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Anatoly Yakovenko cree que una reserva centralizada podría socavar la esencia de las criptomonedas.
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Yakovenko sugiere que cada estado de EE. UU. gestione su propia reserva de criptoactivos.
Anatoly Yakovenko, cofundador de Solana, se pronunció sobre la reserva estratégica basada en criptoactivos como bitcoin (BTC), ethereum (ETH), XRP, solana (SOL) y cardano (ADA), anunciada por el presidente de EE. UU. Donald Trump.
En una publicación del 6 de marzo en X, Yakovenko enfatizó en que su “orden de preferencia” en materia de reservas sigue tres caminos posibles: “no tener ninguna reserva”, “permitir que cada estado (de EE. UU.) maneje su propia reserva”, o, en última instancia, “establecer requisitos objetivos” para definir dicha reserva.
La preferencia por la ausencia de una reserva
Yakovenko inicia su reflexión con una posición clara. Para él lo ideal es “no tener ninguna reserva estratégica… si quieres que la descentralización falle, pondrías al gobierno a cargo de ella”.
Este argumento parte de un pilar fundamental del ecosistema de las criptomonedas: la descentralización, que implica que el control no esté concentrado en una autoridad central, como un gobierno, una institución o empresa, sino distribuido entre los participantes de la red.
Para Yakovenko, la intervención estatal en la gestión de criptoactivos podría socavar esa esencia, introduciendo riesgos de centralización que contradicen los valores de autonomía y resistencia a la censura que definen a estas tecnologías.
Una reserva gestionada por el gobierno podría implicar decisiones arbitrarias sobre qué activos conservar, cómo utilizarlos o incluso en qué condiciones intervenir en el mercado. En este sentido, la postura de Yakovenko sugiere que el anuncio de Trump, aunque ambicioso, podría ser visto con escepticismo por quienes priorizan la independencia de las criptomonedas frente a cualquier forma de control institucional.
Reservas a nivel estatal como alternativa
Si bien su preferencia inicial es evitar una reserva, Yakovenko reconoce que, de ser inevitable, una opción viable sería que los Estados de EE. UU. gestionen sus propias reservas. Propone que esto funcionase “como una cobertura contra los errores de la Fed”, refiriéndose a la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos encargado de definir la política monetaria del país. La Fed, por ejemplo, regula la oferta de dólares, define las tasas de interés e incluso plantea metas de inflación en ese país.
Permitir que cada estado de EE. UU. administre su propia reserva de criptoactivos introduciría un nivel de descentralización dentro del propio sistema gubernamental. En lugar de una única entidad federal tomando decisiones, los estados podrían diversificar estrategias, adaptándolas a sus necesidades económicas locales.
Este enfoque señalado por Yakovenko, además, podría actuar como un contrapeso frente a posibles fallos o decisiones de la Fed, ofreciendo una red de seguridad alternativa. Si el control total del gobierno es indeseable, fragmentar esa autoridad entre los estados representa un compromiso que preserva cierto grado de autonomía.
Requisitos objetivos como último recurso
En su tercera opción, Yakovenko plantea que, si una reserva estratégica es inevitable, esta debería basarse en “requisitos objetivamente medibles”.
El cofundador de Solana aclara que no le importa cuáles sean esos criterios, incluso si inicialmente favorecen a bitcoin como único activo elegible, siempre que sean “racionalmente justificados” y transparentes.
La noción de “objetivamente medible” implica que las decisiones no dependan de preferencias subjetivas o políticas, sino de datos concretos que cualquier observador pueda evaluar.
Esos criterios establecerían un marco donde los criptoactivos incluidos en una reserva estratégica cumplirían estándares verificables, como podrían ser la capitalización de mercado, el volumen de transacciones, la seguridad de la red o la adopción global, por ejemplo.
En última instancia, Yakovenko añade un toque de confianza en su propio proyecto al afirmar que, si se define un objetivo claro, “el ecosistema de Solana lo logrará”.