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El investigador destaca la mejora combinada de hardware, la corrección de errores y algoritmos.
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Propone una transición urgente a criptografía post-cuántica.
Pierre-Luc, un investigador y especialista en computación cuántica, planteó que existe una «pequeña ventana de cinco años» para evitar que esa tecnología sea utilizada para comprometer la seguridad de los sistemas criptográficos.
El analista, quien además es CEO y cofundador de la empresa Pauli Group, dedicada a al desarrollo de criptografía post-cuántica, expresó el 17 de junio que «la mejora compuesta del hardware de computación cuántica, sumado a la de los códigos de corrección de errores y a los algoritmos, deja solo una pequeña ventana para actualizar las infraestructuras digitales a criptografía post-cuántica».
Esa declaración subraya, en su opinión, la urgencia de adaptar las tecnologías actuales para que los ordenadores cuánticos no puedan invalidar los sistemas de cifrado existentes. Entre ellos, los de Bitcoin.
Aunque Pierre-Luc no menciona específicamente a Bitcoin, su referencia a la actualización de «infraestructuras digitales» incluye implícitamente al protocolo creado por Satoshi Nakamoto.
¿Cómo afecta a Bitcoin la estimación del investigador?
Bitcoin, como sistema descentralizado, utiliza criptografía basada en el algoritmo ECDSA (Algoritmo de Firma Digital de Curva Elíptica), que protege las claves privadas que garantizan la propiedad de los fondos de los usuarios, mientras su minería está anclada por el algoritmo SHA-256. Si un ordenador cuántico alcanzara la capacidad de realizar un criptoanálisis suficientemente poderoso, podría derivar claves privadas a partir de las públicas, comprometiendo la seguridad de los fondos almacenados en direcciones vulnerables.
El siguiente gráfico presentado por Pierre-Luc, titulado «Recursos necesarios para algoritmos cuánticos útiles comparados con capacidades de hardware», ofrece su visión de la evolución proyectada en el campo de la computación cuántica.
El eje vertical representa la cantidad de cúbits lógicos, unidades de información cuántica corregidas de errores que son esenciales para ejecutar algoritmos, mientras que el eje horizontal mide el tiempo en años.
Además, dos curvas ilustran tendencias opuestas en la imagen: la curva roja ascendente muestra el crecimiento de las capacidades del hardware cuántico, que aumenta con el tiempo gracias a mejoras en la construcción de cúbits y corrección de errores, mientras que la curva azul descendente indica la disminución de los recursos necesarios para algoritmos cuánticos a medida que estos se optimizan.
El punto de intersección, etiquetado como «El inicio de la era cuántica», marca el momento en que estas líneas convergen, sugiriendo que, en un futuro cercano, el hardware alcanzará el nivel requerido para soportar algoritmos útiles, lo que podría incluir el criptoanálisis cuántico que el investigador considera como una amenaza probable dentro de cinco años.
Así, la convergencia de mejoras en hardware, códigos de corrección y algoritmos cuánticos establecida por Pierre-Luc sugiere que la brecha podría cerrarse en la próxima década, marcando el inicio de una era donde el criptoanálisis cuántico sea viable.
De momento, y pese a ciertos avances en computación cuántica, como los de empresas IBM, IonQ y un grupo de la Universidad de Oxford, varios analistas coinciden en que el riesgo para la criptografía de Bitcoin sigue siendo distante, mientras otros lo consideran más cercano.
Por ejemplo, Oxford Quantum Circuits (OQC) proyecta alcanzar 50.000 qubits lógicos para 2034, lo que equivaldría a aproximadamente 5 millones de cúbits físicos bajo una conversión optimista de 100 cúbits físicos por cúbits lógicos.
Sin embargo, esos niveles estarían por debajo de los 13 millones de cúbits físicos estimados por la Universidad de Sussex como necesarios para comprometer una clave privada de Bitcoin en un día y mucho más lejos de lo propuesto por Adam Back, cofundador de Blockstream, que supone la necesidad de 3 millones de cúbits lógicos para romper Bitcoin.
Back, además, estableció un plazo de una o dos décadas para que la cuántica represente un peligro tangible para BTC.
No obstante, la estimación de Charles Edwards, fundador de la firma financiera Capriole, de 2.500 cúbits lógicos se alinea más de cerca con los objetivos de IBM para dentro de cuatro años.
Propuestas anti-cuánticas de la comunidad de Bitcoin
Si bien resulta difícil determinar si en los próximos cinco años (el tiempo señalado por Pierre-Luc) Bitcoin contará con un escudo anti-cuántico efectivo, la preocupación impulsa al ecosistema bitcoiner y a sus desarrolladores a proponer medidas de mitigación.
Entre ellas, Back, como lo reportó CriptoNoticias, a comienzos de junio sugirió integrar un tipo de firma en direcciones Taproot para proteger a Bitcoin de ataques cuánticos.
En abril, un desarrollador chileno recomendó un período de migración obligatorio durante el que los usuarios deberían transferir sus fondos desde direcciones ECDSA tradicionales a nuevas direcciones resistentes a la cuántica, reemplazando en ellas el algoritmo ECDSA por algoritmos presuntamente resistentes a ataques cuánticos, como los basados en retículos o firmas hash.
A mediados de marzo pasado, Jameson Lopp, un ingeniero de software bitcoiner, planteó la iniciativa de anular fondos de BTC sin dueño para evitar su secuestro cuántico: «Es mejor quemar los Bitcoins vulnerables a la cuántica».
Finalmente, Ben Sigman, CEO de Bitcoin Libre, en diciembre de 2024 argumentó que la Propuesta de Mejora de Bitcoin 360 (BIP-360) fortalecería la resistencia de Bitcoin frente a los avances en computación cuántica.