-
La motivación del fork es impedir el financiamiento de armamento militar nuclear de Norcorea.
-
Parte de la comunidad está más preocupada por el estatus de Ethereum como red descentralizada.
Samson Mow, conocido defensor del ecosistema Bitcoin y CEO de JAN3, comunicó desde sus redes sociales una propuesta radical que involucra a Ethereum, la red de contratos inteligentes. En sus últimas publicaciones en la red social X, Mow ha sugerido que está sosteniendo conversaciones serias con Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, para explorar la posibilidad de un «rollback» o reversión de la cadena de bloques motivado por el hackeo a Bybit, acometido por el grupo Lázarus, por más de 400.000 ETH.
Esta idea surge tras el reciente hackeo de la casa de cambio Bybit, donde se estima que hackers vinculados a Corea del Norte sustrajeron cerca de 1.4 mil millones de dólares en ETH, como reportó CriptoNoticias. Este incidente considerado el mayor hackeo en la historia de las criptomonedas. Después del robo, se estima que los hackers norcoreanos del grupo Lázarus tendrían cerca del 0.5% del suministro total de ethers.
Un «rollback» en el contexto de las criptomonedas significa revertir la cadena a un estado anterior, eliminando transacciones específicas, en este caso aquellas relacionadas con el robo de Bybit. El rollback no es un nuevo concepto para Ethereum: en 2016, tras el hackeo de The DAO, la comunidad optó por una bifurcación dura («hard fork») que revirtió las transacciones fraudulentas, dando origen a Ethereum Classic como una cadena paralela.
Lo que Mow propone es aislar a los hackers norcoreanos en una red separada que ha denominado «ETHNK», una especie de acrónimo de «Ethereum Norcorea«. Según sus publicaciones, el plan implicaría renombrar la cadena actual con ese ticker,»ETHNK». Mientras, la cadena revertida conservaría el ticker original «ETH». Con esto, Mow propone cortar el acceso de los hackers a los fondos robados o desvalorizarlos, evitando que estos puedan ser utilizados —según él— para financiar el programa de armas nucleares de Corea del Norte.
«Permitir que ETHNK prolifere equivale a permitir una inyección de 1.400 millones de dólares al programa de armas nucleares de Corea del Norte», dijo textualmente Samson Mow. También comentó que cree probable que «el Líder Supremo Kim Jong Un seguirá utilizando validadores» para ETHNK.
«Debemos hacer retroceder Ethereum»
Si esta propuesta se materializara y las conversaciones con Vitalik Buterin fuesen tomadas en serio, Ethereum enfrentaría un segundo «fork» significativo en su historia. La red se dividiría nuevamente: por un lado, una cadena «limpia» que «invalidaría» las transacciones del hackeo y, por otro, «ETHNK», una versión «contaminada» donde los fondos robados seguirían existiendo, pero aislados del ecosistema principal.
Este proceso requeriría un consenso amplio entre los nodos y validadores de Ethereum, algo que no está garantizado que se logre, dado el precedente del DAO y las divisiones que generó. Tras el hipotético «fork», los usuarios y exchanges tendrían que elegir qué versión de Ethereum apoyar, lo que podría fragmentar la liquidez y la confianza en el ecosistema. Asimismo, los tenedores de ETH en la cadena original podrían verse atrapados en un limbo económico, dependiendo de cómo el mercado valore «ETHNK» frente a «ETH».
Sin embargo, el impacto de esta medida trasciende lo técnico y económico, y se transforma en las redes sociales en una discusión sobre el principio de descentralización que Ethereum pregona desde sus orígenes.
El hackeo de Bybit ha sido interpretado por algunos analistas como un asunto de seguridad nacional para Estados Unidos, dado que los fondos robados podrían estar financiando actividades estatales norcoreanas, lo que produce una presión política fuerte sobre los directivos de Ethereum. Si gobiernos como el de Estados Unidos consideran que Ethereum se ha convertido en un vector de amenaza geopolítica, podrían imponer medidas como el «rollback» o coerciones judiciales directas para mitigar el riesgo contra la «seguridad nacional».
El escenario descrito podría afectar credibilidad de Ethereum como un sistema resistente a la censura. Ya en 2016, el «fork» del DAO fue criticado por quienes veían en él una traición a la inmutabilidad del blockchain, la cuál, según Arthur Hayes, se revocó de todas maneras en una votación de la comunidad ese mismo año; repetir esta maniobra ahora, bajo el pretexto de una crisis internacional, puede contribuir a la percepción de que Ethereum es una red maleable ante presiones políticas.
Pese a lo dicho por Mow, la viabilidad de hacer un rollback depende de varios factores, y no está garantizado que suceda. Un factor es que el rollback o la modificación del libro de cuentas de Ethereum sea bien visto, primero, y anunciado despúes públicamente por Vitalik Buterin y la comunidad de desarrolladores.
Otro factor es que los usuarios de Ethereum estén dispuestos a aceptar la incertidumbre y los riesgos que un fork podrían ocasionar en el precio de Ethereum no quejándose, abiertamente y en masa, sobre la modificación del mecanismo contable de la red.