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Según el Tesoro, los criminales se siguen apoyando en las finanzas descentralizadas (DeFi).
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El Tesoro recomendó reforzar la supervisión sobre el ecosistema para mitigar riesgos.
La mayor parte de los delincuentes que lavan dinero y financian al terrorismo suelen preferir el dinero fíat u otros activos tradicionales para sus operaciones, incluso por sobre los activos virtuales, como bitcoin (BTC) y las criptomonedas.
Esto de acuerdo con el más reciente reporte del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. En él, el organismo estadounidense abarca los riegos de las finanzas descentralizadas (DeFi).
Para el Tesoro, el uso de monedas nacionales, como el dólar estadounidense, es mayoritario respecto al de los criptoactivos para la comisión de los delitos de lavado de dinero, financiamiento al terrorismo y financiamiento a la proliferación de armas de destrucción masiva (PADM).
Este último delito está consagrado por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y tiene que ver con la provisión de fondos para el uso, adopción, creación y distribución de, por ejemplo, armas de destrucción masiva.
En su informe, el Tesoro estadounidense también recalcó que la mayoría de los criminales se apoyan en los protocolos de finanzas descentralizadas. Entre ellos exchanges descentralizados (DEX), mezcladores y otros terminales, “para beneficiarse de actividades ilícitas”.
Entre esas actividades destacan los ataques con ramsonware, el robo, estafa, tráfico de drogas y la ya mencionada proliferación de armas de destrucción masiva, de acuerdo con la autoridad estadounidense.
Según el Tesoro, lo anterior representa las “vulnerabilidades” del ecosistema descentralizado. Las mismas no se logran mitigar a pesar de la existencia de marcos regulatorios, transparencia de las cadenas de bloques públicas, presencia de los proveedores de servicios de activos virtuales centralizados y otras soluciones creadas en ese sentido, en opinión del Departamento.
Sin embargo, el órgano gubernamental estadounidense reconoció que las actividades ilegales en los espacios descentralizados son solamente un “subconjunto” de toda la actividad general de este espectro.
Además, prosiguió el Departamento, “en la actualidad, el espacio DeFi sigue siendo una porción menor del ecosistema general de activos virtuales”.
Criminales siempre han preferido dinero fíat
Lo que señala el Departamento del Tesoro respecto a la preferencia de los criminales por el dinero fíat confirma una estimación realizada por la firma de análisis de cadenas de bloques Chainalysis en enero de 2022.
Como lo reportó CriptoNoticias en ese momento, la empresa analítica determinó en un informe que los ciberdelincuentes tenían marcadas preferencias por la utilización del dinero nacional frente a bitcoin (BTC) y otras criptomonedas para beneficiarse de los delitos cometidos.
En ese momento ya Chainalysis advertía también de que los protocolos de finanzas descentralizadas se estaban convirtiendo en el nuevo destino de los fondos previamente lavados por cibercriminales. Es así como estos terminales se permitieron recibir el 17% de todos los fondos enviados desde monederos ilegales en todo el año 2021.
Proponen reforzar la supervisión del ecosistema
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos hizo una serie de recomendaciones al gobierno para que se logren mitigar los riesgos relacionados a las DeFi.
Una de ellas tiene que ver con reforzar la supervisión de las actividades hechas con activos virtuales, así como el control de los protocolos antilavado de dinero y financiamiento al terrorismo, tales como el conoce-tu-cliente (KYC, por sus siglas en inglés).
Sumado a esto, el Tesoro recomienda a los reguladores “llevar a cabo actividades de divulgación adicionales con la industria para explicar con más detalle cómo se aplican las reglamentaciones aplicables a los servicios DeFi”. Y más allá, aconsejan “tomar medidas regulatorias adicionales” sobre este particular.
El Departamento también recomienda al gobierno que monitoree “cualquier cambio” en el ecosistema DeFi que pueda provocar riesgos financieros. Y esto debería hacerlo “a través de la investigación y el compromiso con el sector privado”.