Con más de 400 millones de dólares invertidos en su desarrollo -según el Informe de Fintech-KPGM 2016-, la tecnología blockchain y sus aplicaciones son el tema del momento. Tres conferencias de la cita europea Money 20/20 en Copenhague abordan distintas aristas sobre el tema, algo que se esperaba sucediera.
Lo que no todos esperaban era que la polémica se apoderara de la primera de esas tres conferencias. ¿El asunto? la regulación de la tecnología blockchain y la posibilidad de aplicar una criptomoneda como moneda nacional de un país.
La conferencia, denominada «Blockchain y Monedas Digitales: perspectivas regulatorias», tuvo lugar en Copenhaguen el 4 de abril y en ella participaron los empresarios del área tecnología Verónica McGregor, Hogan Lovells, Mónica Mónaco y el Dr. Paolo Tasca, Director del Centro para la UCL Blockchain Technologies. También participó Bian Donegan, en representación de la Isla de Man, una dependencia de la corona británica que posee un gobierno autónomo y en cuya economía es esencial la tecnología.
Regulación: los Estados y la Blockchain
Donegan dio comienzo a la conferencia y se centró en dejar en claro dos puntos centrales; el primero, es que para él y su país la blockchain es un avance positivo. El segundo, es que su gobierno cree que debe ser controlado por el Estado, algo que la comunidad de usuarios de las distintas criptomonedas tiende a ver con particular recelo.
Por su lado, Mónica Mónaco, también valoró «positivamente» a la tecnología blockchain, pero señaló que no siempre fue así. «El primer contrato de mi compañía fue con blockchain y yo era muy escéptica al respecto inicialmente. Pero en un momento dado vi lo complejo e interesante que es la tecnología y las múltiples posibilidades que ofrece», aseguró la empresaria.
Donegan insistió en remarcar que, a pesar de la volatibilidad de las criptomonedas, en la Isla de Man «nadie ha perdido un centavo cuando se trata de blockchain (y bitcoin)». Bien distinta es la opinión de McGregor quien, siendo estadounidense, señaló que las reglas no son las mismas para naciones grandes y pequeñas» y explicó que «Unificar todas las opiniones sobre la regulación de cualquier moneda (digital o no) es muy difícil. Las principales preocupaciones tienden a ser lavado de dinero y los delitos financieros, y cada estado [de Estados Unidos] tiene su propio regulador encargado de las transacciones de dinero».
Además, McGregor añadió que «hay otras consideraciones a la hora de plantear una adopción de la blockchain como tecnología monetaria medular en un país» y señaló que «incluso si la ley es idéntica se podría interpretar de manera diferente».
Por su lado, Mónica Mónaco aseguró que desea «seguir siendo positiva en cuanto a que es posible encontrar un punto medio entre la normativa y la esencia de la tecnología blockchain» pero asegura que «ante todo, hay que ser realista». Y dentro de ese realismo, está el enfoque europeo del problema.
Mónaco aseguró que lo que ve la Comisión Europea (CE) en materia de monedas virtuales es que sirven para la financiación del terrorismo y el uso de tarjetas de prepago. «Esto último, obviamente, proporciona el anonimato que permitiría el incurrir en ilícitos y la CE está tratando de entender cómo se utilizan estos instrumentos a favor de la financiación del terrorismo».
No obstante, Mónaco hizo la salvaguarda de que «la CE también está analizando los aspectos positivos de las monedas virtuales – como los pagos instantáneos y compensación y liquidación». Además añadió que: «Es la primera vez que ve a una industria pedir reglamentación», aunque ello no sea necesariamente el sentir de la comunidad de usuarios de las distintas criptomonedas.
La conferencia cerró con la intervención de David Bailey, CEO de BTC Media, quien afirmó: «Siento que hay mucho por hacer mientras que se sabe tan poco de la complejidad del tema que hemos abordado. Ante todo, soy escéptico acerca de las personas que dicen que son un experto en blockchain y quizás sólo la propia comunidad de usuarios entienda realmente a fondo sus complejidades».