado con dinero.
Por ello cree que lo mejor para el futuro de la industria será eliminar sus efectos nocivos colocando a la tecnología de Bitcoin en manos de actores responsables y alentando su buen uso.
Aquí radica el enigma regulatorio y político con las fallas épicas de criptografía en 2022. Los países que permitan una competencia responsable darán forma al futuro. La criptografía y las cadenas de bloques continuarán siendo partes integrales del conjunto de herramientas económicas modernas, a pesar del gran daño que estas herramientas pueden haber causado cuando son manejadas por las personas equivocadas.
Informe del Foro Económico Mundial.
Ante ello, el WEF señala que las características de transparencia de algunas cadenas de bloques públicas, brindan a los malos actores solo unas pocas vías para cometer delitos.
Bitcoin entra en la receta para enfrentar el futuro
Como lo informó CriptoNoticias en octubre del año pasado, más de 50 especialistas jefes de todo el mundo compartieron sus puntos de vista sobre la economía global en el informe Perspectivas del Foro Económico Mundial. Allí, la mayoría deja claro que ve venir una recesión global y sugieren que bitcoin debe estar en la receta con la cual la humanidad puede enfrentar la crisis que se avecina.
Aunque en ningún documento del Foro Económico Mundial se menciona a bitcoin directamente, la criptomoneda pionera sí entra en relación con los planteamientos que hacen sus economistas.
De hecho, hay múltiples ejemplos que muestran como bitcoin está ganando adopción en varias partes del mundo con la idea de bancarizar a la población e impulsar sus economías.
Las ciudadelas o economías circulares de bitcoin, que están proliferando en Latinoamérica, al sur de Asia y África, son algunos de estos ejemplos.