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Es un paso necesario si Pakistán quiere acceder a un préstamo de USD 3.000 millones.
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El FMI se opone a bitcoin, pero parece querer usarlo como seguro para el pago de sus préstamos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) exigió al gobierno de Pakistán extender su regulación de impuestos de ganancias de capital a las inversiones en bitcoin (BTC) y criptomonedas, como un paso previo para que ese país acceda a un préstamo multimillonario.
Durante una reunión entre autoridades del FMI y del país árabe, el organismo multilateral recomendó incorporar a bitcoin y otras criptomonedas, en la red fiscal de Pakistán, mediante la imposición del tributo a las ganancias.
De igual forma, el FMI recomendó a Pakistán incorporar las inversiones en bienes raíces y títulos valores dentro del régimen fiscal. Ello, para asegurarse que todas las ganancias de capital estén sujetas al pago de impuestos.
El tributo se aplica a las ganancias obtenidas por la venta de un activo, como una acción, un bono o una propiedad. En este caso, el FMI quiere incluir a BTC y las criptomonedas dentro de este renglón.
De cumplir las recomendaciones, Pakistán estará más cerca del préstamo de USD 3.000 millones que requiere esa nación para enfrentar la crisis económica que viven actualmente.
Se estima que si Pakistán accede e incluye a las criptomonedas, valores y bienes raíces dentro de los sujetos obligados a pagar el impuesto a las ganancias de capital, el FMI liberará los últimos USD 1.100 millones del paquete de ayuda iniciado el año pasado, lo cual evitó que esa nación cayera en default.
La presión del FMI sobre las autoridades de Pakistán para que los inversionistas de criptomonedas paguen impuestos con las ganancias de capital, parece ser una demostración de ese organismo por querer sacarle provecho al mercado alcista de bitcoin.
Considerando que Pakistán es actualmente el octavo país con mayor tasa de adopción de BTC y criptomonedas, según la firma Chainalysis, el FMI parece decidido a presionar para promover la tributación por parte de estos inversionistas. Ello, como una manera de garantizar un flujo de dinero que permita a Pakistán pagar sus compromisos.
¿Y si en lugar de exigir impuestos el FMI pide a los Estados que ahorren en BTC?
Ahora bien, Pakistán no es el único país del mundo que espera por un rescate del FMI. pues El Salvador, el primer país del globo en adoptar legalmente a BTC, también negocia un préstamo con ese ente multilateral. En este caso, por USD 1.300 millones.
Partiendo de lo hecho en Pakistán, cualquiera podría suponer que el FMI le exigiría a El Salvador que imponga un tributo de ganancias de capital a las inversiones con bitcoin y otros criptoactivos. Algo que podría causar un choque.
Sin embargo, tal suposición no se vislumbra a simple vista, dado a que la Ley Bitcoin, que establece a BTC como moneda legal en El Salvador, determina en su artículo 5 que todas las transacciones vinculadas con bitcoin están exentas del impuesto de ganancias de capital. Ello, justamente como un incentivo para los inversionistas de ese activo digital.
Más allá de eso, El Salvador ha preparado todo un andamiaje regulatorio basado en incentivos fiscales para los usuarios e inversionistas de criptomonedas. Solo la semana pasada la Asamblea Legislativa acordó exonerar del impuesto sobre la renta a las remesas en bitcoin y otras monedas.
Igualmente, las empresas tecnológicas de bitcoin y criptomonedas cuentan con la exención de distintos impuestos, entre ellos, el de renta, los impuestos municipales y el de ganancias de capital, algo establecido en una ley aprobada en abril del 2023.
Todo esto permite entender que, aun si el FMI lo exigiera, parece poco probable que el país centroamericano vaya a ceder ante tal petición. Y más aún si se rememora la postura crítica del gobierno de Nayib Bukele sobre ese ente internacional al momento de hablar de la adopción legal de bitcoin.
Una postura que ha llevado al gobierno de Bukele a poner a bitcoin por encima de los acuerdos con el FMI, incluso si eso acarrearía la pérdida del multimillonario préstamo.
Sin embargo, otro panorama se dibujaría si el FMI, en lugar de presionar a Pakistán para que imponga un impuesto a los usuarios de bitcoin de ese país, estimule al gobierno para que adopte a la moneda digital pionera y resguarde sus fondos en su red descentralizada, tal como lo ha hecho El Salvador. De esa manera, en lugar de que la garantía de que el país pagará su préstamo salga de las ganancias de las personas, más bien este aval lo obtendría de la rentabilidad obtenida por el Estado con sus fondos en BTC.
Según los datos en cadena, el tesoro que posee El Salvador cuenta con más de 5.680 bitcoins pertenecientes, en teoría, a los salvadoreños. Con ello ha obtenido una ganancia de 60%, al momento de la redacción de esta nota, según datos del rastreador de las tenencias en BTC del país centroamericano.
Este artículo fue redactado con el apoyo de Marianella Vanci (editora)