Hechos clave:
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Los usuarios buscan regularizar montos que van desde miles de stablecoins hasta centenares de BTC.
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El presidente de la CNV ve el blanqueo como otra vía para cumplir con normas del GAFI.
Cuando falta poco más de un mes para el vencimiento de la primera fase del blanqueo o regularización de criptomonedas en Argentina, el proceso avanza con normalidad despertando en el público más interés del que muchos pensaban.
Se trata de un procedimiento habilitado desde el pasado mes de julio, y en cuyo cumplimiento se está emitiendo una serie de comunicaciones dirigidas a orientar a los usuarios.
Con ello, las plataformas de criptomonedas reguladas se apegan a la normativa que ofrece la posibilidad -a quienes así lo deseen- de regularizar sus posesiones en criptomonedas en alguno de los 70 exchanges registrados hasta ahora en la Comisión Nacional de Valores (CNV).
En ese sentido, la norma también establece que los criptoactivos que ya se encontraban bajo la custodia de los exchanges inscritos en la Comisión Nacional de Valores (CNV) al 31 de diciembre de 2023, pueden ser calificados como bienes situados en el país y sujetos a este régimen.
Tal como informan medios locales, varias de las empresas de criptomonedas que operan en Argentina afirman estar recibiendo muchas consultas, aunque aseguran que todavía no hay grandes movimientos de capital.
«El blanqueo de criptomonedas nos trajo más consultas de las que hubiéramos esperado. Se pensaba que los usuarios de criptomonedas no iban a querer formalizar sus tenencias, ya que precisamente habían elegido a cripto para estar ‘debajo del radar’. Sin embargo, vemos mucho interés», declaró a los medios Julián Colombo, CEO de Bitso Argentina.
«Nos vimos sorprendidos por la cantidad de depósitos recibidos en la plataforma con el fin de blanquear los fondos. Desde que pusimos el formulario de blanqueo en la web las solicitudes se dispararon. Creemos que era algo que hace mucho tiempo hacía falta y brinda la posibilidad de que aquellos inversores o trabajadores que recibieron o reciben su sueldo en criptomonedas puedan utilizarlo libremente», coincidió Federico Ogue, CEO de Buenbit.
Una observación semejante hizo Juan Pablo Fridenberg, director de Asuntos Públicos en Lemon, señalando que la cantidad de personas interesadas crece con el paso de los días, «tanto a través de soporte, para montos menores, como por derivaciones de estudios contables y jurídicos en casos de activos más cuantiosos».
En ese sentido, los exchanges esperan que haya un pico para las próximas semanas, a medida que se acerque el 30 de septiembre, fecha de cierre de esta primera fase en la que se aplica un impuesto de 5% por blanquear montos superiores a USD 100.000.
Hasta los momentos, se sabe que los usuarios buscan regularizar montos que van desde miles de stablecoins hasta centenares de bitcoins, señalan los exchanges consultados.
La situación será distinta en la segunda fase del blanqueo, que correrá del 1 de octubre al 31 de diciembre, cuando se tendrá que abonar una alícuota del 10% sobre el excedente de USD 100.000. Luego, hasta el 31 de marzo de 2025 el impuesto será del 15%.
En este punto, el equipo de Buenbit recuerda que si las criptomonedas no se adquirieron en la plataforma elegida para el blanqueo, se debe presentar un comprobante de tenencia y valuación a AFIP certificado por un escribano público. El mismo se debe acompañar del ‘Resumen de Cuenta para Blanqueo’ anexo a la Declaración Jurada del Régimen de Regularización de Activos».
Los exchanges están optimistas, a pesar de la resistencia
Ante la persistencia de las dudas, la mayoría de los exchanges ha optado por publicar una especie de guía en redes, donde algunos bitcoiners aprovecharon para cuestionar el blanqueo, viéndolo como una actividad que se opone a la filosofía que promueve la soberanía financiera y la descentralización.
Como ha informado CriptoNoticias, desde que se anunció la aplicación de la medida los expertos han estado debatiendo sobre las ventajas y desventajas. Se resalta entre lo negativo el hecho de que el blanqueo implique la renuncia a la autocustodia de criptomonedas, práctica que facilita a las personas manejar sus bitcoins de forma independiente al Estado.
Esta renuncia es un proceso que no está exento de riesgos y que en términos generales «no es favorable para los usuarios», en opinión de Ricardo Mihura, presidente de la ONG Bitcoin Argentina.
No obstante, exchanges como Lemon ven positiva la regularización de criptoactivos en un escenario donde la regulación del ecosistema avanza, tanto en Argentina como a nivel global. «Los valores de incorporación al blanqueo constituyen costo de adquisición a todos los fines impositivos, lo que permite optimizar su tratamiento fiscal integral», comentan.
La idea es compartida por Matías Bari, de Satoshi Tango. «Esta medida no solo contribuye a una mayor seguridad jurídica para los inversionistas, sino que impulsa la adopción de criptomonedas en el país». Considera así que la medida fomenta la transparencia y se alinea con las tendencias regulatorias que se están dando alrededor del mundo.
Se trata de una postura que comparte el presidente de la CNV, Roberto Silva, para quien el blanqueo es importante como vía para cumplir con las recomendaciones del Grupo Internacional de Acción Financiera (GAFI).
Con ello «se aplican las buenas prácticas de GAFI» y se favorece la entrega de reportes sobre las actividades financieras de los miembros del ecosistema e bitcoin. Una acción necesaria para el gobierno argentino que actualmente lucha para no ser incluido en la lista gris del organismo.
