Es innegable que la popularidad de Bitcoin y las criptomonedas es cada vez más palpable entre los inversionistas, especialmente por las historias en las que gente ha multiplicado su dinero en un santiamén, lo que convierte a los activos digitales en herramientas cada vez más conocidas por la sociedad. No obstante, no todo es color de rosa, ya que esta popularidad también ha traído consigo un creciente uso de las criptomonedas como táctica para realizar esquemas piramidales, atraer inversionistas y realizar ofertas fraudulentas.
En este sentido, individuos y asociaciones no registradas como empresas han empezado a ofrecer supuestos servicios de minería o administración de fondos en criptomonedas, con promesas de alto retorno de ganancias, así como ofertas de inversión en nuevos activos digitales, que no están listados en ninguna casa de cambio y ni siquiera poseen una blockchain donde se pueda certificar la transparencia de sus operaciones.
Este tipo de comportamiento ya ha sido reportado por diversas autoridades financieras del mundo, entre las que destaca la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de los Estados Unidos. Dichas alertas resaltan cuán convincentes son estas estafas en la web —las cuales combinan no sólo todo los conocimientos de los esquemas Ponzi, sino que también manipulan las redes sociales— y cuán incautos están siendo los inversionistas a la hora de apostar dinero en plataformas de criptomonedas.
Para explicar un poco de qué se tratan varios de los formatos de estafa que se ven hoy en día en el mundo de las criptomonedas, empezaremos con algunos foros y grupos de redes sociales donde se reúnen usuarios de Bitcoin u otras altcoins para ofrecer servicios de minado por medio de terceros; una práctica que convence a muchos incautos por su supuesto rendimiento en ganancias semanales.
¿Cómo funcionan estos supuestos servicios de minería? Si un usuario desea ganar algunos bitcoins minando en la blockchain, mas no tiene la cantidad de dinero necesaria para costear los dispositivos ni las tarifas eléctricas para llevar a cabo estas prácticas, este puede ceder sus criptomonedas a un tercero que minará en otra localidad —pudiendo ser China, Tailandia, o lugares donde el servicio eléctrico sea económico— para generar «verdaderas ganancias» y retornar un porcentaje del rendimiento al usuario que empeñó sus monedas.
Aunque la oferta resulta tentadora, esta práctica no certifica en ningún sentido que los bitcoins cedidos vayan a ser retornados, que las ganancias sean reales o que no se trate de un esquema fraudulento que genere un mínimo retorno en un principio y luego nada más que pérdidas.
En el mejor de los casos, considerando que fuese una persona o asociación cabal y responsable, dispuesta a cumplir con su parte del trato; todavía quedan las variables de la minería en sí, que pueden ser tan fluctuantes como los mismos precios de las criptomonedas, y tal vez un poco más; ya que no se depende únicamente del precio de la criptomoneda, sino también de la dificultad de minado de la red y la estabilidad de los servicios de electricidad e internet del lugar donde se encuentre el minero.
Por otro lado, también se consiguen empresas en la web anunciando servicios de gestión de fondos e inversión de criptomonedas, con ingresos semanales de hasta un 7% sobre la inversión hecha. Estos servicios son promocionados sin contar con documentación ni licencias que certifiquen que dicha apuesta financiera resultará en una inversión segura.
Los esquemas Ponzi con criptomonedas no se detienen allí, ya que los estafadores son creativos a la hora de usar los activos digitales para captar la atención de potenciales inversionistas. Un ejemplo de esto son las Ofertas Iniciales de Moneda (ICO) que ofrecen ganancias utópicas por inversión y manipulan sus mercados para sustentar dichas expectativas, tal cual ocurrió con Bitconnect; un esquema que ya ha sido denunciado en varios sitios por verse ligado a situaciones fraudulentas.
Del mismo modo, existen propuestas de negocios relacionadas a «criptomonedas sin blockchain» basadas en sistemas piramidales, como la muy reconocida estafa, y objeto de múltiples demandas e investigaciones alrededor del mundo, OneCoin. Estos y otros esquemas han permitido generar una matriz de características y comportamientos, que nos pueden ayudar a identificar qué ofertas de inversión podrían generar ganancias a nuestro favor y cuáles no son más que una trampa para nuestros ahorros.
¿Cómo identificar una posible estafa con criptomonedas?
Ofrecen alto rendimiento y riesgo «cero».
