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Staking es la práctica de "estancar" 32 ethers (ETH) para convertirse en validador de Ethereum 2.0.
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Las plataformas que ofrecer pools de staking están adquiriendo mucho poder sobre ETH 2.0.
Ethereum 2.0 no termina de despegar y ya tiene que afrontar un gran problema. Se trata de la concentración de poder que pueden tener los pools de staking, que podrían perjudicar la descentralización de la red.
El investigador y desarrollador de la Fundación Ethereum, Danny Ryan, publicó en su blog una investigación de cómo pools de staking pueden ser un problema para ETH 2.0.
A diferencia del staking tradicional, donde convertirse en un nodo validador requiere depositar 32 ETH en un contrato especial, el pool de staking permite a los usuarios depositar cantidades mucho menores de ETH y recibir dividendos por ello.
Según señala Ryan, este tipo de herramientas está atrayendo a muchas más personas. Los pools de staking líquido, como se detallará más adelante en este artículo, incluso ofrecen la posibilidad de retirar la inversión cuando se desee. Así se reduce el riesgo de pérdidas en caso de que el precio de ETH baje.
Sin embargo, podrían terminar causando estragos en la descentralización de Ethereum, dado que muchos nodos validadores se concentrarán en un único ente.
Un escenario donde la mayoría de los nodos validadores de Ethereum 2.0 sean controlados por un único ente podría terminar causando un sentimiento de desconfianza entre sus usuarios al no tratarse de una red descentralizada. Esto sin importar que este ente tenga o no buenas intenciones sobre el uso de su poder de staking.
Ahora, dado los incentivos que han estado mostrando los pools de staking, cada vez son más los ETH que se depositan en sus plataformas. Esto se traduce en mayor poder de voto de estos pools sobre Ethereum 2.0, ya que los validadores son dirigidos por la plataforma y no por los usuarios. Este poder de voto podría ser utilizado para tomar decisiones que perjudiquen a la red o que solo beneficien a ellos mismos.
El propio Lido, se ha pronunciado sobre cómo reducirá una posible centralización o monopolio dentro de su protocolo, estableciendo límites y elección de nodos validadores.
Esta problemática, que apunta a un riesgo de centralización, radica en la forma de gobernanza, según expone Ryan. Plataformas como Lido, cuentan con gobernanza distribuida, en la que los holders del token nativo LDO son quienes votan por las mejoras de la plataforma. No obstante, la gobernanza de Lido ya ha sido criticada anteriormente, como lo reportó CriptoNoticias, debido a que se puede ver viciada y actuar en contra del protocolo de Ethereum 2.0.
Los pools de staking deben autolimitarse
Ante los riesgos expuestos por Ryan, una de las propuestas para evitar escenarios de riesgos de centralización, se encuentra en que cada pool de staking debería colocar límites de no poseer más de 25% de todo el ETH en staking, aconseja el desarrollador.
Recomiendo que Lido y productos similares de staking se autolimiten por su propio bien, y recomiendo a los asignadores de capital que reconozcan los riesgos de agrupación inherentes a los diseños de protocolos de LSD.
Danny Ryan, investigador y desarrollador de Ethereum Foundation.
Según el desarrollador, el uso de pools de staking no necesariamente es un mal dentro de Ethereum 2.0. Sin embargo, el abuso en cuanto a la concentración de poder dentro de los pool de staking si puede comprometer a la red, por lo tanto, requieren un «autocontrol».
Los usuarios quieren beneficios, pero afectan a Ethereum 2.0
En palabras de Ryan, «cada individuo que toma una decisión racional de apostar con el protocolo staking está tomando una buena decisión para el usuario, pero una decisión cada vez más mala para el protocolo». Los pools de staking dan una forma barata de entrar al staking de Ethereum, sin embargo, la naturaleza de su algoritmo, podría afectarlo.
Los usuarios se encuentran en la búsqueda de rentabilidad, pero tal parece que Ethereum 2.0 será perjudicado.
¿Qué es el staking líquido y por qué puede causar problemas?
El gran señalado por el investigador Daniel Ryan son las plataformas de staking líquido, las cuales se diferencias del staking «tradicional» al ofrecer tokens sintéticos que representan los ETH depositados y guardan una relación de 1:1 con ETH. Es el caso de Lido que ofrece stETH para cada porción de ETH depositado.
Lido estaba acumulando más del 75% de todo el ETH en staking de ETH entre marzo y abril. Según lo expuesto por la propia plataforma, esto se debía a los incentivos que ofrecía. Un 4%, aproximadamente de rentabilidad, y junto a ello, los holders de stETH podían invertir esos tokens en plataformas como Aave. Así podían incrementar la rentabilidad hasta en un 6%.
En cambio, en el staking «tradicional», se depositan 32 ETH, que no podrán ser retirados hasta que se complete la transición a Ethereum 2.0. El staking líquido da liquidez a los usuarios a través de estos tokens que varían según cada plataforma. Esto permite que el inversionista pueda retirar su inversión cuando lo desee, vendiendo sus tokens por algún otro activo digital o por dinero fíat.
En el staking tradicional, cada nodo validador tiene voz y voto dentro de la red. En cambio, para el caso del staking líquido, el usuario solo recibe rentabilidad, pero no puede tomar decisiones dentro de Ethereum 2.0, ya que este poder radica en la plataforma staking, que ejecuta los nodos.