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La adopción y educación sobre BTC continúan expandiéndose localmente, impulsadas por comunidades.
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Desde la perspectiva del líder de Bitcoin Beach, El Salvador atrae inversión y empresas globales,
La adopción de Bitcoin (BTC) en El Salvador, impulsada desde las comunidades, continúa creciendo y demostrando que su valor va más allá de los decretos gubernamentales o las presiones de organismos internacionales. Así lo afirmó Mike Peterson, líder de la comunidad Bitcoin Beach en El Zonte, durante un episodio del podcast The Sovereign Podcast, conducido por el bitcoiner Michael Ruiz.
A principios de año, El Salvador firmó un acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI), acompañado por una modificación a la Ley Bitcoin que, entre otras cosas, eliminó la obligatoriedad de aceptar la moneda digital como forma de pago en empresas y comercios; y limitó la participación del Estado en temas relacionados con BTC.
Este acuerdo entre el FMI y El Salvador generó controversia en la comunidad bitcoiner, ya que algunos lo interpretaron como un retroceso en el modelo impulsado por el presidente Nayib Bukele. De hecho, como lo manifestó anteriormente la comunidad de Bitcoin Beach, el acuerdo, elimina trabas, porque «el gobierno se apartó del camino, permitiendo que la gente viva en un estándar bitcoin sin tonterías burocráticas».
Sin embargo, desde la perspectiva local, la realidad es distinta. Peterson, quien ha vivido en El Salvador durante 20 años y fue una figura clave en la inspiración de la Ley Bitcoin, desmintió la idea de que el gobierno «se vendió» al FMI. Según él, el acuerdo responde a una necesidad financiera heredada de décadas de mala gestión económica.
«El Salvador estaba en una posición financiera precaria», explicó, destacando que la refinanciación de la deuda era inevitable. En su opinión, la negociación con el FMI fue un «juego estratégico del gato y el ratón».
Para Peterson, Bukele esperó a que el precio de bitcoin se recuperara para negociar desde una posición de fortaleza, logrando que las concesiones tuvieran un impacto práctico mínimo.
Lo más importante, subraya Peterson, es que el pilar fundamental de la ley, como es la exención de impuestos sobre las ganancias de capital en BTC, permanece intacto.»El presidente permitió al FMI ‘salvar las apariencias’ mientras el país sigue su propio camino», resumió.
«La vida no es tan limpia, especialmente en política. Siempre es un poco desordenada», añadió.
El verdadero motor: una transformación cocial y económica con bitcoin
Peterson destacó que el verdadero impacto de bitcoin en El Salvador trasciende las políticas gubernamentales y se refleja en una transformación social y económica.
Antes de la significativa reducción de la violencia de las pandillas, la vida en el país era una lucha por la supervivencia. Se estima que unos 25.000 jóvenes se unían anualmente a las pandillas por falta de oportunidades.
Con emoción, Peterson señaló que «en los últimos cinco años, más de 100.000 jóvenes han sido salvados de ese estilo de vida». Esta nueva seguridad ha generado un cambio de mentalidad. Antes, los salvadoreños vivían al día; ahora, por primera vez, hay esperanza y una visión de futuro.
En este contexto, el líder de Bitcoin Beach cree que la moneda creada por Satoshi Nakamoto está desempeñando un papel crucial al fomentar una cultura del ahorro en una sociedad que carecía de ella.
«Es difícil describir la transformación en un joven cuando empieza a recibir pagos en bitcoin y se pregunta: ‘¿Lo gasto ahora o lo guardo para el futuro?'», comentó Peterson.
En El Zonte, el proyecto Bitcoin Beach, que despegó como una iniciativa comunitaria, ha inspirado decenas de economías circulares alrededor del mundo, basadas en la moneda digital pionera.
Como él lo ve, los habitantes están invirtiendo en sus negocios, mejorando sus locales y soñando con comprar propiedades, en lugar de arriesgarse en una peligrosa migración a Estados Unidos. Aunque también hay quien se apegan a BTC en otros territorios.
Además, el gobierno trabaja en implementar educación sobre bitcoin en las escuelas públicas, y empresas destacadas del ecosistema, como Tether, están estableciendo sus sedes en el país.
«Hay una explosión de construcción, los precios inmobiliarios suben y las oportunidades de negocio florecen por todas partes», aseguró Peterson.
A pesar de los avances, no todos comparten el optimismo sobre la adopción de bitcoin en El Salvador. Así lo dejó claro Ishikawa, un salvadoreño entusiasta de bitcoin, para quien la inclusión financiera no ha mejorado significativamente a nivel nacional, salvo en comunidades específicas como El Zonte o Berlín, que representan una minoría de la población.
En respuesta a CriptoNoticias, Ishikawa agregó que, en cuanto a las remesas, los resultados han sido limitados. Aunque el gobierno proyectó un ahorro de 400 millones de dólares anuales en comisiones, según un tuit de Bukele en agosto de 2021, ni bitcoin ni la billetera Chivo se consolidaron como canales relevantes, ya que las remesas siguen fluyendo principalmente a través de servicios tradicionales como Western Union.
Ishikawa también señala que la falta de educación y capacitación, a pesar de estar contemplada en la Ley Bitcoin, ha sido una barrera significativa para integrar la moneda digital en las transacciones diarias. Organizaciones como Mi Primer Bitcoin han intentado llenar este vacío, pero su alcance es limitado.
Beneficios colaterales y un hito histórico
A pesar de los desafíos, Ishikawa destaca los beneficios colaterales de la adopción de bitcoin. El Salvador se ha posicionado como un pionero global, fortaleciendo su marca país y atrayendo una atención mediática sin precedentes que ha impulsado el turismo.
Visitantes y curiosos llegan atraídos por el experimento con la criptomoneda. La llegada de empresas como Tether, Galoy y Blink Wallet refuerza la presencia del país en el ecosistema digital, aunque su impacto económico directo sea limitado.
Lo cierto es que muchos están de acuerdo en que proyectos comunitarios como Bitcoin Beach demuestran el potencial de crear economías circulares basadas en la moneda digital, abriendo nuevas posibilidades para El Salvador. Lejos de detenerse, la iniciativa sigue avanzando, impulsada por una combinación de innovación comunitaria y una visión estratégica que trasciende las presiones externas.