En líneas generales, todo esquema Ponzi ofrece a sus inversionistas altos niveles de ganancias totalmente garantizados y sin muchos contratiempos. Una realidad que debería ser vista con escepticismo, ya que comúnmente en el mercado bursátil mientras más altos son los rendimientos, también es más alto el riesgo de perder dicha inversión.
Las ganancias son «constantes».
Es común en los esquemas fraudulentos que el retorno de la inversión y las ganancias siempre sea de un monto constante; un fenómeno que debería poner a dudar a los inversionistas. Por lo general, los precios en el mercado de criptomonedas presentan fluctuaciones muy marcadas, por lo que un retorno del mismo monto todas las semanas basado en una inversión en criptoactivos no es consistente con el comportamiento natural de este mercado.
Inversiones no registradas y operaciones sin licencia.
Otra característica que puede arrojar una alerta de estafa son las inversiones que no están registradas a ningún organismo regulatorio, ya que esto permite que las mismas no tengan que someterse a reglamentos o leyes que protejan la inversión de sus clientes. De esta manera, las empresas o negocios que no posean ningún tipo de licencia, podrían contratar personal no calificado u operar sin estar sometidas a la supervisión necesaria para evitar la realización de actos ilegales con el dinero de sus inversionistas.
Sin embargo, ante la delicada situación regulatoria de las criptomonedas que actualmente se presenta en muchos países, es común que muchos proyectos no cuenten con organismos dispuestos para la regulación de operaciones relacionadas a la inversión en criptomonedas. De esto también se aprovechan los estafadores para engañar a la gente interesada en invertir.
Publicidad, publicidad y más publicidad.
«¡Rápido, corran, se están acabando las últimas oportunidades de inversión!» o «En tan sólo una semana podrás obtener hasta 10% de interés en todo lo que inviertas» son algunas de las frases que encontramos comúnmente en foros, redes sociales y publicidad en línea acerca de negocios con criptomonedas.
Las estafas se caracterizan por su poderosa publicidad y poder de convencimiento, por ello no resulta raro que hoy en día encontremos algunos esquemas que incluso utilizan bots en redes sociales como Twitter para posicionar su oferta fraudulenta por encima de otros esquemas; una tendencia que sin lugar a dudas debe llamar la atención del inversionista ante la insistencia de los promotores de este tipo de estafas.
Poca información empresarial e incongruencias de información.
Un elemento común entre los esquemas Ponzi es la poca información empresarial que ofrecen estas iniciativas de inversión, ocultando deliberadamente datos sobre los accionistas, directivos o cuentas bancarias. De igual manera, también puede ocurrir que la documentación del proyecto esté repleta de incongruencias, como errores en los estados de cuenta, por lo cual es recomendable leer cuidadosamente al respecto antes de invertir.
Estructuras de inversión complejas o reservadas.
Este es un consejo básico pero muy importante a la hora de evitar un riesgo de inversión, si usted no comprende cómo funciona un esquema de inversión o no hay información completa acerca de cómo trabaja dicho sistema de retribuciones, entonces es mejor no invertir en él hasta estar claro en qué consiste.
Dificultad para recibir pagos.
Si usted ha dejado de recibir pagos o está teniendo atrasos en los retornos, es probable que su dinero no esté siendo manejado de la manera más transparente y haya caído en una estafa. Por lo que debe considerar seriamente si seguirá invirtiendo en ese proyecto a todo riesgo o se retira con pérdidas menores.
Grupos, reuniones y miembros.
Los esquemas Ponzi también se destacan por explotar la confianza de sus usuarios y afinidades de los mismos, por lo cual no es raro que una iniciativa de inversión fraudulenta aliste personalidades famosas de un ecosistema o realice reuniones de grupo para motivar a una mayor y más arriesgada inversión de criptoactivos.
Monedas no comerciables.
Existen además ciertos esquemas que se dedican a ofrecer nuevas criptomonedas. El fraude acá se puede descifrar si el activo digital en cuestión no ha sido registrado en ninguna plataforma de compra, venta e intercambio de criptomonedas en línea, o simplemente no cumple con una función más que especular, es decir, que no cuenta con una plataforma que lo acepte en intercambio por algún bien o servicio.
¿Y la blockchain?
Asimismo, una característica indiscutible de que una oferta de criptomonedas puede ser una gran estafa es la falta de una blockchain que soporte a dicho activo digital. Las tecnologías de contabilidad distribuida son la médula espinal de las monedas criptográficas, la falta de este sistema subyacente es también la falta absoluta de transparencia, seguridad y confianza en dicho criptoactivo.