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Advierten que las propuestas republicanas debilitan la protección al consumidor.
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Mientras, la Casa Blanca confirma otro regulador favorable a las criptomonedas.
Los congresistas Maxine Waters y Stephen Lynch designaron el periodo del 14 al 18 de julio como la «Semana Anti-Corrupción Cripto». Con esta iniciativa, buscan movilizar a su partido para oponerse a tres proyectos de ley que, según afirman, legitiman la «corrupción» asociada al presidente Donald Trump y exponen a los estadounidenses a riesgos de fraude masivo.
Estas acciones de Waters y Lynch se desatan como una contraofensiva para descarrilar la llamada «Semana de las Criptomonedas», lanzada por los legisladores del partido republicano. Para lograrlo, los demócratas se armaron con una campaña de alto perfil que acusa a los tres proyectos de ley de facilitar la corrupción, desproteger a los ciudadanos y servir a los intereses de la familia Trump y sus socios multimillonarios.
La batalla se concentra en bloquear las tres iniciativas legislativas que los republicanos buscan aprobar a toda velocidad: los proyectos CLARITY, que propone dividir activos digitales en securities y commodities, GENIUS, que ofrece un marco regulatorio para las stablecoins, y Anti CBDC, que pretende prohibir la emisión de una moneda digital de banco central.
Aunque el proyecto Anti CBDC espera impedir la supervisión y control financiero de los ciudadanos protegiendo su privacidad, los demócratas la enmarcan como parte de un paquete legislativo que, según ellos, impulsa un ecosistema «cripto» desregulado y peligroso.
La congresista Waters, previamente criticada por elogiar a Sam Bankman-Fried, condenado por el colapso del exchange FTX, afirmó que «los republicanos están intensificando sus esfuerzos para aprobar un peligroso paquete legislativo». También acusó a sus colegas de ser «cómplices de una estafa cripto sin precedentes promovida por Trump».
Aunque la aprobación de estas leyes requiere consenso bipartidista, persisten reticencias a respaldar las criptomonedas. Algunos demócratas, como Waters y Lynch, argumentan que el presidente Trump recibió miles de millones de dólares de gobiernos extranjeros a través de su empresa familiar de activos digitales, generando evidentes conflictos de interés que, según ellos, estas leyes solo buscan legitimar.
Previamente, el partido intentó frenar la marea con casi 30 enmiendas, todas rechazadas por la mayoría republicana. Incluso pidieron una investigación y presentaron el proyecto de «Ley para Detener a Trump en las Criptomonedas». Esto con la idea de prohibir a altos funcionarios y sus familias participar en el mercado de activos digitales.
De todas formas, no todos los demócratas están en contra de los proyectos de ley señalados, puesto que han obtenido aprobación bipartidista de los pasos previos que les han permitido llegar a su debate esta semana.
Así, el Capitolio se prepara como escenario para la acostumbrada batalla. Esto, por un lado, con la administración Trump acelerando la regulación de bitcoin y las criptomonedas, incluyendo a las stablecoins. Por el otro lado, están los republicanos creando propuestas de ley para frenarla.
Además, el Senado acaba de confirmar a Jonathan Gould, una figura pro criptomonedas, como director de la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC), un movimiento que garantiza un impulso regulatorio favorable a la industria y una supervisión más laxa que en los tiempos en los que los republicanos estaban en el poder. Todo esto agudiza aún más el choque con la oposición demócrata en el Congreso.